La Academia Nacional de la Historia de Venezuela ha afirmado que el país tiene argumentos históricos y jurídicos suficientes para reclamar el Esequibo. No obstante, en la Corte Internacional de Justicia se necesita más que saber de esas razones. Debe haber una defensa compuesta de juristas nacionales e internacionales altamente calificados, con una estrategia bien definida que logre sacar a Venezuela del hueco en que se hundió mientras Guyana alistaba su jugada judicial
Venezuela se quedó dormida en los laureles y Guyana aprovechó su silencio para avanzar en el juego que tiene al territorio Esequibo —y a los yacimientos petroleros y gasíferos hallados dentro de él— como trofeo. Por años, se trató de llegar a un convenio beneficioso para ambas partes, pues lo ideal era resolver la disputa con arreglos judiciales o negociaciones bilaterales que no implicaran que el caso llegara a la Corte Internacional de Justicia (CIJ). Pero ni las Naciones Unidas lograron llevar esta controversia territorial a su fin.
Mientras que el gobierno guyanés se preparaba para entrar en terreno, el venezolano continuó defendiendo que los oficios eran mecanismos para solucionarla, sin plantear alternativas al altercado judicial. Los resultados —si así pudiera llamarse la inactividad estatal de las últimas décadas— registrados hasta el momento, sin embargo, pudieran reversarse.
Juan Francisco Contreras, presidente de Colegio de Internacionalistas de Venezuela, explicó, en conversación con TalCual, cuáles deben ser las próximas movidas del país para que, en los ocho meses que le quedan, pueda preparar su defensa, la cual, es probable que se centre en echar por tierra la válidez del Laudo Arbitral de 1899, —en el que se estableció el límite entre estas dos repúblicas— por considerarlo «nulo e írrito».
La propia Academia de la Histora venezolana ha afirmado que el mismo carece de motivación y fundamentación jurídica y que el tribunal reunido en París «obró única y exclusivamente en respuesta a arreglos de carácter político», a favor de Gran Bretaña.
«Guyana cuenta con asesores, expertos, juristas internacionales de primer orden que tienen décadas analizando el tema y estableciendo una estrategia. Por el lado de Venezuela, sin embargo, hay mucha improvisación (…) hubo mucha negligencia en la conducción de esta disputa. No está muy claro ni siquiera qué es lo que se va a hacer, y manejar un tema complicado como el Esequibo requiere de expertos en derecho internacional, en el funcionamiento de la Corte, de los protocolos que deben cumplirse ante ella; y eso no lo tiene cualquiera», señaló el internacionalista.
Para el profesor universitario, es esencial que Venezuela trate de mantener la resolución del conflicto por el Esequibo dentro del Acuerdo de Ginebra firmado en 1966 —considerado uno de los más importantes de la diplomacia venezolana durante el siglo XX—, ya que manifesta el espíritu de que ambas partes «puedan lograr acuerdos, establecer mecanismos de cooperación para ese territorio».
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Según Contreras, en la frontera de nuestra nación con esa zona en reclamación, en un principio se intentó establecer escuelas de enseñanza del español, centros de asistencia hospitalaria e incluso se planteó la posibilidad de otorgar cédula venezolana a los ciudadanos del Esequibo que se identificaran como tal.
«Eran proyectos para ayudar a la gente (la del Esequibo), pero ahora están abandonados por parte de Venezuela y ni les cuento cómo están por parte del Estado guyanés, que no tiene cómo prestarle servicio a las personas en ese territorio», afirmó el experto en derecho internacional.
La Academia Nacional de la Historia de Venezuela ha afirmado que el país tiene argumentos históricos y jurídicos suficientes para reclamar tierras que le fueron «arrebatadas» por Gran Bretaña, la entonces principal potencial colonial del siglo XIX .
No obstante, en la Corte Internacional de Justicia se necesita más que saber de esas razones. Debe haber conocimiento de cómo debe abordarse esta cuestión jurídica para así encontrar una solución viable.
«Más allá de la situación política-ideológica que ha enredado mucho más la posición de Venezuela respecto el Esequibo, debe haber una posición del Estado venezolano. Se han cometido errores que han hecho que perdamos tiempo y capacidad de maniobra para avanzar en nuestra reclamación. Se debe convocar a expertos y no opinadores de oficio, para que puedan establecer una estrategia exitosa; gente con currículum, que se involucre a las academias, universidades, gremios», aconsejó Juan Francisco Contreras.
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Contreras consideró que hay que formar un grupo de expertos con miembros que no busquen posicionar tendencias políticas, pues a su juicio «le haría un mal servicio al país». Cree que hay tiempo, aunque no mucho, para trazar un plan de acción que contemple objetivos comunes y pueda llevar a Venezuela a la victoria, sin que siga perdiendo grandes territorios —por sus propios errores—, como los concedidos en el laudo con el que se anexó a Colombia casi toda La Guajira y los Andes Occidentales, a través del Tratado Pombo-Michelena de 1833.
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