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Falta de liderazgos elevó abstención en la clase media

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La clase media atendió el llamado abstencionista, no creyó en espejismos electorales». Esa es a la conclusión que llega José Gregorio Zaa, experto electoral, al analizar los municipios donde predomina el estrato social clase media en Venezuela que tuvo picos históricos de abstención de hasta el 70%. En varias de esas zonas ganaron candidatos del PSUV, a pesar del fuerte rechazo que desde el 2014 han tenido contra el Gobierno. La falta de liderazgos con arraigo a los municipios, con propuestas coherentes para gerenciar y una población afectada por el éxodo de por lo menos cuatro millones de electores que representan el 20% del padrón electoral, son los factores que incidieron para que los ciudadanos no acudieran a votar en las principales ciudades del país.

Un ejemplo es el municipio Palavecino, en Lara. El 80% de su población es clase media y para estos comicios el 67,6% de los electores dejó de ir a sufragar, a pesar que la jurisdicción está sumida en la desidia. Allí resultó electo Derby Guédez del PSUV, movilizando apenas a 15.866 personas, lo que representa el 13% del padrón electoral de esa jurisdicción.

«Con estas elecciones se comprobó la teoría de que mientras mayor abstención hay en el país, se beneficia al Gobierno», soltó Zaa, al puntualizar que los resultados también deben ser motivo de reflexión para los miembros de los partidos de la Mesa de la Unidad Democrática y de la Alianza Democrática. «El 21 de noviembre se convirtió en un referendo revocatorio para la dirigencia política», exclamó.

Nélida Sánchez, experta electoral y coordinadora de Contraloría Ciudadana de la organización civil Súmate, apunta que en Palavecino afecta también lo decepcionado que está el elector del chavismo y de la dirigencia opositora.

«La gente que no participó en las elecciones es porque no cree que votando podrá salir de la crisis, además el ventajismo del Gobierno que quedó registrado en el informe presentado por la Misión de Observadores Electorales de la Unión Europea, fue otra de las acciones que influyó en la poca participación. En el caso de Palavecino, fue un territorio movido en los años 2014 y 2017 por las protestas políticas, donde murieron jóvenes por una lucha, y también fueron encarceladas muchas personas que quedaron bajo medidas de presentación. En la actualidad, esos ciudadanos están desmotivados, no confían en ninguna propuesta política», explicó.

Esta radiografía también se registró en la casi totalidad de los municipios del estado Bolívar y los municipios más poblados de Miranda, que forman el área metropolitana de Caracas. Por ejemplo, en Baruta, aunque es un municipio con grandes niveles de pobreza, también hay importantes zonas urbanas de clase media. Allí la abstención fue del 74,03%, aunque ganó un alcalde de Fuerza Vecinal, Darwin González. En el municipio Sucre fue reelecto José Vicente Rangel del PSUV, aunque la abstención fue de 67% en zonas como Los Ruices y La California. En Valencia ganó Julio Fuenmayor del PSUV, allí hubo una abstención del 67,67%. Lo mismo ocurrió en Maracay, ganó Rafael Morales del partido oficial y la abstención fue de 67,87%, según registra el portal web del Consejo Nacional Electoral.

Los datos que maneja el politólogo, Horacio Zavala, señalan que históricamente la clase media es apolítica. «En las elecciones siempre participa quien más dependa del Estado, en Venezuela quien más dependa de los incentivos del Gobierno como bolsas CLAP, Misión Vivienda, porque son obligados a votar. La clase media depende menos del Gobierno para vivir. Además, este sector social se moviliza en torno al voto cuando el candidato se identifica con ellos, sea también de clase media o alta. Es claro que esta fue la población que más se identificó con el discurso de dirigentes como María Corina Machado, Alfredo Ramos o Andrés Velásquez, que llamaron a no salir a votar por falta de condiciones electorales», refirió.

«Desesperanza en la población»

Según el psiquiatra, Marco Tulio Mendoza, una de las razones que influyó para que la abstención en los municipios de clase media fuera superior a la de la media nacional que se ubicó en 58%, según el CNE, es que la ciudadanía está sumida en una «desesperanza aprendida».

«Mucha de la gente cree que todo su esfuerzo en este momento no está vinculado a un resultado político, no tiene la creencia que su situación se va a mejorar a mediano y largo plazo. La gente ha perdido la confianza en sus líderes políticos y el hecho que en 22 años no hayan aprendido la ruta que los lleve a un cambio del poder político«, expresó.

Sostiene que la gente no es que esté cansada de la política, lo está es de los «politiqueros» en el país.

Con información de LA PRENSA DE LARA