Martínez contó que a partir del 2018, cuando se suspendió el envío de niños a Italia, llegaron a tener hasta 39 niños en el J.M de los Ríos. “En 2019 comenzaron a fallecer, fue muy duro para todos, sobre todo para los padres”
El lunes 30 de agosto la niña Wilmary Hernández de 7 años murió en la sala de hospitalización del Servicio de Hematología del hospital J.M de los Ríos. Con ella, ya son 13 los que han fallecido en el centro hospitalario en 2021 requiriendo un trasplante, aunque el programa está suspendido en el país desde hace 4 años.
El primero de junio de 2017, Fundavene envió una carta especificando que no podía garantizar la existencia de inmunosupresores. La medida inmediata fue suspender la realización de trasplantes y lo que parecía ser algo de meses se convirtió en años.
Una recopilación de Radio Fe y Alegría Noticias le puso nombre a la trágica lista de niños fallecidos. Daniel León, de 13 años de edad; Jeandel Silva, de 14 años; Eugenia García, de 12 años; Niurka Camacho, de 15 años; Elián Graterol, de 2 años, Jhonjanyerlis Camejo, de 8 años; Elio Bravo, de 16 años, Anastasia Delgado, de 8 años; Samira Oyer, de 5 meses de edad; Elvis Hernández, de 10 años; Winder Rangel, de 11 años, Jeannys Herrera, de 9 años y Wilmary Hernández, de 7 años.
Katherine Martínez, abogada y directora de la ONG Prepara Familia, explicó que estos niños contaban con medidas cautelares de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. “Estaban amparados por varias medidas. Las primeras del 1 de febrero del 2018 y luego las ampliaron a 13 servicios más en el hospital. También estaban amparados por la misma constitución y la Lopna”.
La defensora de derechos humanos afirmó que la falta de listas de personas aptas para trasplantes, evita que se lleve un registro. “No sabemos cuántas personas han fallecido porque las listas están suspendidas. La única manera de saber si una persona puede estar apta para un trasplante es sometiéndose a un riguroso protocolo de exámenes médicos, pero esos también están suspendidos”.
Programas suspendidos y endeudados
Según Katherine Martínez, en Venezuela había dos tipos de programas. El primero era el de procura de órganos llamado SPOT (Sistema de Procura de Órganos y Tejidos). El otro era para trasplantes de médula ósea y se realizaba llevando niños a Italia.
“En 2014 se le quitó la competencia a la Organización Nacional de Trasplante, que hacía un gran trabajo. Se creó Fundavene y allí comenzó la caída de los trasplantes. Para el primer semestre del 2017 no se hicieron casi, hasta que se suspendieron”.
El segundo de los programas se llevó a cabo fuera del país: “El de médula ósea consistió en llevar a niños al exterior. Esos trasplantes se hacían en el CHET de Valencia, pero había que llevar de todo. También en el Hospital de Clínicas Caracas, pero era muy costoso. Pdvsa hizo un convenio con hospitales públicos italianos, pero al final se dejaron de hacer porque hay una deuda de 11 millones de euros”.
Martínez contó que a partir del 2018, cuando se suspendió el envío de niños a Italia, llegaron a tener hasta 39 niños en el J.M de los Ríos. “En 2019 comenzaron a fallecer, fue muy duro para todos, sobre todo para los padres”.
La abogada hizo un llamado al gobierno nacional para que se reactiven pronto los trasplantes, eso sí, con condiciones adecuadas. “Eso es fundamental, que se garanticen derechos fundamentales como agua, alimentación. Que los médicos cuenten con un sueldo digno y no con los 4 a 20 dólares que están ganando. Que los equipos reciban mantenimiento preventivo y correctivo, que se haga el despistaje y el protocolo de exámenes para estar seguro si el niño o adulto pueden recibir el trasplante”.
El Estímulo/En Este País