La contienda electoral que está próxima a concluir ha tenido -como es natural- varios signos. Sin querer referirme a ninguno de ellos con ánimo descalificador, es nacesario sí, hacer notar la oportunidad que este tiempo de controversia social en particular nos da, pues es la ocasión propicia para buscar en Dios la respuesta que los venezolanos anhelamos, y por lo cual algunos clamamos.

La Sagrada Escritura claramente nos indica que es «Dios quien pone en el hombre el querer como el hacer por su buena voluntad»

Muchos son los aspirantes a cargos de elección popular que quieren cambios radicales para nuestra nación, pero muy pocos de ellos se sustentan en el consejo de Dios para asumir la administracion pública. Cansada está la mayoría de la población votante y no votante, de las promesas incumplidas de quienes han tenido la oportunidad de hacer lo correcto desde la posición de gobierno, y no lo han hecho. Dejando como único saldo, un gran descontento social.

Este 21 de noviembre todos los ciudadanos registrados en el CNE, debemos acudir a las urnas electorales a depositar nuestro voto, centrando nuestros pensamientos en que verdaderamente se produzca la mejor solución para Venezuela.

Desde el momento en que tomé la firme decisión de asumir este reto, y ofrecer mi nombre a los bolivarenses para que oyeran y siguieran una opción distinta a la de los políticos tradicionales. Y junto a mí, esforzarnos en dar un radical giro político al gobierno municipal; varias situaciones acontecieron.

Hubo quienes no entendieron y censuraron el hecho que un pastor evangélico incursionara en política. Otros dijeron: «No tiene la experiencia». En el peor de los casos, hubo amenazas y atentados contra mi propiedad personal.

Nada de eso me hizo desistir. Dije que llegaría al final, y aquí estoy de pie; tieniendo mi confianza puesta totamente en Dios, y por supuesto en un amplio sector de la población que se ha comprometido conmigo. Hecho sin precendentes que al parecer, preocupa a algunos de estos adversarios.

Nací en Ciudad Bolívar, sé lo que es carretillar agua potable. En varias ocasiones asistí a clases con el estómago vacío, hice deporte en las calles en lugar de hacerlo en un lugar apropiado. Muchas veces me trasladé colgado en el transporte público, sin sentarme cómodamente. Siempre he soñado ver turistas en mi ciudad; como sí ocurre en otras parte de Venezuela y fuera de
ella. En fin, queriendo hacer más por mi ciudad, me siento animado y convencido que puedo hacerlo. «En Dios haremos proezas» afirma nuestra doctrina de fe. Por eso insisto en decir -y no como slogan- «Es tiempo que Dios gobierne» Pues si él gobierna el corazón de quienes hemos puesto nuestra confianza en Él – ¿Porqué no gobernar direccionados por sus mandamientos? – Les animo amigas y amigos a gobernar entonces juntos sustentados en esos principios. Es bienaventurada la nación que se deja ayudar por Dios.

Así que la mesa electoral ya está servida. Este 20 de noviembre, tómese un tiempo en meditar bien su decision. Elija de acuerdo a su conciencia; no solo pensando en usted, sino en todos los que vivimos en esta linda pero igual sufrida ciudad. Atrévase a hacer realidad su sueño. La solución para Ciudad Bolívar está cerca.

Finalmente, reitero mi gratitud a todos por su respaldo a este proyecto social de signo 100% cristiano. ¡Vamos amigas, amigos, hagamos historia!

Prensa Neisel Romero