El exrector del CNE Andrés Caleca alerta que un aumento de mesas electorales, sin saber dónde están ubicadas, crea problemas para la ubicación de testigos de oposición. El CNE aprobó el 30 de septiembre 1.577 nuevos centros de votación, tras evaluar 2.159 solicitudes
El pasado 15 de enero, el exrector del CNE, Andrés Caleca, denunció un posible fraude electoral en las elecciones presidenciales -aún sin fecha- a partir del incremento de mesas en los centros de votación. El fraude, explica a TalCual, se configura por medio de la ubicación de mesas en sitios ligados al oficialismo, con el objetivo de dispersar el voto opositor y poner trabas para la presencia de testigos.
Caleca comenta que ha recibido informaciones desde el CNE de que se pretende incrementar el número de mesas electorales, a través de la creación de nuevos centros de votación o ubicando estas mesas en sitios ligados al oficialismo como casas de CLAP, sedes de UBCH o incluso casas de simpatizantes.
«¿Cómo se justifica el aumento de mesas electorales si el padrón electoral no ha crecido? En realidad ha disminuido en cuatro millones debido a la migración según las últimas cifras. Es una operación donde analizan dónde se concentra el voto opositor para moverlo a estos nuevos sitios como método de intimidación», detalla.
El exrector dice que le corresponde a la oposición hacer el exhorto para conocer de mano del CNE si efectivamente van a crear nuevos centros de votación, en dónde, con cuántas mesas y articularse en torno a ello para la defensa del voto. Además, considera que debe aclararse el punto de si el aumento de mesas electorales significaría la compra, por ejemplo, de 20 mil nuevas máquinas de votación.
«El fraude lo hacen con medios intervenidos, con partidos proscritos, con candidatos inhabilitados, con financiamiento de campañas a través de dineros públicos. El fraude no se hace porque las máquinas estén programadas para eso, siempre se hacen las debidas auditorías. El fraude se hace alejando estas máquinas de los testigos de oposición y que permitan las votación indiscriminada, sin reglas, en estos centros», insiste Caleca.
¿Pero es posible un fraude en este sentido? José Domingo Mujica, coordinador general de la Red de Observación Electoral de Asamblea de Educación, considera que el aumento de mesas por sí mismo no implica necesariamente la conformación de un fraude, pero coincide con Caleca en que implica un esfuerzo mucho mayor a los participantes en la elección.
«Si aumentan a más de 50 mil el número de mesas a atender, eso implica que el factor fundamental para evitar el peso mayor que pueda tener un fraude, es la vigilancia dentro de las mismas mesas, es decir, la existencia de testigos, elección equitativa de los miembros de mesa, que el CNE debe hacerlo de manera aleatoria. Eso es lo que garantiza en mayor proporción la seguridad de un proceso electoral», destaca.
El coordinador de la Red de Observación Electoral indica que uno de los retos para los candidatos, de aumentarse el número de mesas, es que se aseguren que dicho incremento responda a una necesidad real de los votantes. «Evitar que haya un aumento sesgado del número de mesas, porque hay zonas en sectores vinculados al gobierno donde se registran incidencias particulares».
Apunta además que el llamado del exrector Caleca va en línea para una mayor organización dentro de un sector opositor de cara a las presidenciales. «Atender la vigilancia de todo el conjunto de mesas que se presenten y, en particular, en estos casos donde pueda haber un significativo aumento».
Jesus Castellanos, politólogo y experto en temas electorales, considera «prematuro asumir que la creación de los nuevos centros de votación en 2023, constituya per se un factor de fraude electoral, debido a que la información que se tuvo sobre estos centros de votación y la jornada especial de inscripción y actualización del RE fue muy limitada, lo cual, he destacar, significa una violación al principio de transparencia que debe regir los procesos electorales según la legislación vigente».
De mesas y centros ligados al chavismo
En julio de 2015, ante la inminencia de las elecciones parlamentarias de ese año, varios medios de comunicación informaron sobre la creación de nuevos centros ligados claramente al chavismo o en lugares de corte oficialista.
Ese año se crearon 735 nuevos centros de votación, con una gran proporción en el estado Zulia, donde estaban inscritos 201.362 ciudadanos. De la totalidad de espacios, 26 se ubicaron en sedes de consejos comunales y otros 14 en sedes de Simoncitos.
En cuatro centros no se identificó la estructura que lo alberga, pero sí destacaron los nombres como «Chávez vive, la lucha sigue» o Robert Serra.
El politólogo Jesús Castellanos llama a estar atentos a la publicación de estos nuevos centros, especialmente su ubicación y el número de mesas de votación. Recuerda que estos lugares, «por convenciones electorales democráticas, deben estar ubicados en espacios que no se asocien con alguna parcialidad. Si estos se fijasen en lugares vinculados al gobierno de Maduro (misiones, centros de proselitismo oficialista, etc.), aumentan las posibilidades de malas prácticas electorales y reducen las posibilidades de presencia o ejercicio efectivo de los testigos de oposición».
Otro punto que menciona José Domingo Mujica es que el sistema electrónico de votación es seguro. «La manera de violarlo es en las mesas, es decir, que se acaparen las mesas, votantes múltiples con complicidad de miembros de mesa o situaciones de ese estilo. Para impedir esto o llevarlo al mínimo posible, deben haber testigos de todos los candidatos participantes en esas mesas. Eso implica un esfuerzo de lograr testigos debidamente entrenados, que sepan lo que tienen qué ver y reaccionen con firmeza ante cualquier irregularidad».
Castellanos coincide en que la oposición debe lograr cubrir la totalidad de los centros y mesas de votación en el país. «Cumplido esto, el proceso de formación debe ser lo más integral posible, no solo desde el punto de vista legal, sino también de las prácticas aplicadas en el pasado por actores como testigos oficialistas, Coordinador de Centro de Votación, efectivos militares y acompañantes del voto, entre otros».
Nuevos centros electorales
El pasado 17 de agosto, el gobernante Nicolás Maduro exhortó al CNE a crear nuevos centros electorales en comunidades y zonas populares, «en el epicentro de cada comunidad y sea fácil para la gente ir a votar, que la gente no tenga que ir a uno, dos o tres kilómetros».
Un mes después, el CNE inició el catastro para centros de votación. El propio organismo explicó en una nota de prensa, que ya no se encuentra en su página web, que la finalidad era que todas las «organizaciones con fines políticos, consejos comunales y comunidades organizadas puedan elevar su solicitud de centros de votación».
El catastro cerró el 30 de septiembre. En ese periodo se hicieron 2.159 solicitudes ante las Oficinas Regionales Electorales y se aprobaron 1.577 nuevos centros que cumplieron las condiciones de ley (espacios aptos, conexión y capacidad para 100 electores).
El rector Juan Carlos Delpino explicó a TalCual que hasta los momentos no se ha evaluado una nueva jornada de catastro. «La verdad es que tendría que producirse una segunda etapa, pero el objetivo solo puede apuntar a una jornada especial amplia y bien dotada de registro electoral».
José Domingo Mujica señala que estos 1.577 centros de votación pueden ser en parte la sustitución de espacios que se consideren no están aptos para recibir votantes, al igual que nuevos centros. «Hay que ver en detalle de qué se trata, pero si obedecen a una revisión del catastro no significa un aumento descomunal del número de nuevos centros de votación, que es a lo que se refiere Caleca en su denuncia».
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