Home Más Noticias

Los servicios públicos una verdadera calamidad | Por Américo Fernández

66
[adrotate banner="4"]

Los servicios públicos básicos  en Ciudad Bolívar son una verdadera calamidad que ninguna autoridad ha sido capaz hasta ahora de solucionar. A veces pienso que el responsable de los males que a diario nos aquejan, es el método establecido para escoger a nuestros gobernantes. Hasta la llamada Revolución de Octubre de 1945, el sistema electoral de escogencia era selectivo.  Los municipios escogían sus concejales. Los concejales seguidamente sesionaban para escoger diputados a la Asamblea Legislativa, quienes a continuación  seleccionaban a los parlamentarios del Congreso Nacional y estos, finalmente,  al Presidente de la República. Luego vino popularmente, yo diría que demagógicamente, la elección universal, directa y secreta, sin detenerse a pensar que la masa popular es amorfa, es decir, sin una estructura intelectual y  formativa interna definida que le permita escoger  sus gobernantes.

Si el sistema electoral nos permitiera elegir a conciencia, no estaríamos, como quien dice, con las diez plagas de Egipto sobre nuestras cabezas resistiendo como el obstinado Faraón.  Los gobernantes, cualquiera que sea su jerarquía, deberían tener como prioridad de su gestión, los servicios básicos de la comunidad: agua potable continua, aguas servidas,  transporte cómodo y sin demora, eliminación de desechos sólidos, ornato, arborización, en fin, servicios sanitarios óptimos.  Autoridades de Venezuela y particularmente de Ciudad Bolívar, deberían aprender de Portugal que exhibe uno de los índices de desarrollo humano más elevados del planeta y con una alta tasa de alfabetización. Ese país está clasificado como el 19.º con mejor calidad de vida.  Tiene uno de los mejores servicios sanitarios del mundo civilizado y es considerado una nación globalizada y pacífica. Asimismo, es el 18.º destino turístico mundial en volumen de visitantes. Turismo, turismo, ¿cómo el gobierno venezolano va hablar de turismo, si los servicios básicos son pésimos, una verdadera e insufrible calamidad. (AF)