Por Américo Fernández
Muchos de los bienes del Centro Histórico de Ciudad Bolívar están en estado de ruinas y abandonados; por consiguiente, afean la ciudad y enervan el encanto y atractivo que embelesan a propios y extraños como viajeros y turistas. El Concejo Municipal debería hacer respetar la Ordenanza respectiva toda vez que ya no existe la Oficina Técnica del IPC porque ahora está centralizado todo en Caracas y para este lado del Orinoco es poco o nada lo que alcanzan los binoculares de ese Instituto. El Concejo Municipal debería citar a los propietarios de casas en ruinas o abandonadas para que se ocupen de esos bienes y, de no ser esto posible, expropiarlos y reconstruir por administración directa tales bienes para ofrecerlos en venta a familias interesadas. Queremos ver lo que hacen los actuales concejales en ese sentido o lo que prometen aspirantes de cara a las próximas elecciones. (AF)