Al cumplirse 601 días sin aumento de salario, los trabajadores del sector público, jubilados y pensionados marcharon por la avenida Universidad de Caracas para exigir aumento salarial y la liberación de los dirigentes sindicales detenidos
Durante la protesta trabajadores activos y pensionados manifestaron su preocupación debido a que el gobierno de Nicolás Maduro no ha hecho anuncios en materia salarial y la inflación devalúa el salario que actualmente es de 130 bolívares
Trabajadores públicos, pensionados y jubilados realizaron una movilización este jueves 9 de noviembre que comenzó en la sede del Ministerio Público en Caracas y terminó en la esquina El Chorro, frente al Ministerio de Ciencia y Tecnología. La marcha unitaria de trabajadores agrupó varios gremios del sector público y protestaron para exigir mejoras salariales, pago completo de los aguinaldos y libertad de los seis trabajadores y dirigentes sindicales presos.
Esta actividad se realizó en simultáneo en varios estados del país. En Caracas, la movilización tenía previsto llegar a la sede del Ministerio del Trabajo. Sin embargo, no pudieron alcanzar la meta prevista de llegar a Plaza Caracas debido a la manifestación en pro del Esequibo. Los organizadores de la movilización mediaron con los funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y acordaron que la marcha finalizará en la esquina El Chorro. Los trabajadores entregaron el pliego petitorio a una comisión de la cartera que preside Francisco Torrealba.
La presidenta del Colegio de Enfermería del Distrito Capital, Ana Rosario Contreras, manifestó su descontento con la situación actual que padecen porque «ya está bueno que la clase trabajadora siga sufriendo una crisis que no es su responsabilidad».
También exigió el pago completo de los aguinaldos y aseguró que al ser un pago insuficiente no debería ser fraccionado.
Además, Contreras exigió la libertad de los seis líderes sociales -afines a Bandera Roja- y que ya tienen sentencia firme. «En un Estado que dice ser democrático no debe haber presos políticos». Advirtió que los trabajadores públicos están dispuestos a continuar con las manifestaciones.
«Vamos a movilizarnos las veces que sean necesarias porque la dirigencia sindical no se puede parcializar con ningún gobierno. Gobierne quien gobierne los derechos se defienden», puntualizó.
Pedro Arturo Moreno, secretario ejecutivo de la CTV, cuestionó que el salario mínimo de los trabajadores públicos no cumpla con los estándares de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Banco Mundial.
«Se nos ha eliminado el salario. Una pensión y un salario que esté alrededor de 3,5 dólares no puede ser llamado salario. Este ingreso está muy por debajo de lo que considera el Banco Mundial un ingreso de subsistencia que es de 2,14 dólares diarios», dijo Moreno.
Protesta de trabajadores
Luisa Rada, coordinadora de jubilados del Sindicato de Educadores de la Enseñanza del gobierno del Distrito Capital, cuestionó igualmente el precario salario que reciben los docentes y demás trabajadores del país. Criticó que el gobierno invierta dinero en adornos navideños y no suba el salario que «si hay dinero para decretar la Navidad mientras que los trabajadores se mueren de hambre porque no pueden cubrir sus necesidades básicas».
Rada aseguró que los docentes exigen la firma de la convención colectiva y restitución de los bonos afectados por el instructivo de la Oficina Nacional de Presupuesto (Onapre).
Libertad de los trabajadores y sindicalistas detenidos
En la manifestación participaron trabajadores de las empresas básicas, quienes también reclamaron derechos laborales y la libertad de los trabajadores detenidos. El 1° de agosto de 2023 un tribunal condenó a seis activistas y líderes sindicales a 16 años de prisión por los supuestos delitos de «conspiración» y «asociación para delinquir».
Reynaldo Cortés, Néstor Astudillo, Alonso Meléndez, Gabriel Blanco, Emilio Negrín y Alcides Bracho recibieron condena después de su detención en julio del año 2022. El 30 de agosto detuvieron al estudiante de la Universidad Central de Venezuela (UCV), John Álvarez, cuyo caso vincularon con el de los sindicalistas condenados y su abogado defensor denunció que el estudiante fue torturado en custodia.
Ante la privación de la libertad de dirigentes sindicales y trabajadores, los manifestantes exigieron al Ejecutivo la libertad de estos trabajadores detenidos y el resto de los presos políticos que se mantienen en el país.
José Basanta, dirigente sindical de CVG Bauxilum, rechazó la «persecución» y «amedrentamiento» del gobierno contra los trabajadores y dirigentes sindicales. Se refirió a los trabajadores condenados a 16 años de prisión y aseguró que «Nicolás Maduro es enemigo de los trabajadores».
La movilización avanzó por la avenida Universidad, bajo custodia de la PNB. Al llegar a la esquina El Chorro, un contingente policial impidió el paso de la manifestación. Una comisión del Ministerio del Trabajo recibió el documento con las exigencias de los trabajadores.
“Cuando alguno de nosotros está muy enfermo, necesita ayuda urgente y no tiene la posibilidad, hacemos potes para juntar dinero y poder ayudarlo”, aseguró Emilio, un trabajador jubilado que durante la protesta por exigencias salariales de este jueves, 9 de noviembre, lamentó que los trabajadores jubilados y pensionados deban sobrevivir por ayuda colectiva y familiares.
Al cumplir 601 días sin aumento salarial, trabajadores de distintos sectores públicos se concentraron frente a la plaza de Parque Carabobo. En su mayoría, los asistentes eran jubilados y pensionados que aseguran que su situación se torna cada vez más precaria.
Es por eso que, para poder ayudarse mutuamente, todas las semanas, un grupo de adultos mayores se reúnen en la plaza de La Moneda para conversar sobre sus realidades y hablar sobre las distintas necesidades.
“Yo soy diabética y no puedo tomar de manera regular mis medicamentos. De paso ya viene diciembre. Dime tú: ¿Qué es lo que se va a poder comprar con 130 bolívares?”, reclamó Lidia González, una trabajadora pensionada.
601 días sin aumento
La protesta de trabajadores públicos, jubilados y pensionados, tras 601 días sin aumento salarial, tenía como objetivo llegar hasta la sede del Ministerio de Trabajo, ubicada en Plaza Caracas. Sin embargo, solo pudo llegar hasta la esquina El Chorro, frente al Ministerio de Ciencia y Tecnología, en donde un despliegue policial impidió el paso hasta el lugar pautado.
En el lugar, Raquel Figueroa, dirigente sindical del sector educativo e integrante de Comité Nacional de Trabajadores en Lucha, leyó los distintos puntos de la carta.
Además de reclamar por el salario, que no se incrementa desde el 15 de marzo de 2022, los trabajadores manifestaron su preocupación por la inflación que ha originado que el ingreso mensual de los empleados públicos sea de 3,69 dólares mensuales.
“Esta política antilaboral ha sido diseñada para depositar todo el peso de la crisis económica en las espaldas de la clase obrera y de los trabajadores en general”, denunciaron en el pliego que fue recibido por un funcionario del Ministerio de Trabajo.
Por otra parte, Pedro García, presidente de la Asociación de trabajadores jubilados y pensionados de Caracas, denunció que un grupo de aproximadamente 40 trabajadores del estado Carabobo fueron recibidos por un grupo policial en horas de la mañana.
“Les dijeron que no podían venir a Caracas y los echaron para atrás”, explicó.
Vivir con 130 bolívares
“Lo único que me falta por vender, es mi casa”, dice un trabajador jubilado quien cuenta que ha tenido que vender distintos electrodomésticos y objetos personales para poder adquirir comida y alimentos.
Sostiene que, gracias a su hijo, puede comprar algunas cosas de primera necesidad. Pero, su situación se ha vuelto más complicada debido a que debido a la pandemia por COVID – 19, el negocio de su hijo quebró.
“Ahora me ha tocado a mí ayudarlo a él. Cuando no tengo, le pido ayuda a mis mismos compañeros que también son jubilados y pensionados”, resalta.
A sus 77 años, el extrabajador de Ipostel lamenta no poder mantenerse a sí mismo y tener que recurrir a la ayuda de otros. “Esta no era la idea de vejez que yo tenía, pero seguiremos luchando para que todo cambie”, insistió.
Vivir de la familia
“No es justo que yo tenga que vivir de la ayuda que me da mi hija”, dijo Lidia González, una trabajadora pensionada.
Asegura que su hija tuvo que irse del país en el año 2015 para poder mantenerlas a ambas.
“Por eso voy a cada protesta, porque no me parece justo que mi hija haya tenido que irse de Venezuela por eso. Lo justo sería tener lo de uno y más después de dedicar 30 años de servicio”, sostuvo.
Afirma que la ayuda que recibe no siempre le alcanza, pero hace lo posible por “estirar el dinero” lo más que puede y hacerlo rendir para la compra de medicinas y necesidades diarias.
“No consigo trabajo por mi edad, por eso aunque no me alcance, lo administro lo mejor que puedo”, dijo la mujer de 67 años.
Obligados a trabajar
“Aunque ya tengo la edad (70 años), no pido mi jubilación porque sé que al hacerlo, voy a perder el beneficio de los cesta tickets. No puedo perder eso”, expresó una trabajadora del área de mantenimiento de la Universidad Simón Bolívar.
Asevera que no recibe ayuda de familiares, pero lo que percibe le alcanza para comprar algunos productos de la cesta básica que, según el reporte del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas – FVM) de julio, tiene un valor de $502,27.
“Para mi resulta de ayuda cuando llega la bolsa, pero en mi sector no ha llegado desde hace dos meses”, cuenta.
Ratifica que a su edad lo ideal sería jubilarse, pero el saber que vivirá de 130 bolívares mensuales, la llena de mortificación.
Acabar con las tradiciones
“Debo decirle a mi hijo que no podré continuar con la tradición del niño Jesús porque no me alcanza”, dice una trabajadora del sector de salud quien asistió a la protesta vestida como El Grinch, famoso personaje conocido por “odiar la navidad”.
Así como el Grinch odia la navidad, asegura que el Gobierno “odia“ a los trabajadores públicos venezolanos quienes reciben uno de los sueldos más bajos del mundo.
“Lo que recibimos no nos alcanza para el día a día. Soy una profesional y con lo que gano, no me puedo mantener ni a mi ni a mi familia. Con los 600 bolívares que recibí de aguinaldo lo menos que tendré es una navidad feliz”, lamentó.
Con información de TalCual Digital | Crónica Uno