Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- Ni una economía dolarizada de facto, ni la exoneración de aranceles e IVA para facilitar la importación de una gran cantidad de productos terminados desde 2019, han impedido que los precios de los productos en Venezuela sean más caros que en el resto de Latinoamérica, Estados Unidos o Europa. Al menos el doble pueden costar las bebidas, verduras, frutas o tubérculos en este país, en comparación a los precios reflejados en las páginas web de supermercados de Cúcuta o Bogotá. Lo mismo ocurre si se revisan marcas en Walmart, la cadena de almacenes en USA y se comparan con las que exhiben bodegones en Venezuela, que en algunos casos son hasta 300% más costosas.
Para economistas, hay seis factores claves que hacen que en este país cubrir el 60% de una dieta calórica como lo recomienda por la OMS sea un privilegio sólo para un sector reducido de la población. El primero es que Venezuela vivió por cuatro años en hiperinflación, uno de los ciclos más largos de la historia, sólo superado por Nicaragua. Eso destruyó el poder adquisitivo de los venezolanos y llevó a la pobreza al 80% del país, según la Encuesta Condiciones de Vida (ENCOVI), de la UCAB.
Esta subida de precios de manera acelerada ha sido promovida por las políticas económicas del Gobierno. Según explica el economista Gerardo Álvarez, el Ejecutivo nacional ha gastado más de los ingresos fiscales que obtiene el Estado, y para financiar ese déficit recurre al Banco Central de Venezuela (BCV), para crea liquidez sin respaldo en las reservas internacionales ni en la producción.
El segundo factor, es que aunque el oficialismo mantenga el discurso de recuperación económica, el país sigue estando entre las inflaciones más elevadas del planeta. La vicepresidente de la República, Delcy Rodríguez, dijo el 23 de enero que la inflación en 2022 cerró en 234%, Venezuela sólo sería superada por Zimbabue que registró inflación de 244%. De acuerdo con cifras del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), el país cerró con inflación en 305%. En el hemisferio sólo Argentina se le acerca, con una inflación de 94.8%.
«Esa característica nos coloca en desventaja con el resto del mundo. Si quitamos a Argentina, ningún país de América Latina tuvo una inflación que superara el 25% anual«, Enfatizó Álvarez.
La tercera consecuencia es el incremento que ha tenido el precio del dólar. «Octubre tuvo una tasa de inflación del 8.5%. El día 15 de diciembre la tasa intermensual llegó a 20,19%. Un aumento de 137%. En ningún país de América Latina ha ocurrido ese fenómeno cuyas tasas de variación de inflación mensual se mantiene siempre estables, en un dígito».
Como cuarta característica está la especulación cambiaría y de los precios en el mercado. Un ejemplo claro es el que revela la Cesta Petare, elaborada por el economista Ángel Alvarado. En octubre 2022 una persona gastaba en Miranda 326 bolívares ($39.29) para comprar un cartón de huevos, una harina de maíz, queso blanco, un kilo de carne, aceite de maíz, azúcar, un arroz y café molido. El 15 de enero de 2023 esos mismos ocho producto, costaron el doble, 689 bolívares y $35,36.
«Lo que mueve a la especulación en Venezuela es la incertidumbre de la política económica. El empresario que hace incrementos discrecionales, prevé que los costos de sus productos comprados en el exterior van a ser mucho más caros a corto plazo, porque la política de Maduro se ha basado en una práctica recurrente de incrementar la liquidez monetaria y eso produce un efecto inflacionario automático en todos los bienes y servicios«, mencionó Dilio Hernández, economista.
Esa especulación también se da porque en Venezuela la mayoría de los productos y materias primas son importados, y los países están registrando niveles de inflación que no ocurrían desde hace 40 años. El Banco Mundial aseguró que se vive una antesala a una recesión. Los precios de los productos están aumentando por la crisis energética de la invasión Rusia o Ucrania. Por lo tanto los empresarios criollos que adquieren su mercancía en el exterior, arrastran esa inflación a sus estructuras de costos.
Un quinto factor que hace que los alimentos sean más caros en Venezuela, es la desconfianza en el Bolívar. Desde enero 2022 la moneda nacional se ha devaluado 367% con respecto al precio del dólar. Adicionalmente en esta nación se aplica un control cambiario desde hace más de 23 años, mientras que países que gozan de democracia plena cuentan con libre convertibilidad.
Finalmente la sexta característica es el contexto en el que opera el sector privado. Según el presidente de la Cámara de Industriales de Lara, Joel Segura, las empresas de manufactura operan al 35% de su capacidad instalada, mientras las industrias de Colombia están al 100%. Adicionalmente el sector privado tiene que elevar sus gastos porque los servicios públicos para producir en Venezuela son deficientes, entonces debe pagar para tener suministro alternativos de electricidad, agua, a veces comprar gasolina en el mercado negro y aumentar sus costos en seguridad.