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UPP89 fija posición ante el pretendido fraude sobre el cual desinforma el Gobierno

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Los que participamos en la votación, vimos y nos alegramos de la austeridad que privó en la jornada del 22 de octubre. Como debe ser en un país donde su población sufre múltiples carencias diarias y tiene muchas necesidades

Prensa UPP89- Las colas son elocuentes y lo fueron el 22 de octubre. Colas en los sectores populares y en las urbanizaciones. Colas en las populosas parroquias de Caracas. Colas en los más recónditos municipios. Colas en todos los Estados. Colas dentro y fuera del país. En el exterior de venezolanos que sufren el destierro y el desarraigo. El Dr. Jesús María Casal y los demás miembros de la Comisión Nacional de Primaria, todas ellas personas honorables, de irreprochable integridad, nunca hubieran permitido un fraude. Nosotros tampoco. No hubo fraude alguno. Votaron más de 2.4 millones de electores.

La explicación matemática

Se establecieron 5.000 mesas de votación. Eso indica que votaron, en promedio, 480 electores por mesa. En una jornada de 8 horas, de 480 minutos, esto representaría un votante cada minuto. Se equivoca el gobierno en su escaso razonamiento matemático. No toma en cuenta varios elementos adicionales que, a continuación, señalaremos: 

1) El proceso era rápido y sencillo. Sólo había que marcar con una X el candidato de nuestra preferencia, en una papeleta con apenas 13 opciones. Una sola escogencia a elegir (no múltiples cargos a elegir)

 2) No se requería que un presidente de mesa, activará una máquina de votación, ni se le dieran largas explicaciones al elector, ni el elector debía presionar varias pantallas o teclas. Sólo marcar una pequeña y diminuta X.

 3) Ante la masiva afluencia de votantes, los miembros de mesa hicieron dos colas, de una sola mesa. Por ejemplo, en Santa Sofía, parroquia El Cafetal, la mesa 2 se dividió en dos, las cédulas de 6.000.000 y pico, en adelante, que estaban en el tomo 2 del cuaderno de votación correspondiente, en una cola y los del tomo 1, de la misma mesa, en otra cola. Otro ejemplo, en Madrid, de una misma mesa, se hicieron tres colas, cada una correspondiente a uno de los tres tomos de los cuadernos de votación, y la mesa 1 se transformó en mesas 1.1, 1.2 y 1.3. Así de simple.

 4) Algunos centros de votación permanecieron abiertos, mientras hubo electores en las colas; es decir, la jornada de votación no fue de 8 horas, sino de 9 o 10 horas, quizás más. La explicación matemática no deja lugar a dudas, si se quieren buscar explicaciones reales y no actuar de mala fe.

La matemática de los fondos

Los que participamos en la votación, vimos y nos alegramos de la austeridad que privó en la jornada del 22 de octubre. Como debe ser en un país donde su población sufre múltiples carencias diarias y tiene muchas necesidades. Centros de votación muy precarios, a veces uno o dos toldos modestos, a veces, ni siquiera eso. La gente en colas a pleno sol. Una papeleta de votación pequeña y sencilla. Se trabajó literalmente “con las uñas”. Lo opuesto a los dispendiosos y groseros, por lo ostentoso, actos políticos del partido de gobierno.

La proyección matemática

Si votaron 2.4 millones de personas en la Primaria, en un proceso electoral donde los funcionarios públicos, los militares, los milicianos, los comerciantes, los empresarios y muchos otros venezolanos que, tienen algún nivel de dependencia económica con el gobierno, se abstuvieron de votar, uno se pregunta: ¿Cuántos venezolanos saldrán a votar, en una elección presidencial, en contra del gobierno? Le dejamos al lector la respuesta.