Texto: Vanessa Davies. Foto: Mairet Chourio

Oficialmente el último caso se reportó en el país en 1989. Por la baja cobertura de vacunación Venezuela se encuentra entre los países de las Américas de alto riesgo para polio. “Corremos el riesgo de un brote de polio”, alerta el pediatra Huníades Urbina, secretario de la Academia Nacional de Medicina

Trescientos o cuatrocientos cada año. El tiempo que se tarda en pronunciar esas palabras no retrata tanto dolor. Ese es el número de venezolanos que, anualmente, padecían la poliomielitis. “Era tanto el impacto que se creó el Hospital Ortopédico Infantil para tratar a niños con secuelas de polio. La situación llevó al grupo Mendoza a levantar un hospital para niños afectados por la polio”, rememora el pediatra Huníades Urbina, expresidente de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría y secretario de la Academia Nacional de Medicina.

Años de lucha costó la erradicación de la poliomielitis en Venezuela, hasta conseguirlo definitivamente en 1989. En el camino quedaron niños y adultos con discapacidad, familias marcadas, historias de vida que cambiaron su curso y que son recordadas este domingo 24 de octubre, cuando se conmemora el Día Mundial contra la Polio.

“Venezuela fue uno de los primeros países que logró controlar la epidemia: en 1989 se reportó el último caso de polio, y en América Latina en 1994”, destaca Urbina en conversación con contrapunto.com.

Huníades Urbina. Foto: Felipe Montes

Pero el fantasma de esta enfermedad apareció de nuevo en 2018, como lo reportó la Organización Panamericana de la Salud (OPS). “Un poliovirus vacunal Sabin tipo 3 fue aislado y tipificado por el laboratorio de referencia nacional, el Instituto Nacional de Higiene ‘Rafael Rangel’, en la muestra de este paciente colectada el 30 de abril de 2018”, refirió la OPS en un comunicado.

Para 2019 más de 220 mil niños venezolanos estaban en riesgo de contagiarse debido a la baja cobertura de vacunación, señaló la investigadora Luisa Helena Falleiros en un trabajo publicado en 2020 en la Revista Chilena de Infectología.

https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?pid=S0716-10182020000600701&script=sci_arttext#B35

Su nombre es poliomielitis, aunque la gente lo acortó a polio. Se transmite de persona a persona por gotas y por vía fecal-oral. Tal como lo consigna la OPS, la mayor parte de las infecciones no causan síntomas, pero “en 1 de cada 200 casos el virus destruye partes del sistema nervioso, ocasionando la parálisis permanente en piernas o brazos”.

La enfermedad se identificó en Venezuela por sus síntomas en 1928, “pero hasta 1960 no se obtuvo la confirmación virológica y serológica de la enfermedad en el Instituto Nacional de Higiene de Caracas”, relató el doctor Eriberto Echezuría en un trabajo publicado en el boletín de la OPS. Antes de 1960 se conocían entre 22 y 32 casos por cada 100 mil niños.

https://iris.paho.org/bitstream/handle/10665.2/16202/v80n1p32.pdf?sequence=1&isAllowed=y

“Era terrible”, describe Urbina, porque “no había tratamiento ni había vacuna. Uno de cada 200 niños sufría de parálisis, y eso significa que la persona quedaba marcada de por vida”. El virus incluso podía producir parálisis respiratoria, y es así como aparecen los “pulmones de acero” o ventiladores de presión negativa: cajas fuertes para resguardar la vida de quienes vieron destruidos sus pulmones verdaderos. El estadounidense Paul Alexander es uno de los últimos sobrevivientes de polio grave: ha podido mantenerse con vida desde los 6 años de edad (hoy tiene 75) gracias al pulmón de acero.

https://es.gizmodo.com/el-ultimo-hombre-con-pulmones-de-acero-1820703682

La vacunación masiva logró derrotar al virus. La inmunización, creada por el virólogo estadounidense Jonas Salk con virus muertos (y quien, por cierto, se negó a patentarla), estimulaba el sistema inmunológico y protegía contra la enfermedad. Posteriormente Albert Sabin elaboró otra vacuna, la oral que conocemos, a base de virus atenuados. El temor dio paso a la decisión. “La gente entendió que debía vacunar a los niños”, enfatiza Urbina.

“En la Región de las Américas se utilizan dos tipos de vacunas contra la polio”, puntualiza la OPS: “La vacuna atenuada oral (OPV, por sus siglas en inglés) y la vacuna inactivada inyectada (IPV, por sus siglas en inglés).  La vacuna OPV contenía los tres tipos de poliovirus, 1, 2 y 3. Posterior a la declaración de la erradicación del poliovirus salvaje de tipo 2, en el año 2016, el serotipo 2 fue removido de la vacuna y solo se continuó utilizando la vacuna OPV con los serotipos 1 y 3, conocida como bOPV. Poco a poco los países la están reemplazando la vacuna bOPV por la vacuna IPV”.

https://www.paho.org/es/temas/poliomielitis

Como otras políticas de salud en Venezuela, la vacunación contra la poliomielitis se ha venido a menos en los últimos cinco o seis años. “En los últimos cuatro o cinco años ha caído de manera acelerada. Un informe de la OPS nos pone en 62% de cobertura vacunal, cuando una buena cobertura debe estar por encima de 80”, expone Urbina.

El mismo Eriberto Echezuría calcula “que la cobertura debe alcanzar por lo menos al 80 u 85% de las personas susceptibles, nivel que se justifica por la acostumbrada circulación intensa de virus poliomielítico en zonas de malas condiciones sanitarias”.

Los datos venezolanos revelan no bajas, sino bajísimas coberturas de vacuna antipolio. “En el Alto Orinoco, 3,57% de cobertura en 2020. En Atabapo, 13,04%. En Maroa, 6,25%. En el municipio Mario Briceño del estado Aragua es de 39.9%. En Palmasola, en Falcón, no llega a 30% (29,28%). En Los Taques, 33,65%. En San Cristóbal, 39,34%”, detalla Urbina.

Por la baja cobertura de vacunación Venezuela se encuentra entre los países de las Américas de alto riesgo para polio, junto con Guatemala, Ecuador, Brasil, República Dominicana y Surinam. “Corremos el riesgo de un brote de polio, porque al bajar las coberturas vacunales el virus puede circular”, advierte el pediatra. Viajeros de otros países en los que circula el virus podrían traerlo a Venezuela, por ejemplo, donde habría una población susceptible porque no está vacunada.

Es clave la vigilancia epidemiológica de la parálisis flácida, lo que implica la investigación inmediata de los casos y el descarte o confirmación de polio, como lo establece la OMS. “Ese programa lo llevaba Rosa Rodríguez, a quien sacaron del Ministerio de Salud hace 15 días”, lamenta Urbina.

En 2018 se registraron 87 casos de parálisis flácida en Venezuela, 56 en 2020 y 35 hasta más de la mitad de 2021.

Huníades Urbina forma parte del equipo de vigilancia de la erradicación de la polio organizado por mandato de la OMS. Con esa autoridad remarca que el país tiene varias tareas pendientes, como hacer un simulacro para la atención de un posible brote de la enfermedad y aumentar la cobertura vacunal. Por eso, este 24 de octubre, más que un día de fiesta es un día para recordar a las víctimas y honrarlas con todas las armas que ha puesto la salud pública al servicio de la humanidad.

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