Durante el foro Prospectiva Venezuela 2024 – I semestre del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB, bautizado este jueves como Padre Francisco José Virtuoso, s.j., se presentó una encuesta de ORC Consultores en la cual 60% de la población afirma que participará en las presidenciales, y que 62,78% votaría por María Corina Machado, y un 12,67% por Maduro
El foro semestral sobre prospectivas reúne expertos en diversas especialidades para tratar de dilucidar los escenarios de Venezuela sobre la base de herramientas científicas en las áreas de ciencias sociales, lo que incluye encuestas, estadísticas, grupos de discusión, análisis de entorno e interpretación de data.
Hay algo que salta a la vista de todo: la incertidumbre sigue siendo la norma y el sector que ostenta el poder prefiere quedarse con el estatus quo: es decir, si hacer concesiones significa perder el poder, prefiere dejar las cosas como están y permanecer en el poder.
“El año 2024 será muy importante porque será electoral. Y ahí nos planteamos la pregunta sobre si Venezuela podrá abrir canales a la senda democrática o si, por lo contrario, pasaremos a contextos más difíciles”, señaló el padre Arturo Peraza, rector de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), al inicio de este foro en espacio cerrado dirigido a formadores de opinión, diplomáticos, empresarios, académicos, estudiantes, organizaciones civiles y activistas políticos y de los Derechos Humanos.
Poco antes, Peraza presidio formalmente el acto de nueva denominación del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno (CEPyG) de la UCAB que ahora lleva el nombre del rector Francisco José Virtuoso S.J, fallecido en octubre del año pasado y gran impulsor de estas discusiones, de obras sociales, de la defensa de los derechos humanos y la participción ciudadana y de acercamiento de la academia a los diversos sectores del país y del exterior.
Peraza rindió homenaje a la figura de Virtuoso, quien, en reconocimiento a la labor de la Unidad de Extensión y Estudios Políticos fundada por Benigno Alarcón, la elevó al estatus de Centro de Estudios Políticos y de Gobierno, y le dio el respaldo e impulso que han hecho de este centro lo que es hoy, cuando cumple diez años de su creación.
A juicio del actual rector de la UCAB, el Padre Arturo Peraza, este centro de estudios tiene un sentido evangelizador porque respeta las diferencias en su lucha por un cambio de modelo político que responda a lo que necesitamos los venezolanos.
Por su parte, Benigno Alarcón, director del CEPyG UCAB, además de reconocer el apoyo y la inspiración que representó el rector Virtuoso, al dar inicio al evento de Prospectiva Venezuela 2024- Semestre I, advirtió que el próximo año será más de incertidumbres que de respuestas.
El costo del chavismo a tolerar un cambio político es muy alto, destacó Alarcón.
El círculo madurista controla el partido (Socialista Unido de Venezuela) y el gobierno, desplazando a otros actores del oficialismo. Mientras, el costo de tolerancia al cambio y a otros actores políticos que disputan el poder continúa siendo muy alto y se amplía el distanciamiento entre el madurismo y la base chavista.
La oposición fortalecida con la Primaria
Oswaldo Ramírez, miembro de la Mesa de Análisis Coyuntural de este Centro y director de la firma ORC Consultores, presentó los resultados de la última encuesta nacional, levantada entre el 8 y el 15 de noviembre en todo el país.
Encuesta arroja que el 14% se autodefine como oficialista; 50% de oposición y 36% no alineado.
En la oposición el liderazgo lo tiene María Corina Machado con 62,39%, producto del respaldo que obtuvo en la Primaria, proceso visto como exitoso por 58,42% de la población.
Con respecto a las presidenciales de 2024, a la pregunta de por quién votaría si las elecciones fueran el próximo domingo, 62,78% dijo que por María Corina Machado y 12,67% por Maduro.
Pero si por ejemplo María Corina no es la que enfrenta a Maduro y los dos únicos candidatos presidenciales fueran Maduro y Rosales, el 52,76% dijo que no votaría; 17,35% no sabe; 14,7% votaría por Maduro; 12,37% por Rosales y 2,77% no contesta.
Pero si se eliminan las opciones de no votaría, no sabe y no contesta, Maduro saldría beneficiado con 54,37% de la votación y Rosales solo obtendría 45,63%.
Al analizar la participación en la Presidencial, la abstención firme se ubica en 9,21%; 7,79% no votaría; un 23,21% es persuadible para votar; sí votaría 16,55% y muy seguro de votar, 43,24%. Si se suman estos dos últimos, se tiene que 60% de la población está dispuesta a acudir a estos comicios.
Con respecto al referendo del próximo domingo 3 de diciembre, se le preguntó a los encuestados que creen que busca el gobierno. El 28,23% considera que busca recuperar un territorio que es nuestro; 24,71% que se quiere generar un conflicto nacional innecesario; para 14,39% el objetivo es “aceitar” la maquinaria electoral de cara a 2024; y 14,11% cree que se busca tapar el triunfo ciudadano de la Primaria del pasado mes de octubre.
El mayor apoyo abrumador a la opción «recuperar un territorio que es nuestro» se da entre el universo que se identifica con el oficialismo.
Presión para un cambio
Alarcón recalcó que en estos momentos hay cierta unidad tanto en la oposición como en el gobierno.
La primera, luego de la Primaria pareciera haber aceptado el liderazgo que representa María Corina Machado, mientras que en el sector oficialista igualmente hay unidad pero con tensiones porque está claro para todos que no es posible que Maduro pueda ganar la elección de 2024 si se hace con condiciones competitivas.
De acuerdo con su análisis es poco probable que los acuerdos internacionales se cumplan, porque el gobierno no va a poner en riesgo la pérdida del poder.
“El gobierno no va a dar un no definitivo pero tampoco avanzará de manera significativa. Lo más probable es que se produzca una respuesta ambigua, como siempre, de estar dispuesto a elecciones libres, pero no habilita, dirá que habrá mecanismos para analizar inhabilitaciones y así ganar tiempo y mientras tanto aprovecha para ahorrar dinero para la campaña, gracias a las licencias”.
Reiteró que se empieza a asomar una oportunidad que nos acerca más a un escenario posible de cambio político.
Entre esos factores está el hecho de una oposición más unida, la posibilidad de que actores internacionales ante la elección presidencial quieran tener un rol más activo, bien de observación o de incidencia. Pero todo depende de que haya una mayor presión interna, con movilización.
Alarcón manifestó que el gobierno ha perdido algunas fichas mayores como la de poder controlar el efecto de la Primaria.
“El gobierno no impidió la Primaria, perdió la apuesta por su fracaso, y no pudo incidir en su desenlace ni consecuencias”.
¿Cómo anda la oposición?
La otro apuesta fundamental era dividir a la oposición. Las oposiciones ambiguas, moderadas o cooptadas por el gobierno, como la Alianza Democrática, Ecarri, o Benjamin Rausseo, han perdido todo el piso político y pasan a ser políticamente irrelevantes. Entonces la posibilidad de fragmentar el voto se pone cuesta arriba y allí se pierde otra ficha importante en el tablero de juego del gobierno.
Queda la ficha de la inhabilitación. La posibilidad de que otras oposiciones traten de competir, o levantarse como alternativa, no se va a dar y en ese escenario la palabra la tiene quien ganó la Primaria.
Cuando se revisa el árbol de escenarios, se observa la posibilidad de que se conforme un escenario favorable a la oposición, en el cual el gobierno tenga el dilema entre negociar las consecuencias de una posible derrota electoral o asumir un escenario de conflicto post electoral que tendría bajas probabilidades de controlar.
En ese escenario, todo dependerá de la presión interna, sobre todo si se mantiene el liderazgo de María Corina Machado quien, acertadamente, sigue recorriendo y movilizando al país después de la Primaria.
Pero no está garantizado que ella pueda transferir su liderazgo automáticamente con éxito a otra figura política en caso de que no pueda competir por seguir inhabilitada.
Riesgo de polarización internacional
La internacionalista Elsa Cardozo advirtió que se observa una tremenda conmoción geopolítica donde no solo predominan las políticas de poder, sino también desafíos a la institucionalidad por parte de regímenes autoritarios.
En el caso de América Latina, señaló que las iniciativas de Colombia y Brasil lucen bastante comedidas con respecto a la situación venezolana; mientras que hay contrapesos más discretos, aunque presentes, como Chile y Uruguay.
También destacan las posiciones autocráticas y más pragmáticas en el sentido de valorar sus intereses como las de Cuba, Nicaragua, Bolivia y Honduras, pero aún no se sabe cómo actuarán Daniel Novoa y Javier Milei, nuevos presidentes de Ecuador y Argentina, respectivamente. Y aunque todo apuntaría a la posibilidad de favorecer la presión, el riesgo es que se cree una polarización que haga muy difícil apalancar dicho proceso de democratización.
La analista considera que en lo inmediato, vendrían semanas críticas para sostener la ventana de oportunidad electoral, sus condiciones y respaldos internacionales, así como la necesidad de que la oposición fortalezca su organización con estrategias de interlocución internacional.
¿Cuáles serían los temas movilizadores?: humanitario, migraciones, crimen transnacional e ilícitos, depredación ambiental, así como negociaciones sobre recursos energéticos y estratégicos. Y probablemente, el diferendo con Guyana.
El gobierno por su parte se enfrentará a la administración de sanciones y tensiones en la campaña electoral por parte de Estados Unidos; posibilidad de ajustes desde Europa, entre oportunidades, necesidades y compromisos para observación electoral; y organizaciones no gubernamentales e instancias internacionales atentas a posibles violaciones del acuerdo electoral, Estado de derecho y derechos humanos.
Qué nos espera con la economía en 2024
Según el economista Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica, 2024 se presenta como un año de definiciones, donde el elemento clave movilizador o no será si se mantienen las licencias solo por seis meses o si, por el contrario, se revierten.
En este año 2023 el consumo se ha contraído 8%, la presión inflacionaria sobre los precios tarda en ceder, aunque el alza de los precios en dólares es mucho menor que en el año pasado (menos de 10% contra 50% entre enero octubre 2023), lo que responde a una reducción de los márgenes de ganancias de las empresas y negocios como estrategia de respuesta en vista de la caída de la demanda.
Hoy es más visible el colapso del Estado en su incapacidad para proveer recursos y servicios públicos.
En síntesis, la de Venezuela es una economía enana que no crece y no puede garantizar bienestar para las mayorías mientras solo se beneficia una minoría.
La economía en general no crece, pero hay algunos sectores que están creciendo, con baja profundidad y de una manera desigual.
Hay, pues, una triple desigualdad, por sectores, por regiones y por estratos sociales en este crecimiento.
Los sectores que más crecen son los esenciales, como alimentos, agroindustria, salud, medicinas, comercio, servicios profesionales, logística, empaques, medios de pago.
Pero sectores clave para un crecimiento sostenido, como construcción y manufactura no crecen o crecen muy poco.
Por estratos, el 65% de la población dice ganar 100 dólares mensuales y el 20% entre $100 y 300; el 11% entre $300 y $600 y solo el 2% $1.000 o más por mes.
Por regiones, ese crecimiento está muy atomizado: el 46% se concentra en la región de Caracas; el 12% en Valencia y el 9,2% en Maracaibo. Entonces el crecimiento es muy diferente por regiones y depende en qué parte de Venezuela usted viva para percibir o no una cierta mejora en la economía.
En todo caso, el escenario apunta a que gracias al levantamiento parcial de las sanciones podría mejorar el flujo de ingresos en el país, de una manera pequeña con relación al pasado, pero como justamente la economía se encogió tanto, su impacto será visible.
Sin embargo, hay que tomar en cuenta que seguiríamos siendo una economía basada en los hidrocarburos como palanca de crecimiento, donde pasaríamos de ser una economía pequeña y frágil a menos pequeña pero igual de frágil, con una mejora en los términos de intercambio y mayor holgura para gastar; precios y tipo de cambio volátiles y quizá con mayor presión, y la incertidumbre política manteniéndose como un gran condicionamiento.
Con ingresos petroleros netos –con la licencia por seis meses- de 15.300 millones de dólares, en 2024, el gasto aumentaría en 45% lo que daría espacio para ajustar el salario mínimo y las pensiones, e inyectar recursos a la campaña presidencial, aunque se mantendrá la presión tributaria.