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Arriando banderas | por Claudio Zamora

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Hace pocos días se terminó de arriar una de las pocas banderas que quedaba en pie en Venezuela, como lo era el precio y la distribución de la gasolina. Durante todos los gobiernos de la democracia desde 1958 y hasta bien avanzada está mal llamada revolución que asaltó el poder para destruir todo lo conseguido, habían ciertas materias en las cuales existía una tacita aceptación de cualquier gobierno para mantener el status quo y no modificar sus principios, así era con la autonomía universitaria por ejemplo que fue una piedra en el zapato para todos los gobiernos, fueron muy puntuales y escasas las violaciones, con la libertad sindical pasó algo similar, que para no intervenir en su garantía se llegó a tener decenas de sindicatos en una misma profesión u oficio, caso más emblemático el de los educadores que tenían tantos sindicatos como permitiese la imaginación y su misma organización. Con el precio y distribución de la gasolina pasó algo similar, era un tema sumamente álgido que junto con el precio de los pasajes de transporte publico podía ser la chispa que encendiera la pradera como efectivamente lo hizo varias veces, siendo la más resaltante los 30 céntimos del año 1989 que marco la caída del Carlos Andrés Pérez y generó el Caracazo. Se consideraba en Venezuela el precio de la gasolina como una de las pocas prebendas del gobierno para sus ciudadanos, algo así como su parte en la torta petrolera y llegó a ser una ridiculez su precio tan insignificante que una botellita de agua mineral de 330 cc. Era más cara que un tanque de combustible de 60 litros. Hoy en día se acaba de anunciar la autorización a las gasolineras para adquirir de manera privada combustible para solventar la escasez que obliga a permanecer días en las colas para surtir algunos litros para los vehículos. El apoyo Iraní ya no resulta suficiente para cubrir la enorme demanda interna, en un reciente twist de Favenpa que es la cámara de Fabricantes de Productos Automotores nos señala que el parque automotor en Venezuela es de aproximadamente 4 millones y medio de vehículos con una obsolencia promedio de 22 años, en palabras sencillas tenemos vehículos antiguos en nuestras calles que consumen mucho más combustible que los modernos lo cual incrementa la demanda de aproximadamente 150 mil barriles diarios de gasolina. El precio promedio internacional de la gasolina es de 1.29 dólares el litro triplica el precio de la que tenemos en Venezuela llamada precio internacional, con lo cual terminaría definitivamente la luna de miel vivida todos estos años en materia de combustible e incrementaría mucho más la espiral inflacionaria que ha batido records mundiales. El gobierno no tiene un plan B a corto plazo, no existe producción interna que satisfaga la demanda, los barcos iraníes no son suficientes atendiendo la capacidad y la distancia, sumados a los chulos cubanos con los que debemos compartir la escasas migajas que no están quedando en el plato y a los cuales se les envía religiosamente despachos de combustibles que tanto necesitamos en el país. Seguiremos conversando. [email protected]