Por Eudo Torres
El regreso de las clases presenciales en los centros educativos en zonas indígenas está lejos de estar a la par de algunas escuelas o liceos en las capitales del país.
Sin docentes y con escuelas cuyas estructuras están colapsadas pone en grave riesgo un año escolar sitiado por los efectos de la pandemia.
En Delta Amacuro, uno de los estados con la segunda mayor población indígena en Venezuela, las escuelas se encuentran en graves condiciones.
Solo en cinco comundiades indígenas en el municipio Antonio Díaz en Delta Amacuro hay estructuras de concreto que están en abandono: Nabasanuka, San Francisco de Guayo, Araguamujo, Bonoina y Dijarujkabanoko.
No obstante, con una inversión por parte del Estado estas plantas físicas pudieran ser reactivadas con relativa normalidad. En otras comunidades indígenas las estructuras no existen porque fueron construidas de madera cuya vida útil ya caducó.
Otro estado con una grave crisis en los centros educativos es el estado Amazonas, cuyas escueles no cuentan con pizarras ni pupitres. El personal docente, obrero y administrativo han abandonado los planteles.
De acuerdo con una data oficial del año 2014, en Amazonas habían 442 escuelas. Sobre este dato no conoce con exactitud cuántas escuelas siguen activas para octubre de 2021.
En el municipio Guajira, al norte del estado Zulia, la realidad no es distinta. Radio Fe y Alegría Noticias pudo confirmar que en el primer día de clases presenciales las escuelas públicas se encontraban «desoladas». Es decir, sin estudiantes ni maestros.
Algunos padres manifestaban que las únicas instituciones que habían abierto «y donde veía algo de movimiento son las de Fe y Alegría«. Una situación que parece ignorar el ejecutivo nacional.
Por ejemplo, la escuela bolivariana El Botoncillo tiene una matrícula de 80 estudiantes desde primer grado hasta sexto. Actualmente se encuentra en una situación bastante deplorable porque está sin puertas, ventanas, techos y sin pupitres, un panorama que preocupa a los padres y representantes.
Las comunidades indígenas del estado Apure también sufren de abandono por parte de las autoridades en esta materia. En zonas como Palmarito, Fruta e Burro, El Yagual, del municipio Achaguas; La Macanilla, del municipio Pedro Camejo; Riecito, en el municipio Rómulo Gallegos y en sitios del municipio Páez, el abandono total.
El Instituto Radiofónico Fe y Alegría de Guasdualito ofrece en estos momentos alternativas de estudios para integrantes del pueblo Eñapá, originarios del estado Bolívar, pero que migraron a esta zona del Alto Apure buscando trabajo y alimentos.
El problema común
El regreso a clases presenciales es cuesta arriba en las regiones con población indígena: renuncia de educadores, bajo salarios y desplazamientos forzados forman parte de los graves problemas que afectan al sector educativo.
De acuerdo con algunas investigaciones de Radio Fe y Alegría Noticias y otros medios de comunicación, existe un un problema común en los estados Bolívar, Delta Amacuro y Amazonas.
Los más graves problemas están ligados a la extracción ilegal de oro y otros minerales, contaminación y destrucción. El desplazamiento por parte de grupos armados, toma de comunidades enteras por parte de organizaciones criminales.
Aunado a ello, la inacción o abandono por parte del Estado venezolano de aquellos territorios que fueron habitat de los pueblos indígenas cada día es más creciente.
La fuga de talentos del sector docente, es otro de los graves problemas. Los maestros se han ido a los centros mineros ante los bajos salarios que perciben.
Así es recurrente ver a un docente laborando como motoristas de los mineros. Este es solo un ejemplo de los trabajos que deben realizar para poder sobrevivir y ayudar a sus familias.
Algunos directores también han denunciado que gran parte del personal han migrado, la mayoría a Trinidad y Tobago y Brasil.
Radio Fe y Alegría Noticias