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Las maniobras delictivas de El Aissami no eran desconocidas para Chávez ni Maduro

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El Aissami fue mencionado en varias investigaciones de cuerpos de inteligencia de Colombia y EEUU como sospechoso de apoyo al narcotráfico y de beneficiarse del resultado de operaciones antinarcóticos.

Orlando Ochoa-Terán | El Nacional

El Grupo Plan B detalla en un informe los antecedentes y actividades ilegales de Tareck el Aissami durante el gobierno de Hugo Chávez. El reporte, que circula desde 2010 fue hecho por la gerencia de Prevención y Control de Pérdidas de Petróleos de Venezuela (Pdvsa). Demuestra que el gobierno de Chávez y el de Nicolás Maduro conocían minuciosamente acerca de la organización gansteril y la riqueza que había acumulado El Aissami, sin que hicieran nada para evitarlo. Las acciones y la persecución a este clan se iniciaron sólo cuando la ambición de poder de El Aissami se dirigió contra Maduro.

En el resumen biográfico se indica que es de origen sirio, oriundo de El Vigia, y que su formación ideológico-política ha estado ampliamente influenciada por su padre, Zaidan Amin, alias “Carlos Zaidan”, autor de innumerables artículos sobre la defensa de Irak y Saddam Hussein. Estudió en el Liceo Militar Jáuregui, en La Grita, y egresó como abogado de La Universidad de Los Andes, especializado posteriormente en Derecho Penal y Criminal.

“Es en la ULA donde comienzan sus primeras armas políticas de considerable envergadura. El Aissami tuvo entre uno de sus principales tutores al entonces profesor y hermano del presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Adán Chávez Frías. Otro de sus consejeros que le influyeron decididamente está el profesor Mario Antonio Cobos Peralta, siendo estos quienes contribuyeran a la consolidación de una sólida identidad política y quienes de alguna forma utilizan a El Aissami como factor proyectivo de sus aspiraciones y ambiciones desde detrás de bastidores”.

El informe señala asimismo la relación que tuvo con miembros de la guerrilla colombiana y grupos irregulares venezolanos, a los que les proporcionó, junto a Hugo Cabezas, documentación falsa como reubicación en zonas de influencia.

Según cuerpos de inteligencia colombiana y estadounidense, El Aissami estuvo implicado en la venta de planchas para la impresión de cédulas de identidad venezolanas por valor de 10.000 dólares.

En su paso por la ULA, El Aissami “habría proporcionado documentación de identidad a miembros de la organización terrorista libanesa chiita Hezbollah”. Sin embargo, de esto no hay ninguna evidencia sostenible. Sobre lo que sí existe evidencia probada es que efectivamente mantenía contactos por medio de su padre Zaidan El Aissami con miembros de las resistencias y movimientos insurgentes de Medio Oriente, los cuales sí se concretaron de forma efectiva hacia el 2002 en adelante cuando El Aissami se desempeñara con cierta autonomía, independiente y con estructura de base propia.

El Aissami fue mencionado en varias investigaciones de cuerpos de inteligencia de Colombia y Estados Unidos como sospechoso de permitir redes de apoyo al narcotráfico y de eventualmente beneficiarse del resultado de operaciones antinarcóticos. También ha sido designado como target u objetivo de la agencia antidrogas norteamericana (DEA).

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Finanzas y negocios de El Aissami

El Aissami opera en dos sectores y un subgrupo, que le permite no participar directamente en ninguna actividad bursátil, financiera o empresarial que puede comprometerle como hombre publico.

Grupo A: De acuerdo a la evidencia recopilada hasta ahora, el primer compartimiento de su estructura de negocios -en adelante GRUPO A-, la integran sus propios familiares directos y apoderados, y estos la encabezan bajo una fachada legítima dedicados a la comercialización de bienes y servicios entre ellos la exportación, la importación y servicios financieros.

Este primer grupo opera a través de algunas de las siguientes empresas: Inversiones Salmas, C.A., Inversiones Obaida, C.A., Distribuidora Vensir, C.A., Almacén Unión, C.A., e Inversiones El Carrizal, C.A., entre muchas otras.

Grupo B: El segundo compartimiento en la estructura de negocios de El Aissami lo componen un cúmulo de empresas y testaferros ajenos a la línea directa familiar donde el rastro se pierde por medio de apoderados de apoderados y accionistas de forma tal que se haga imposible cualquier tipo de establecimiento de nexo coordinante relativo entre el objetivo y sus empresas.

Esta parte de la estructura o Grupo B abarca negocios más complejos por sus relaciones extendiéndose a actividades financieras, bursátiles, petroleras y de ingeniería civil. Algunas de las empresas identificadas son Super Todo, C.A., El Dragón 2005, C.A., La Bomba, C.A., Mostaza, C.A., Mostaza Shop, C.A. y Constructora Platinium Center, C.A., entre otras.

Subgrupo C: En este apéndice en particular integrado como una estructura celular, interactúa una célula del B y cuyos integrantes son ajenos tanto al clan familiar de los El Aissami como así también ajenos a las segundas líneas, por lo que podríamos considerarlo un conglomerado de ingeniería financiera destinado a mantener jurídica y autárquicamente la arquitectura y el flujo de capitales y de operativas financieras y bursátiles desvinculadas a la vista, del Grupo A y Grupo B a los efectos de preservar la integridad de los mismos y operar a la vez como tercero en un circuito de compra mutua de bienes y servicios como manera de legitimar capitales. Prueba de ello lo certifica información de análisis en donde pueden apreciarse operaciones entre empresas de los distintos grupos en un sistema cuasi retroalimentativo de bienes, servicios y capitales.

Este subgrupo está conformado solo por cuatro integrantes, que operaron como representantes de estas empresas: Corporación Brickwall, C.A., Supac Internacional, C.A., Inversiones Galileo, C.A. y Fressco Mérida, C.A. Los aportes semanales de estas empresas oscilan entre los 500.000 y 600.000 Bs.F.

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