Menos mal, que los demócratas venezolanos, disponemos de los mecanismos para neutralizar la maniobra. El primero y más importante, es hacerla del conocimiento público, nacional e internacional
Por OMAR ESTACIO Z./ Diario Las Américas
Avanza, el proyecto de la narcosatrapía encabezada por Maduro, de desmantelar, de vaciar la presidencia de Venezuela de sus atribuciones naturales, una vez concretada su derrota, por avalancha, el próximo 28 de julio.
María Corina Machado burló con la inesperada candidatura de Edmundo González, las sucesivas maniobras de inhabilitarla a, ella, primero y, después, a la académica, Corina Yoris; ha evadido, sucesivamente, los intentos de aislarla en Caracas. Quiere decir, la prohibición de abordar las aerolíneas locales que prestan el servicio normal de transporte de pasajeros; las obstrucciones de vías de comunicación terrestres y hasta fluviales; la represión, en general, a todo aquel que le provea, del agua, el pan o posada, en sus giras, incluidos los apresamientos de sus seguidores políticos más cercanos por el delito de lesa revolución de aspirar la reimplantación de la democracia en Venezuela.
El plan contingente de despojar a la Jefatura de Estado de sus funciones naturales, una vez derrotado el chavomadurismo en cualquier elección medianamente limpia, es viejo.
En Venezuela la tradición ha sido que el traspaso de poder al jefe de Estado recién electo se produzca a escaso mes y medio después de las votaciones. En EEUU, Colombia, Argentina, por nombrar algunos pocos países cercanos, es más o menos lo mismo ¿A cuento de qué los seis largos meses, que median del próximo, 28 de julio y el 23 de enero de 2025, fijados de manera arbitraria por el árbitro electoral para la toma de posesión del nuevo Presidente?
Los multitudinarios respaldos de calle a la candidatura de Edmundo González, no mienten. Hasta las encuestadoras más colaboracionistas, han comenzado a reflejar lo que está a la vista. González duplica, triplica y hasta cuadruplica a Maduro en todas las mediciones.
El pasado 28 de mayo la espuria Asamblea Nacional, controlada por la narcosatrapía, con la colaboración de varios grupúsculos que se hacen pasar por opositores, aprobó la reforma parcial de la Ley Orgánica del Poder Popular. El adefesio legislativo, pretende tomar los seis meses que median entre las votaciones del próximo mes de 28 de julio y el inicio del próximo período constitucional el 23 de enero próximo, para desmontar, para vaciar la institución de la presidencia de la República, al traspasar sus atribuciones naturales a un fementido autogobierno comunal. Este último, conforme al precepto 12 de la butifarra legislativa, asumiría la “soberanía popular con preeminencia sobre los demás órganos y entes del Poder Público”.
Los actuales órganos de Poder Ejecutivo de Venezuela, “transferirán a las comunas y a los sistemas de agregación que de éstas surjan, funciones de gestión, administración, control de servicios y ejecución de obras atribuidos a aquellos por la Constitución” (artículo 15); “Una vez constituidas las instancias del Sistema Nacional de Agregación Comunal se le transferirán las competencias y atribuciones de administración, gestión de bienes y recursos para brindar los servicios de salud, educación, vivienda, deporte, cultura, programas sociales, ambiente, prevención y protección vecinal y cualquier otra competencia” porque la enumeración que precede no es taxativa sino ejemplificativa (artículo 17).
Por su parte, el periódico “La Razón” de Caracas, en su edición de ayer domingo, anunció la existencia de una comisión de alto nivel, integrada, entre otros, por el general más madrino de todos. El objeto del cónclave sería instrumentar los atropellos previstos para los seis meses del mencionado interregno.
Menos mal, que los demócratas venezolanos, disponemos de los mecanismos para neutralizar la maniobra. El primero y más importante, es hacerla del conocimiento público, nacional e internacional.
Volveremos sobre el tema.
@omarestacio