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CVG vs CVM | por Américo De Grazia

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«El problema es que tú eres la solución».
Anónimo.

Caracas 11 de Marzo del 2024
Americo De Grazia

Veamos por un momento estas dos corporaciones gubernamentales de cara a Guayana y su destino; la Corporación Venezolana de Guayana y la Corporación Venezolana de Mineria, ambas con profundas raíces centralizadoras; las dos, iniciaron  operaciones con militares activos de alto rango, dentro de nuestra jerarquía castrense; aún cuando cabe señalar la obvia, desigual y antipática diferencia entre el Gral. Alfonzo Ravad y el Gral. Carlos Osorio.

Mientras la CVG fué concebida con tres objetivos resaltantes, como fué, construir:
a)La  hidroeléctrica de Guri, EDELCA. b) La siderúrgica del Orinoco, SIDOR y,  c) La  moderna metrópoli entre los dos ríos más caudalosos del país, -el Orinoco y el Caroní- llamada Ciudad Guayana;  partiendo de la realidad existente entre los incipientes centros urbanos de sus tiempos, San Félix y Pto Ordaz. Los objetivos fueron cumplidos con creces más allá de sus metas; solo interrumpidos en los últimos cincos quinquenios por el descoser de su obra,  en manos de ese tsunami denominado revolución.

Por su parte, la Corporación Venezolana de Mineria fué diseñada para ordenar la actividad minera en el marco de los 111 mil Km2 destacados en el Estado Bolivar, para tales propósitos, con la mira fundamentalmente en su oro, diamante y coltán, más otros minerales que puedan ir aflorando en medio de la exploración y explotación en ejecución, hasta convertirse en una máquina para destruir, saquear y profundizar el extractivismo como modelo económico insustentable, corrompido y corruptor.

Curiosamente, ambas corporaciones  cumplieron sus propósitos: la CVG en construir y la CVM en destruir. Las dos anclaron operaciones al sur del Orinoco, e incluso ampliaron sus propósitos más allá de lo encomendado. Gracias a los ingresos petroleros, la CVG incursionó en aguas, infraestructuras, parques industriales, en  materia de oro, aluminio, forestal, aseo urbano, electrificación, ganadería, agricultura, ordenamiento urbano y territorial, parques nacionales, puertos y aeropuertos… entre otras. Un verdadero pulpo, amparado en la subvención del paternalismo del Estado centralista. Como todo subsidio, este se fortalece en abundancia y se deteriora en escasez, simplemente porque es contrario al sentido común, más allá de la nobleza de sus intenciones.
Sin ánimo de comparar lo incomparable, la metamorfosis institucional de la CVM es nuestra Hidra de Lerna, monstruo de mil cabezas que cada día asume más roles de ejecutivo, legislativo y judicial, afectando con creces el vasto territorio al sur del Orinoco y su gentilicio. Es ella la que inventa de modo desproporcionado las «bullas de oro», para utilizar a los mineros de exploradores de áreas auríferas a bajos costos y con alto impacto ambiental. Es ella quien asigna a dedo sin los protocolos constitucionales las minas, ya no en forma de concesiones sino bajo el modelo de «alianzas» con evidente performance de ilegalidad, usurpando funciones específicas, de autoridades ambientales, tareas legislativas reservadas de modo exclusivo por la constitución a la AN, e incluso,  las competencias inherentes al poder judicial; vale decir, cobran, pagan y se dan el vuelto. Es la CVM, quien le asigna minas a  las gobernaciones, para burlar la responsabilidad financiera del Estado venezolano en asignar situado presupuestario a las entidades regionales y locales, privando para ello aquella máxima de barbarie burocrática que pregona la insana práctica, «… a mi, que no me paguen, sino que me pongan donde hay». Eso también es discrecional, derecho solo reservado para gobernadores y alcaldes, rojos…rojitos.

La CVM promueve los oligopolios, para la compra y para la venta de todo tipo de insumo, materia prima, bienes o servicios; con enchufados autorizados. La guarda y custodia de las minas la ejercen el ELN, disidentes de FARC o delincuentes organizados en forma de pranato, que hacen las veces de seguridad y agentes de retención. Está de más decir, que al fisco nacional, o sea el BCV, como debería ser, solo ingresa menos del 1% del PIB; equivalente en oro, mientras el resto de los minerales, diamante y coltán, son explotados y no enterados. Con la CVM en acción, Guayana no tiene futuro; destruyeron lo que habían  heredado de la CVG. Para llegar a lo que hoy son, antes tuvieron que descoser a la CVG, al ministerio del ambiente, al Ministerio de la defensa, el ministerio de energía, petróleo y minas, la constitución nacional, el TSJ y todo el andamiaje legal que sostiene su accionar fáctico. De modo que a mayor desorden, mejor saqueo. Se hace imprescindible, vital, salir de Maduro, su gente y su modelo. El pasado de gloria de la CVG, se agotó, y el presente bochornoso de CVM fracasó, es pertinente, repensar a Guayana de cara al futuro.