La Plaza Bolívar ha sido objeto de intervenciones temerarias de Gobernantes de turno. El pavimento se lo han cambiado tres veces. Primero tenía mollejones verdes. Luego los suplantaron por mosaicos. Durante la gestión de Rafael Sanoja Vallares, prefirieron el granito pulido y durante la gestión de Alcides Sánchez Negrón el granito lo sustituyeron por un artificio de bomanite liso y bomacrón tratando de sugerir la realidad del pasado, pero que ha resultado con el tiempo un pavimento poroso y sucio indigno de una plaza monumental como la que nos dejaron los gobernantes del siglo diecinueve.
Igualmente, hay que rechazar la manía ignorante de pintar las estatuas y piedras monumentales. Así la estatua del Libertador en la Logia Asilo de la Paz la pintaron de verde y lo mismo hicieron con la estatua de Sucre en le Plaza de Los Báez. En una Piedra monumental que bordea la Avenida 5 de Julio instalaron una Cruz de Malta y algunas Piedras del Zanjón la pintaron de blanco, lo mismo que Petroglifos del Río Candelaria. A la Plaza La Democracia en la calle de su nombre la re-bautizaron Plaza del Periodista al igual que la Plaza Arismendí o de la Libertad. Ahora se llama Natalio Valery quien, estamos seguros, habría preferido otro homenaje. /AF)
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