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Sidor, vitrina del fracaso / Por Américo De Grazia

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“La verdad se defiende sola, la mentira necesita la ayuda del gobierno”.
Antonio Escohotado.

Caracas, 17 de Mayo del 2022. Maduro, en el marco de los 14 años de la reestatización de SIDOR y la satanización de la privatización, ofreció revenderle a los sidoristas las acciones tipo B, que en otros tiempos, Chavez les expropió.

Este fracaso nos dejó tres (3) grandes lecciones que debemos recordar por siempre: (1) Que el “Estado” es sinónimo de pueblo es un concepto comunistoide, ridículamente falso y aunque presuntamente es algo aprendido, al parecer aún no lo internalizamos.
El modelo de estado empresario, el capitalismo de estado, el rentismo como instrumento administrativo, no ha dado buenos resultados en ningún país del mundo, ¡en ninguno! Un gobierno patrono es monopolizador y como tal, ejerce el más salvaje de los capitalismos conocidos hasta ahora, en especial donde no existe separación de poderes. (2) Ese modelo pretende simplemente consolidar la idea de gobierno rico, ciudadanos (o trabajadores) pobres. Con el interés de subyugar progresivamente a los súbditos. (3) El modelo de Chávez y Maduro fracasó y el pasado se agotó.

Esos tres aprendizajes dejaron profundas heridas y gruesos surcos de dolor. Fue con esta metodología que satanizaron la privatización y la salida de Ternium del escenario siderúrgico. Pasando ésta de empresa productiva, a ser nuevamente subsidiada por la bonanza petrolera; de autosuficiente y competitiva, a mendiga. Con la reestatización, Cd Guayana perdió su mejor contribuyente, al dejar de percibir los impuestos municipales; CORPOLEC, CANTV, e HidroBolivar dejaron de cobrarle los servicios al mejor cliente de la zona; los sidoristas y socios de la empresa, como accionistas tipo B, dejaron de percibir dividendos trimestrales, dando inicio al empobrecimiento escalonado que terminó en un vulgar ¡exprópiese! El fondo regional Guayana, de 50 millones de dólares, aportados por Ternium para promover emprendedores productivos entre los trabajadores, para que pasaran de empleados a empleadores desarrollandose en las áreas de su conocimientos, se extinguió, el régimen se los robó, sin darle un solo dólar a los destinatarios originales.

Fue entonces, cuando Chávez y a continuación Maduro, emprendieron el proceso de colonización de la vanguardia laboral más lucida del país para ese momento. Los corrompió, los desprestigió, los judicializó, los reprimió y los redujo a comodines de utilería política; pasando entonces de nómina de la empresa a “página de la patria”, de asalariados a bonificados. Con el memorándum 2792 les expropiaron los contratos colectivos, los beneficios contractuales y le confiscaron la libertad sindical.

Condenaron a SIDOR a la obsolescencia tecnológica, al pretender migrar de la energía local, limpia y confiable que le proporcionaba la hidroeléctrica de Guri, a la foránea y contaminante, generada por chatarras termoeléctricas a gas, adquiridas a través de turbios negocios con el régimen cubano; hoy la factoría no cuenta, con ni una, ni la otra.

Todo esto, nos lleva a conclusiones irrefutables y preguntas alarmantes: ¿quién quiere ser socio hoy de Maduro y su práctica sistemática de quiebra y fracaso? ¿Juega el régimen al ingenuo, al propósito de enmienda, a revertir el modelo? ¡No, definitivamente no! Es una táctica de huir hacia adelante, ofrecerle a los trabajadores un caramelo de cianuro, que les allane el camino, para garantizarle a su casta roja, la sociedad mayor con el gran capital de quienes hoy ocupan territorialmente el mercado venezolano, vale decir, chinos, rusos, iranies, turcos y cubanos; de modo que estamos ante la profundización del fraude. Maduro de hecho fracasó, pero cuidado, el pasado se agotó irremediablemente. No hay chance para los cantos de sirenas entonadas por la viudas de la CVG. Es la hora del cambio de modelo, para salir del oscurantismo. Entiendo así el debate; y aclaro, no se trata de lo que proponen, sino quién lo propone y porqué lo hace.

Américo De Grazia.