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Max Verstappen es el nuevo campeón mundial de la F1

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JOSÉ ANTONIO CORTÉS .

Innumerables maniobras en calificación y carrera, con el traje de héroe escondido debajo del overol de obrero hicieron de Checo Pérez un valioso elemento que fue, a la postre, una de las diferencias que marcaron el destino de la competencia, sobre todo en el último Gran Premio del año en Abu Dhabi.

«Checo es una leyenda», así lo describió Max Verstappen en el radio a bordo, cuando el jalisciense contuvo durante más de una vuelta a Lewis Hamilton, cuando el inglés ya se escapaba para ganar tranquilamente el GP.

Lars Baron/Getty Images

Ese giro 21 fue clave, ya que fueron 7.7 segundos que Verstappen pudo recortar mientras el siete veces campeón sufría para dejar atrás a Pérez.

El auto 11 de Red Bull fue, después del 33 obviamente, la peor pesadilla de Hamilton durante el año. Así como en Azerbaiyán, Turquía y Sao Paulo, Checo Pérez opuso real y férrea resistencia al inglés en Abu Dhabi con maniobras que pueden ilustrar el libro del manejo defensivo en la F1.

Una verdadera master class de cómo se contiene a un grande, limpio pero duro, leal pero al límite, con manos calientes y cabeza fría. Esos segundos ayudaron a que más adelante, al entrar el SC, la diferencia entre Verstappen y Hamilton no fuera tan grande y pudiera estar detrás de él en la rearrancada.

Pero el empujón de Pérez a Verstappen, no hay que olvidar, vino desde el sábado en la calificación, donde el tapatío de 31 años sirvió de ‘grúa’ al neerlandés, para que pudiera hacerse de la pole position. Algo que el ahora campeón agradeció todo el tiempo dentro y fuera del monoplaza.

Pérez se convirtió en factor y aunque no logró superar en puntos al finlandés Valtteri Bottas y eso a la postre significó que Mercedes se quedara con el título de Constructores, sí pesó mucho más que el compañero de Hamilton a la hora buena. De hecho, Pérez hizo tan buen trabajo que hasta Toto Wolff y Hamilton clamaron por «manejo peligroso» en el radio con los comisarios, algo totalmente infundado ya que nunca hubo contacto, sólo puro y total manejo.

Al final, el motor Honda del monoplaza RB16B de Checo Pérez no aguantó la carrera y se rindió a tres giros del final, pero el trabajo estaba hecho. Lástima porque el mexicano había trabajado para el podio y podía, ¿por qué no? Con las llantas blandas frescas, también haber rebasado a Hamilton en la rearrancada. Pero la unidad de potencia acusó la fatiga de tantos Grandes Premios, ya que Checo se mantuvo con un pool limitado de motores desde el Gran Premio de Holanda de septiembre pasado, cuando penalizó para cambiarlo.

El cuarto lugar en el campeonato de pilotos y los 190 puntos finales de Checo Pérez, no hacen justicia al desempeño del volante que culminó su undécima temporada en la Fórmula 1.

«Checo es un asombroso compañero», fueron las palabras que dedicó Verstappen, un hombre que no acostumbra (como buen neerlandés) regalar elogios a nadie.

Por su parte, Hamilton, quien evidentemente estdaba triste pero todo un caballero, felicitó a Verstappen careció del apoyo de Bottas, cuando más lo necesitó, cuando los Red Bull lo atacaron por partida doble, el finlandés otrora gran calificador largó desde el sexto sitio y se mantuvo siempre fuera de la acción adelante en la que fue su última carrera con Mercedes, ya que en 2022 será sustituido por George Russell y partirá hacia Alfa Romeo.

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