De acuerdo a la teoría de la evolución social de Parsons, existen unos factores críticos del éxito (FCE) o un “paradigma del cambio evolutivo”, para lograr incrementar la capacidad adaptativa de una sociedad a través de procesos complejos de: 1. Diferenciación estructural; 2. Adaptación al entorno; 3. Inclusión de sectores y grupos diversos en el proyecto evolutivo de sociedad; y, 4. Generalización de los valores (Girola, 2010: 177). Para que pueda ocurrir un cambio evolutivo, estos procesos deben desarrollarse en forma conjunta. Además, obsérvese que se trata de los mismos procesos del cambio estructural, asociados al esquema AGIL de la teoría general de la acción: sistema conductual (A), sistema psicológico (G), sistema social (I) y sistema cultural (L).
En un sistema social en evolución, la diferenciación de una estructura en dos o más unidades, con distintas características e importancia funcional, indica una dirección hacia la modernidad, por cuanto lo contrario es característica de organizaciones sociales primitivas. El aumento en la diferenciación, según la teoría de Parsons, se presenta también a lo interno de la sociedad, a nivel de la comunidad societal como subsistema integrativo (solidaridad), al producirse un mayor grado de especialización. De ese modo se fortalece la posibilidad de consenso y se continúa el progreso hacia estadios superiores de evolución, como los alcanzados en el mundo occidental.
La adaptación al entorno debe ser incremental y constituye el segundo de los FCE del cambio evolutivo. Esa mayor capacidad de adaptación se refiere a la generación y al mantenimiento de recursos idóneos, progresivamente. Así como el caso de la diferenciación estructural atiende a la función del logro de objetivos/metas, la función adaptativa se cumple a través del incremento adaptativo. Al ser el ambiente (entorno) “la fuente de los recursos que la sociedad puede utilizar para satisfacer las necesidades de sus miembros, éste debe estar bajo control o la capacidad de adaptarse a él debe aumentar” (Parsons, 1977: 7). La autosuficiencia es la dirección objetivo.
Las sociedades varían mucho según su grado de inclusividad. Pocas pueden ser consideradas verdaderamente inclusivas, en cuanto a que su ciudadanía tenga igualdad de oportunidades y sus derechos humanos estén garantizados. El problema existe cuando importantes sectores de la población no son considerados parte de la ciudadanía (comunidad societal). Un argumento es que la diversidad étnica y religiosa determina la exclusión de algunos sectores, por ejemplo, en los Estados Unidos; sin embargo, aun cuando se alcancen niveles muy bajos de exclusión social, ésta siempre será razón de protestas. La igualdad absoluta es imposible de lograr, en términos prácticos, porque es incompatible con la estratificación (roles) en todas las sociedades.
El cuarto y último de los FCE es la generalización de valores. De acuerdo a Parsons, comprende la articulación entre la diferenciación estructural y los valores de un sistema, de tal manera que a medida que aumenta la diferenciación del sistema mayor ha de ser el nivel de generalidad de la pauta de valor, para así poder legitimar al sistema social en todas sus partes, al englobar a valores ubicados a niveles inferiores de evolución. Hacemos referencia a los valores sociales en la concepción de sistemas sociales reguladores de compromisos, establecidos entre actores sociales, y que son fundamentales para entender a las sociedades (Parsons, 1977: 251). Con la teoría de la evolución social, constatamos la complejidad de las teorías de Parsons, de nuevo.
Referencias:
Girola, L. (2010). Talcott Parsons: A propósito de la evolución social.
Parsons, T. (1977). The evolution of societies. Edited and with an introduction by J. Toby.
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