La enorme participación de la gente, los mismos resultados tienen al gobierno como volador sin cola, dan tumbos de lado a lado, aterrizando de barriga y sin lograr levantar vuelo de manera coherente
Las elecciones primarias de la oposición agrupada en la Plataforma Unitaria Democrática, ese evento que primero pretendieron boicotear y luego quisieron silenciar, terminó por convertírsele al gobierno en algo así como un astazo en las costilla, que les duele y también les arde haciéndolos retorcerse sin concierto ni medida. Así nos relató Rómulo Dommar Pasarella, líder capitalino y coordinador operativo del partido FUERZA VECINAL.
Parece ser que en los predios del involución roja rojita abrigaban la infundada esperanza de que las primarias opositoras terminaran siendo un fracaso, soñaron a última hora, la gente tomara miedo o se desencantara y no acudiera a la cita electoral. Pero la realidad es terca y la determinación de un pueblo obstinado y hastiado de tanto abuso y de tantas calamidades se vuelve irreverente y se convierte en la firme decisión de retar al poder y anunciarle la proximidad del final de sus días de abuso. Y los resultados no se hicieron esperar: ríos de gente acudieron a las urnas y de manera casi unánime optaron por la alternativa electoral que más temores desata en las filas oficialistas. La gente no solo se atrevió a votar masivamente sino que eligieron como adalid a la propia encarnación de sus miedos, a la Ingeniero María Corina Machado.
El resultado? Una nomenclatura castromadurista dando demostraciones públicas de terror, que camina como zombi, que no acierta a ninguna acción coherente, ni ética, y que incluso pasa al lado de la ilegalidad. Cada nueva movida del chavismo, cada nuevo intento de demeritar la gesta electoral y sus resultados solo logra agigantarla. Como le dicen a 2,3 millones de personas que la candidata que escogieron no es su candidata? Como nos dicen que las cifras sol falsas si 2,3 millones nos dimos cita en los centros, en las calles, en las colas y en los escrutinios?
Definitivamente, la fiebre de la aplastante derrota los tiene en situación de delirio. Están viendo visiones, alucinan. Y para colmo de males, cuando la cruel realidad se les muestra desnuda ante sus propias narices, entonces entran en estado de obtusa negación.
La oposición democrática venezolana-concluyó Dommar Pasarella- en un acto de verdadera unidad y enorme civismo realizó su escogencia de quien habrá de ser su abanderada presidencial en los próximos comicios presidenciales y para ellono necesitamos, en lo absoluto, de la aprobación y/o consentimiento del régimen. El pueblo venezolano se decidió a ser libre y acaba de dar un gran salto en esa dirección