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Ha fallecido trágicamente lo que durante seis años el gobierno chavista denominó El Petro

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Los fondos en la billetera virtual del petro vienen siendo convertidos a bolívares, la devaluada moneda local

El régimen de Nicolás Maduro decidió poner fin al experimento del «Petro», la criptomoneda lanzada hace seis años como una respuesta a las sanciones financieras impuestas por Estados Unidos.

A partir del lunes 15 de enero, «la Plataforma Patria cerrará los monederos y billeteras en criptomonedas», anunció un mensaje del sitio web que gestiona bonificaciones y subsidios del gobierno venezolano, el único canal en el que este cuestionado criptoactivo petro era canjeable.

Los fondos en la billetera virtual del petro vienen siendo convertidos a bolívares, la devaluada moneda local.

El gobierno declinó comentar a la AFP sobre el inminente cierre del programa.

¿Qué era el petro?

Maduro anunció a finales de 2017 la creación de esta criptomoneda estatal, respaldada por las vastas reservas petroleras de Venezuela y sus recursos minerales.

Los fondos que aún permanecen en la billetera virtual del petro están siendo convertidos a bolívares, la moneda local que ha experimentado una significativa devaluación.

Desde su anuncio en 2017, el petro fue presentado como una criptomoneda respaldada por las vastas reservas petroleras y los recursos minerales de Venezuela, destinada a sortear las restricciones impuestas por las sanciones estadounidenses. Valorado en 60 dólares por unidad, equivalente al precio de un barril de crudo venezolano en ese momento, el lanzamiento se produjo en 2018, pero enfrentó retrasos debido a problemas en la cadena de bloques, generando dudas y críticas desde el principio.

Aunque Maduro prometió que el petro abriría nuevas formas de financiamiento internacional, su uso fue limitado y principalmente restringido a transacciones con el Estado, como el pago de impuestos. En lugar de funcionar como una criptomoneda convencional, el petro se convirtió en una referencia de valor en medio de la inflación y la depreciación constante del bolívar.

Ante las restricciones impuestas por las sanciones de Washington, el petro iba a permitir nuevas formas de financiamiento internacional, prometía el mandatario socialista.

Tasada por Venezuela en 60 dólares por unidad, el valor de un barril de crudo venezolano en aquel momento, la criptomoneda fue lanzada en 2018, pero retrasos por problemas en la cadena de bloques —el registro de transacciones con criptomonedas— dispararon las dudas, que rodearon al plan desde el inicio.

«No hay confianza en el petro, porque no hay confianza en el emisor», dijo entonces a la AFP el economista Henkel García, director de la firma Albus Data.

Unidad de cuenta

El uso del petro siempre fue escaso y, aunque Maduro al principio calificó la iniciativa como un éxito, estuvo básicamente restringida a operaciones con el Estado, como el pago de impuestos.

Más que como una criptomoneda, el petro funcionó en la práctica como una referencia de valor en medio de la crónica inflación y la constante depreciación del bolívar.

Las multas de tránsito, por ejemplo, se establecían en petros, aunque no podían pagarse en criptos; y el gobierno obligó a los bancos a presentar saldos en bolívares y petros.

En la Plataforma Patria, los usuarios recibían transferencias en petros y podían canjearlos a bolívares a través de un sistema de subastas, el único disponible.

Maduro llegó a anunciar el anclaje de los sueldos a la cripto estatal. Pero esa promesa nunca se cumplió y el salario mínimo en la actualidad apenas sobrepasa el equivalente a 3 dólares mensuales.

Corrupción hecha pública, la estocada

«Muere oficialmente el petro (PTR)», publicó el miércoles pasado en la red social X la plataforma privada de criptoactivos CryptoLand Venezuela. «La junta reestructuradora de la Sunacrip (la estatal Superintendencia Nacional de Criptoactivos) decide apagar definitivamente lo poco que quedaba de este ecosistema».

El petro recibió la estocada mortal con el escándalo de corrupción que el mismo gobierno estalló en mayo del año pasado en la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), en el que estuvieron involucrados responsables de la Sunacrip, y mostró verdadera razón de para qué fue creado

El caso causó la renuncia del otrora poderoso ministro de Petróleo, Tareck el Aissami, desaparecido de la vida pública desde entonces.

La Sunacrip quedó bajo el control de una junta reestructuradora tras el arresto de su superintendente Joselit Ramírez, y del jefe de operaciones de minería digital de la institución, Rajiv Mosqueda, por denuncias de irregularidades con fondos de operaciones petroleras realizadas con criptoactivos.

La sede de la Sunacrip fue cerrada tras la detención de Ramírez.

Refugio

Sin dar mayores explicaciones, Maduro ha dejado de hacer referencia a la criptomoneda estatal en sus apariciones públicas.

El régimen de Nicolás Maduro decidió poner fin al experimento del «Petro», la criptomoneda lanzada hace seis años como una respuesta a las sanciones financieras impuestas por Estados Unidos.

El uso de criptomonedas era alto en Venezuela mucho antes de la apuesta gubernamental por el petro, pues los criptoactivos fueron vistos como refugio frente a la inflación. Según una encuesta presentada en 2022 en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo, 10,3% de los venezolanos poseen criptos, frente a 8,3% de los estadounidenses y 5% de los británicos.

El minado (proceso por el cual se crean nuevas unidades de criptomonedas a través de algoritmos generados por computadoras) también es alto en este país, por los bajos costos de la energía eléctrica.

Este cierre del petro marca el fin de un capítulo en la relación de Venezuela con las criptomonedas, mientras el país continúa lidiando con problemas económicos y políticos.

Con información de AFP