En el mundo académico, persiste el debate sobre cuál es el tipo de capital social más idóneo, distinguiendo entre el individual y el colectivo; sin embargo, como se explicó anteriormente (ver capítulo titulado: ¿Qué contiene la literatura científica sobre capital social?), ambas formas de capital social tienen su beneficio, dependiendo del uso que se le dé a cada uno de ellos. Es importante recordar que en el caso del capital social individual existen los enfoques propuestos por Nan Lin y Ronald Burt, mientras que en el caso del capital social colectivo resaltan las teorías de Pierre Bourdieu, James Coleman y Robert Putnam; no obstante, ha sido siempre nuestra preferencia apoyarnos en la Teoría de Redes, desarrollada por Nan Lin (2001), porque permite estudiar la formación y uso de capital social de una manera integral y coherente, al extender la teoría y metodologías para su medición, desde el nivel micro social (individual) hasta el nivel macro social (organizaciones de la sociedad civil, comunidades, ciudades, regiones o países), siendo la estructura de la red, en ambos casos, la generadora de capital social. Otros aspectos cuya comprensión se facilita con la teoría del sociólogo Lin, son el de la inversión de capital social (tiempo y esfuerzo) y el retorno a la inversión (beneficio).
En el caso del capital social individual, la red de relaciones sociales bajo análisis es conocida con el nombre de red egocéntrica o personal y el capital social a determinar viene dado por las interconexiones entre el individuo focal (ego) y sus alters, además de las relaciones entre los alters. El análisis es menos complejo, en términos matemáticos, que en el caso del capital social colectivo, en el cual debe considerarse el capital social interno y el externo a la colectividad. No perdamos de vista que el propósito es facilitar la formación de capital social de manera integral.
En una colectividad, entendida como una red de relaciones interpersonales, cada individuo representa una cantidad determinada de recursos y el capital social (recursos sociales) es analizado considerando la intensidad de las interacciones y la densidad de las relaciones entre esos actores sociales. Ese tipo de redes se conoce con el nombre de redes sociocéntricas. La efectividad del capital social interno de la colectividad es evaluado en relación a las metas que la colectividad (por ejemplo, comunidad), se haya planteado. En el caso de tratarse de metas instrumentales (aquellas que contribuyan a aumentar el capital social de los individuos y de la colectividad), será preciso obtener más y mejores recursos que los disponibles a lo interno de la sociedad, de allí la necesidad de contar con capital social externo.
La formación integral de capital social, individual y colectivo, la podemos lograr con la utilización de la Tecnología Social SAI, a través de la creación de un SAI-Universal, con el cual distintas organizaciones e individualidades pueden interconectarse. Un considerable número de redes egocéntricas pueden integrarse en una gran red sociocéntrica, representando ésta un proyecto o una comunidad, así como también una red de organizaciones de la sociedad civil; o, inclusive una ciudad o un país. La Teoría de Redes (Lin, 2001) permite abarcar tan diversos alcances.
Capital social y consenso son conceptos complementarios que determinan la eficiencia en la utilización de la Tecnología Social SAI,para la planificación y ejecución de proyectos de todo tipo; sin embargo, la formación, administración y uso de capital social requiere de confianza. Además, para construir y obtener beneficios de un consenso se requieren compromisos.
Referencia:
Lin, N. (2001). Social capital: A theory of social structure and action.
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