Para Carolina Jaimes Branger el primer encuentro entre representantes del gobierno de Maduro y de la oposición representa algunos puntos a favor para allanar el camino hacia el Acuerdo de Salvación Nacional. La articulista, además, cuestiona las críticas formuladas por la dirigente María Corina Machado

Carolina Jaimes Branger

“No vamos si no me reconocen como presidente de la república”. No lo reconocieron, y, sin embargo, ellos fueron. “No vamos si no nos retiran las sanciones”. No se las retiraron y, sin embargo, ellos fueron. “No vamos si no reconocen a todos los Poderes Públicos constituidos”. No los reconocieron, y, sin embargo, ellos fueron.

“No vamos si no aceptan a los nuevos voceros de la oposición (los alacranes)”. No los aceptaron, y, sin embargo, ellos fueron.“No vamos si no nos devuelven los activos de la nación”. No se los devolvieron y, sin embargo, ellos fueron.

El solo hecho de que los representantes del régimen de Nicolás Maduro hayan estado en México, hayan firmado un memorando de entendimiento y se hayan comprometido a asistir a unas nuevas jornadas de diálogo, es un éxito. Pero no es un éxito de Maduro. Es un éxito de Juan Guaidó y su equipo en su camino al Acuerdo de Salvación Nacional.

Tal sería el éxito que Nicolás Maduro montó una rueda de prensa el lunes 16, donde su perorata fue un texto ejemplificador de revisionismo histórico: habló sobre su versión de los anteriores procesos de negociación. Según él, en todos, la oposición pateó la mesa, como si no las hubiéramos vivido. Escogió muy bien a los reporteros internacionales “pregrabados” que le hicieron preguntas a su imagen, semejanza y necesidad del momento. Yo le hubiera dicho “no aclares, que oscureces”. Pero ahí montó su tinglado y pasó horas en esa necedad. Yo lo veo o lo escucho porque como yo opino, no es lo mismo que leerlo. Pero es un ejercicio de autodominio, fortaleza y paciencia, entre otras cosas.

Sin embargo, este éxito de Guaidó, que es el éxito de Venezuela, no fue visto así, no solo por lo que queda del chavismo, que no es mucha gente, sino por otros factores de la oposición venezolana.

Ahí salió María Corina Machado a decretar “la muerte del interinato” en una nota de voz que circuló en un tuit en donde se dirige a los “venezolanos de bien” (¿será que los que sí estamos de acuerdo con la negociación somos “venezolanos de mal”?) para hablar sobre lo inconveniente de la firma del memorando de entendimiento con los criminales del régimen de Nicolás Maduro. Yo no tengo dudas de que los miembros del régimen son criminales. Pero si la salida está en sentarse a negociar, hay que sentarse con los criminales. ¿O es que Roosevelt y Churchill, dos figurones de la Historia, no se sentaron a negociar con un criminal como Stalin?

María Corina piensa que la firma del memorando lo que hizo fue “reconocer al régimen de Maduro como gobierno legítimo”. A mi modo de ver no es así. Es el régimen usurpador. Pero tienen a las Fuerzas Armadas apoyándolos y son ellos quienes los han mantenido allí.

Los invito a reflexionar sobre esto (y a ti también, María Corina): cada vez que pagamos IVA, ¿a quién se lo pagamos, a Guaidó o al régimen? Eso NO SIGNIFICA que lo reconozcamos como legítimo. Cada vez que sacamos cédula o pasaporte, ¿la sacamos en una institución de Guaidó o de la usurpación? Eso NO SIGNIFICA que lo reconozcamos como legítimo. Cuando hacemos largas colas esperando vacunarnos contra la Covid-19, ¿lo hacemos en un establecimiento de opositores o del régimen usurpador? Eso NO SIGNIFICA que lo reconozcamos como legítimo. Cuando vendemos o compramos un bien inmueble, ¿firmamos en una notaría o registro de Guaidó, o del régimen usurpador? Pero eso NO SIGNIFICA que lo reconozcamos como legítimo. Y puedo seguir con muchos ejemplos más.

La negociación, María Corina, sí puede resolver algo. No necesitamos que la siquitrilles como lo estás haciendo. El hambre, la miseria, la violencia, el bolívar requetedevaluado ciertamente no van a cesar hasta “que las mafias salgan del poder”. Pero eso que tú ves como “paños calientes” o “migajas” podría resultar en algo y no es “indigno” el tratar de conseguirlo. Nadie está “renegando de la resistencia”, ni de los muertos, ni de los presos políticos. Tampoco le están “entregando al régimen lo que quiere” en la próxima “farsa electoral” de noviembre. Te refresco la memoria: Juan Guaidó apostó todo por las negociaciones. Ha dicho claramente que, de no conseguirse las garantías para tener elecciones libres y transparentes y con observadores internacionales, no deberíamos tenerlas. No es la misma opinión de otros factores de la oposición que piensan que debemos ir “recuperando espacios” paulatinamente y picaron adelante.

En estas jornadas que pasaron, el régimen se comprometió a reconocer las violaciones sistemáticas a los Derechos Humanos de los venezolanos cuando aceptó en la agenda de negociación “reparar a las víctimas”. ¿No es eso un adelanto? Que en el proceso de negociación haya que discutir el cumplimiento de la Constitución ¿no reitera acaso lo que hemos denunciado durante años, que nuestra Carta Magna ha sido violada constante y consistentemente con el fin de secuestrar el poder y atentar contra los venezolanos? ¿No es un triunfo que la agenda de la negociación sea pública?

Yo no tengo ningún deseo de “cohabitar” ni de “vivir calladita en una jaula más grande”. Pero sí pienso que todo lo que pueda hacerse para salir de este horror, hay que hacerlo.

Yo quisiera, María Corina, conocer tu propuesta punto por punto. Hablas de “dejar de lado a quienes no nos representan”. Te recuerdo que Juan Guaidó sigue siendo nuestro representante delante de las democracias más sólidas del mundo. Ninguna de ellas lo ha enterrado como tú pretendes hacerlo, o, mejor dicho, ya lo hiciste. Hablas de seguir en la ruta “de la presión interna y de la justicia internacional” para así obligarlos a “la verdadera negociación: su salida”. ¿Por qué esta negociación no es verdadera y la que tú mencionas, sí? ¿Es porque es la tuya? ¿Acaso esa “salida” es la misma de 2014?

Ellos no van a salir “porque sí”. Saldrán cuando consideren que podrán vivir en alguna otra parte, sin ser perseguidos y disfrutando de lo que se robaron. Si en esa hipotética negociación de la que hablas te piden eso… ¿qué les vas a decir? ¿Lo mismo que le dijeron a Chávez en 2002, que tenía que quedarse para ser juzgado? ¡Ojalá lo hubieran dejado irse! ¿Los ves haciéndote caso en un escenario así?

Ya veo que, por fortuna, tu idea de que los marines iban a invadirnos, como que la dejaste de lado. Nadie va a invadirnos. Los países no tienen corazón, tienen intereses. Y en el estado en que se encuentra Venezuela hoy, no le interesa a nadie, más que a nosotros, por querer recuperarla, y a los depredadores cubanos, rusos, chinos, bielorrusos, iraníes, sirios y los otros “panas” del régimen, para terminar de saquear lo que queda.

Por eso, doy mi voto de confianza al equipo negociador de hoy. Como te lo daría a ti, si llegaras a ser negociadora. Pero por ahora, no necesitamos hundirnos más de lo que ya estamos y tú, estoy segura de que, sin querer, lo que estás es oxigenando al régimen que tanto dices repudiar. Lo que estás criticando en otros, es lo que tú estás haciendo.

Hoy más que nunca necesitamos más unidad de criterios y propósitos. Nuestro país agónico nos necesita a todos los venezolanos de bien, así, sin comillas. Sin agendas personalistas. Y sin manipulaciones.