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La casa del humo. Por Claudio Zamora

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La clase y ese “savoir faire” que para los franceses significa gracia o elegancia para hacer las cosas, es necesario hasta para hacer maldades, la diferencia por ejemplo entre una pandilla de salvajes delincuentes y otra de elegantes y delicados estafadores puede ser la distancia que medie entre la simpatía y el desprecio. A pesar de ser un libreto cinematográfico la avenencia que despertó la serie de Netflix “La Casa de Papel” nos hace caer en una disyuntiva filosófica entre confraternizar con el mal y hasta tolerarlo en alguna forma si viene acompañado por suaves y delicadas formas. “El Síndrome de Estocolmo” ha sido profundamente estudiado para tratar de desentrañar la naturaleza humana, esa simpatía final con el captor o custodio de un secuestro sólo demuestra que el ser humano está hecho de fibras y hay algunas que quien las logre tocar con destreza, puede dominar el conjunto a perpetuidad. Para nadie es un secreto que estamos en Venezuela dominados y sometidos por una pandilla de foragidos, que sus patrones morales y sus procederes delincuenciales han sido trasmitidos a todos los niveles de la organización y han permeado hacia la sociedad, en especial la generación nacida en esta mal llamada “Revolución”, pasada esta pesadilla tendremos que hacer algunos balances que en este sistema son imposibles de hacer, por ejemplo la deserción escolar, si bien es cierto que son las peores condiciones del sistema educativo de la era moderna, sueldos de miseria a los docentes, estructura física destruida, inmigración del personal educativo y muchas otras, existe igualmente una falta de motivación en los adolescentes para continuar el transito educativo, los modelos que ha impuesto la sociedad van direccionados hacia el poder de las armas, en las comunidades humildes que son la mayoría, el adolescente o quiere ser malandro, tener una moto y una pistola “peine pa’ fuera” o quiere ser militar o policía que por desgracia y salvando honrosas excepciones es casi lo mismo. Hace unos años había que realizar inmensas campañas de captación para las escuelas de policías y GN, hoy en día se dan el tupe de rechazar cientos de aspirantes. Los jerarcas del gobierno promovieron ellos mismos la alternativa constitucional del Referendo Revocatorio que era una salida legal, pacífica y democrática para el cambio de gobierno, desde diciembre Nicolás lo mencionaba en sus grises peroratas y hasta lo estimulaba. El triunfo de Barinas envalentonó a muchos que pensaron que ese triunfo era la caida en picada del gobierno, nada más alejado de la realidad. Estos delincuentes tenían una estrategia criminal bajo la manga que acaban de exponer. El servil y venal CNE autorizó la activación del referendo pero con algunas modalidades que lo hacen de imposible concreción. Sólo autorizó 12 horas para recolectar más de 4 millones de firmas, el promedio para concretarlo con éxito significa que deben votar en 1200 máquinas a nivel nacional, casi 6 personas por minuto y 350 por hora en un sistema controlado exclusivamente por el gobierno, desde la generación eléctrica hasta las trasmisión de datos, la apertura de mesas, la organización de las colas, el acceso a los centros, es decir, con sólo un corte de luz de una hora en cada centro se haría nugatorio el proceso, sumado a la imposibilidad de votación del 80% de electores en el exterior por estar en países que no reconocen a este gobierno usurpador. En pocas palabras, nos dijeron que si pero debemos traer un cuerno de unicornio y una varita de hada madrina. Lo hicieron sin elegancia, Diosdado no es el Profesor, Nicolás no es Berlín ni Cilia es Tokio, son más parecidos a las pandillas tribales de “Hotel Rwanda”, los cinéfilos me entenderán. En tanto seguimos creyendo en la resurrección del pueblo, en que ante tantas puertas cerradas aprenderemos a entrar por la ventana, que luchamos contra el gobierno y gran parte de nuestra misma oposición que le hace el juego por complicidad y conveniencia porque ya no creo que sea inocencia o candidez. Seguiremos esperando el despertar de “El Bravo Pueblo”. Seguiremos conversando. [email protected]