Pese a que Maduro celebra una «transición del rentismo petrolero a una Venezuela productiva», el ligero repunte económico experimentado en los últimos dos años ha estado marcado por la importación de productos para alimentar una «burbuja comercial» que dinamiza únicamente la compra y venta de bienes y servicios, pero no la producción nacional
De cara al público, el mandatario Nicolás Maduro se compromete a respaldar a la producción agrícola nacional con supuestos incentivos financieros y compras públicas cuando se cumplen tres años del relanzamiento de la Gran Misión Agrovenezuela, pero por debajo de la mesa, las instituciones de su administración arrestan a agricultores.
En la última semana el fiscal designado por la extinta asamblea constituyente, Tarek William Saab, informó sobre el arresto de Jhonar Barazarte Trompetero e Ysnet Antonio Rodríguez, dos agricultores que botaron sus cosechas como forma de protesta ante las condiciones adversas que afrontan para producir y comercializar su producción.
La administración de Maduro no ha contestado las peticiones de los productores, especialmente en lo referente a la escasez de gasolina que les impide distribuir sus cosechas. Pese a esta realidad, Maduro asegura respaldar a los pequeños productores del campo con una serie de medidas que impulsan el «modelo productivo» de Venezuela.
Entre las medidas anunciadas, Maduro resaltó la creación, por enésima vez, de un mecanismo de financiamiento para pequeños productores, junto a un plan de «100% de bancarización» para facilitar las transacciones de los agricultores.
Estos planes contrastan con la política económica aplicada por el propio Maduro, que mantiene un encaje legal bancario de 73%, lo que implica que la banca debe retener más de dos terceras partes de los depósitos que recibe y entregarlos al Banco Central de Venezuela (BCV), en vez de disponerlos para actividad crediticia, por lo que el sector privado se ve en la imposibilidad de prestar dinero.
Los gremios de productores reiteran que la ausencia de financiamiento y créditos es una de las barreras más importantes que afronta la producción nacional. En los últimos meses, el presidente de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro), Celso Fantinel, ha reiterado la necesidad de reactivar la actividad crediticia, por lo que propuso al Gobierno implementar «créditos especiales» para el sector agrícola, tanto en el caso del productor primario, como en el de la industria.
«La industria no tuvo la capacidad de comprar las cosechas ni en 60 ni en 90 días, y eso es un tema de flujo de caja. Ellos se apalancaban también de los créditos bancarios», afirmó en una entrevista con Globovision.
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De acuerdo con cifras del ministro de Agricultura Productiva y Tierras, Wilmar Castro Soteldo, este trimestre se produjo un incremento en la producción de 92 rubros, mientras que Maduro celebró la supuesta transición de un modelo rentista a uno productivo que no depende de importaciones.
«El modelo rentista nos hacía era traer el 90% del pollo y huevos del exterior, lo que hacían era pedirle a Cadivi ¿De dónde venía esa plata? Del rentismo petrolero, era una economía de puertos. Pasamos del modelo rentista de Cadivi al modelo productivo de una nueva Venezuela», afirmó en su alocución.
Pese a las declaraciones del mandatario, el ligero repunte económico experimentado por Venezuela en los últimos dos años ha estado marcado por la importación de productos para alimentar una «burbuja comercial» que dinamiza únicamente la compra y venta de bienes y servicios, pero no la producción nacional.
Por el contrario, los productores locales denuncian que la política importadora aplicada por la administración de Maduro perjudica a la industria nacional, puesto que los productos importados compiten de forma desleal con los nacionales.