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La izquierda gana en Chile: Gabriel Boric es el nuevo presidente

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Chilean presidential candidate Gabriel Boric, from the Apruebo Dignidad party, greets supporters after voting during the runoff presidential election in Punta Arenas, southern Chile, on December 19, 2021. - Chile chooses Sunday between far-right and leftist candidates for a President to lead the country through a period of constitutional change amid a clamor for social reform. (Photo by CLAUDIO REYES / AFP)

Gabriel Boric llevaba más de 10 puntos de ventaja cuando apenas se habían contado 69% de las mesas electorales. Su rival José Antonio Kast reconoció el triunfo

En Chile, el candidato de izquierda Gabriel Boric ganó las elecciones presidenciales, una victoria que fue reconocida por su rival José Antonio Kast, de ideología de derecha.

Tras escrutarse 69% de las mesas electorales, Boric ganaba con más de 10 puntos de diferencia, lo que es suficiente para reconocer su triunfo.

“Acabo de hablar con @gabrielboric y lo he felicitado por su gran triunfo. Desde hoy es el Presidente electo de Chile y merece todo nuestro respeto y colaboración constructiva. Chile siempre está primero”, escribió noblemente Kast, abogado de 55 años, en su cuenta en Twitter.

En una jornada marcada por problemas con el transporte público en Santiago y varias regiones de este país de 19 millones de habitantes, las mesas cerraron a las 18H00 locales (21H00 GMT) después de 10 horas de votación.

Más de 15 millones de ciudadanos estaban llamados a votar para escoger al sucesor del mandatario Sebastián Piñera. Tras el cierre de mesas, se esperan resultados oficiales unas dos o tres horas después.

De derecha y extrema izquierda

El abogado derechista José Antonio Kast, de 55 años, se enfrentó al joven diputado de izquierda Gabriel Boric, de 35 años, la edad mínima para postular a la presidencia en Chile.

El ganador de la jornada sucederá el próximo 11 de marzo de 2022 al conservador Sebastián Piñera, que fue el primero en emitir su voto en un colegio en el barrio Las Condes de Santiago. “Es muy importante que todos participen. Hoy se apaga la voz de los candidatos y se escucha la voz de la gente”, dijo el mandatario.

La elección, en la que más de 15 millones chilenos están llamados a votar de manera voluntaria entre las 11H00 GMT y las 21H00 GMT, pesa el fantasma del abstencionismo, que en la primera vuelta del 21 de noviembre superó el 50%.

Los primeros resultados

Los primeros resultados de las votaciones de chilenos en Australia, Nueva Zelanda, Corea y Japón dieron una rotunda victoria a Boric, según actas consulares divulgadas en Chile.

Candidato por el Partido Republicano, Kast oferta mantener el modelo neoliberal impuesto por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), que le dio a Chile estabilidad social y económica pero que hace dos años fue fuertemente cuestionado en las calles, en multitudinarias protestas -algunas muy violentas- en reclamo de una mayor igualdad y derechos sociales.

Boric, de la alianza Apruebo Dignidad, que reúne al Frente Amplio y al Partido Comunista, pero que en segunda vuelta recibió el apoyo de toda la centroizquierda, propone avanzar hacia un Estado de bienestar, con una serie de derechos básicos asegurados.

Una última encuesta en línea de la consultora brasileña AtlasIntel, que consultó a 4.062 personas entre el 17 y el 18 de diciembre y tiene un margen de error del 1%, posiciona ligeramente por arriba a Boric, con un 49,4% frente a un 47,4% de Kast.

Proyectos diferentes

“Los dos candidatos representan proyectos muy diferentes y están apoyados por partidos muy diferentes en los extremos”, señala a AFP la doctora en Ciencias Políticas María Cristina Escudero, de la Universidad de Chile.

Nunca antes desde el retorno a la democracia, en 1990, se enfrentan en un balotaje candidatos que no pertenecen ni a la ex-concertación de partidos de centro izquierda ni a la Alianza derechista.

Un miembro del equipo electoral prepara la sala de votación en el colegio Salvador Sanfuentes en Santiago. Foto JAVIER TORRES / AFP

Los dos proyectos políticos opuestos generan esperanza para buena parte de los votantes y temor para otros.

“El comunismo no es bueno ni para la gente pobre, ni para los ricos. Para nadie. Soy una persona normal y trabajadora. Me gusta la paz, la tranquilidad y la posibilidad de seguir avanzando lentamente”, dice a AFP Ricardo Sepúlveda, jubilado de 75 años y simpatizante de Kast.

Camila Chamblas, profesora de 26 años, votará por Boric. “Hay mucha gente joven que no toma parte en la política. Pero las cosas que dice (Kast) son como un continuación” de las políticas de Pinochet, afirma a la AFP.

Campañas sucias

La campaña tuvo un tono muy polarizado, con un cruce de cuestionamientos y el despliegue de noticias falsas.

“Esta campaña se ha encarado por la clase política de la peor manera, con una imagen de polarización que es bastante engañosa”, dijo a la AFP el analista político Marcelo Mella, de la Universidad de Santiago.

Se trató de “una competencia centrada en desprestigiar al competidor con acusaciones que demostrarían falta de integridad de parte de los candidatos. Eso no es necesariamente polarización, es un mecanismo para generar un efecto visual y ganar esta elección”, se pregunta Mella.

Fantasma de la abstención

Desde que en 2012 se instaló el voto voluntario en el país, la abstención ha marcado las elecciones chilenas. En la primera vuelta, en la que Kast se impuso con el 27,9% de los votos frente a Boric (25,8%), la participación alcanzó el 47%.

“Existe una crisis que no es reciente sobre la oferta política en Chile de los partidos. Se expresa en las coyunturas electorales en que difícilmente se ha sobrepasado el 50%”, explica Mella.

En esta segunda vuelta, el fantasma de una alta abstención sigue rondando.

“Puede que vaya a votar más gente que se ha movilizado en esta polarización entre proyectos tan distintos. Pero también puede que vaya a votar menos gente, porque se quedó sin candidato en el centro”, agrega la académica Escudero.

“Hemos tenido segundas vueltas bien ajustadas en el pasado. Estamos acostumbrados a que (el resultado) sea estrecho”, dice.

“Tengo miedo, la verdad. No hay realmente esperanza. No me gusta ninguno. No quiero que seamos un segundo Venezuela, pero tampoco un país de extrema derecha”, alega Javiera Otto, trabajadora de Amazon, de 24 años.

El Estímulo