Durante el evento Prospectiva Venezuela 2024-II Semestre, celebrado por el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno (CEPyG) de la UCAB, Félix Seijas presentó los resultados de la última encuesta de opinión pública, elaborada para esta instancia académica donde se revela que, en cualquiera de los escenarios de participación, alta, media alta o moderada, existe una diferencia que va desde 20% a 34% a favor de la oposición. Por su parte, el director del CEPyG, Benigno Alarcón, recalcó que si la participación electoral se mantiene hasta el 28 de julio se producirá una “stunning election” con el triunfo de la oposición que colocara al gobierno ante el dilema entre reconocer los resultados o imponer un fraude por la fuerza
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Comunicaciones CEPyG UCAB 17.07.24
Según el último estudio de opinión pública, realizado por el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB con la encuestadora Delphos, del 5 al 11 de julio, entre personas de más de 18 años inscritas en el Registro Electoral mediante entrevistas directas, Edmundo González Urrutia (candidato de la Plataforma Unitaria Democrática) cuenta con una intención de voto de 59,1%, mientras que Nicolás Maduro está en 24,6%.
El estudio fue presentado en el evento Prospectiva Venezuela 2024-II Semestre realizado por el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB, que contó con la participación de Elsa Cardozo con la Prospectiva Internacional; Asdrúbal Oliveros con Prospectiva Económica; Mirla Pérez, subdirectora del Centro de Investigaciones Populares “Alejandro Moreno”, quien se encargó de la Prospectiva Social; Félix Seijas expuso la encuesta de Opinión Pública; y el director del CEPyG-UCAB, Benigno Alarcón, estuvo a cargo de la Prospectiva Político-Electoral.
El rector de la UCAB, Arturo Peraza, S.J., al dar la bienvenida, manifestó que este evento constituye un aporte más de la universidad para dar a conocer datos fidedignos, como se hace en ENCOVI y Psicodata, que permiten una mejor comprensión de la realidad nacional y proporcionan datos para el análisis y el debate público por parte de los diferentes sectores y actores del país, como se ha venido haciendo tradicionalmente desde hace años en este espacio de investigación.
Alta participación y aspiración de cambio
Félix Seijas, director de Delphos, explicó que, de las 1.200 personas consultadas, 30,6% se autodefinió como chavista, 40% de la oposición y 29,5% dijo no estar en ningún bando. Agregó que 71,3% de la muestra piensa que es necesario o muy necesario un cambio de gobierno; 63% considera que la capacidad real de lograr dicho objetivo está en “nosotros mismos” (los ciudadanos), y para 86,9% a ese cambio se llega votando en la elección.
En cuanto a la probabilidad de ir a votar como variable sintética, se tiene que es alta para 48,2% de la muestra; 5,5% media alta y 23,5% moderada. El potencial actual de ir a votar es de 53,7% (aproximadamente 9,1 millones de personas), que, si se le suman los 4 millones del grupo de moderados, totaliza 13,1 millones de votantes (77,1% del padrón electoral publicado por el CNE). Vale la pena destacar que 33% de quienes contestaron el cuestionario se mostraron muy dispuestos a regresar a su centro electoral para participar como testigos en el conteo de votos.
Con respecto a la intención de voto por probabilidad de asistir a votar, incluyendo la participación chavista, se tiene que en segmento de probabilidad alta de participación Edmundo González Urrutia (EGU) tendría aproximadamente 4,9 millones de votos y Nicolás Maduro(NM) 2,9 millones de votos, lo que da una diferencia de 2 millones de votos (25% a favor de la oposición); en el escenario de participación entre quienes tienen una disposición a votar entre alta, EGU obtendría 5,4 millones y NM 3 millones lo que genera una diferencia de 2,4 millones de votos (26% a favor de la oposición); y sumando a quienes tienen disposición alta, media y moderada serían 8,1 millones de votos para EGU y 3,7 millones para NM, una diferencia de 4,4 millones (34% a favor del opositor).
En cuanto a las expectativas sobre el 28 de julio –fecha de las elecciones presidenciales-, 26,7% de los entrevistados cree que Maduro gana y sigue en el poder; para 20,8% la oposición gana, pero Maduro sigue; 35% piensa que la oposición gana y habrá cambio; 2,8% que no habrá elección y 14,4% no sabe qué pasará. En este sentido, 46,8% aseguran estar dispuestos a protestar si se comete un fraude en la elección.
Transición o conflicto por fraude
Por su parte, el director del CEPyG de la UCAB, Benigno Alarcón, afirmó que el escenario final ante las elecciones presidenciales del 28 de julio se abre entre dos opciones: transición política o conflicto por fraude electoral.
“La oposición pareciera estar hoy en su mejor momento político y electoral, mientras el gobierno pareciera estar en su peor situación con una brecha en lo electoral que no es posible superar a través de las prácticas tradicionales de fraude”.
Entre las razones de este posible resultado destacó que la maquinaria político-clientelar y de control social del gobierno, que ha servido para movilizar el voto oficialista, se encuentra hoy desmantelada; mientras que la gente pareciera haber asumido, más allá de lo que las encuestas tradicionales pueden registrar, la responsabilidad directa (locus de control interno) de producir el cambio político.
Si la participación electoral de la oposición se mantiene hasta el 28 de julio se producirá una “stunning election” con el triunfo de la oposición y el dilema para el gobierno entre reconocer los resultados o imponer un fraude por la fuerza.
Advirtió Alarcón que “un fraude electoral o una decisión que saque a la oposición de la elección podría originar una escalada importante del conflicto”, y agregó que el desenlace de la elección dependerá, en buena medida, de una combinación de presión internacional e interna para la defensa de la democracia, a fin de subir los costos de intentar mantenerse en el poder por la fuerza.
“Si el gobierno logra mantenerse en el poder por la fuerza, es predecible una autocratización mucho más acelerada para asegurar su estabilización y hacerse menos dependiente de la legitimación electoral. La permanencia de Maduro en el poder generaría una ola migratoria igual a las del 2014, 2017 o 2019”, comentó.
El venezolano siente que el futuro está en sus manos
La palabra cambio fue la más escuchada durante el tercer ciclo de investigación del Pulso Comunitario que culminó recientemente de la mano del Centro de Investigaciones Populares (CIP) Alejandro Moreno. En su presentación de la prospectiva Social para el segundo semestre de 2024, la subdirectora de esa organización, Mirla Pérez, hizo énfasis en que las expresiones que marcan el camino de la gente son aquellas centradas en la superación de un pasado que hizo mucho daño, que rompió con la lógica democrática y con las estructuras vitales-culturales.
Para las comunidades populares, un nuevo comienzo es la clave. “El chavismo es pasado, hombres y proyectos que quedan atrás, que produjo dolor y muerte y hay que sobreponerse a la destrucción”. Se reafirma la vecindad como opción comunitaria para asumir la estrategia para la reconstrucción del tejido social, mientras que lo comunal se queda en la externalidad. En contraposición a esto, se observa un liderazgo fuerte y firme, el de María Corina Machado, que se convirtió en un fenómeno político. “Los grupos focales dejan ver la voluntad de la gente en producir alternativas, guiadas por el liderazgo de MCM como cabeza de la Plataforma Unitaria Democrática, dando líneas de acción al candidato que, según el estudio, ganará la elección: Edmundo González”, dijo Pérez.
Con respecto al candidato opositor, todos los participantes en los grupos focales lo identificaron, aunque no lo conocen, lo que crea cierta incomodidad. De González se espera que transmita confianza de que va a tomar la decisión adecuada en el momento adecuado. “Que no se rinde, que va a cobrar los votos porque nosotros vamos con todo”, señalaron. Asimismo, se espera que deje claro ante la opinión pública que él solo es un puente para luego dar paso a Machado. En esa misma línea, le piden que su primera misión como presidente sea la de unificar al país.
En cuanto al significado de la elección del 28 de julio, las comunidades populares sienten temor porque está en juego, no solo un cambio de gobierno, sino también “nuestra última oportunidad para la paz”. El venezolano siente que el futuro está en sus manos, que él está construyendo país y que con la elección lo puede hacer.
Por otra parte, se da por descontado que Maduro no tiene modo legítimo de ganar una elección en este momento. Tampoco se ve un quiebre interno del régimen que le lleve a aceptar los resultados de la elección o que éstas puedan ser suspendidas o postergadas esperando un mejor momento.
¿Cómo ven las comunidades populares los escenarios electorales? “Se observan cuatro posibilidades: que gane EGU es la opción con más fuerza, junto a la conciencia de que el régimen puede ser derrotado; que gane Maduro, si esto pasa es porque se robó la elección; que gane EGU y se la quiten; y que no se den las elecciones”.
Todo este sentimiento lleva a que la participación político-electoral se proyecte muy alta, por encima del 80%, mientras que la disposición a la protesta se consolida entre los más jóvenes, quienes se disponen a defender el voto, aun cuando muchos no puedan votar.
Situación política seguirá marcando la economía
Durante su presentación de la prospectiva económica para el segundo semestre del presente año, Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica, señaló que lo que está en juego es crecer a tasas cercanas a dos dígitos en los próximos años. Considera que habría dos escenarios: uno, con un gobierno no reconocido, en el que, habría mayor prudencia en las inversiones, con un crecimiento menor de 3% donde los sectores ganadores serían tecnología, servicios, alimentos y salud. El segundo, con un gobierno reconocido y con algunos acuerdos institucionales, alta probabilidad de inversiones fuertes en áreas claves, con un crecimiento que podría alcanzar los dos dígitos en los próximos años y los sectores ganadores serían petróleo, manufactura y construcción.
En cuanto al consumo, lo que está en juego es crecer también a tasas cercanas a dos dígitos. Es así como se estima que para 2024, con un gobierno reconocido el crecimiento sería de 8% y con un gobierno no reconocido, 5%; en 2025, con un gobierno reconocido se elevaría a 14% mientras que con uno no reconocido bajaría a 3%; en 2026, con un gobierno reconocido se ubicaría en 11% y con el no reconocido pasaría a solo 2%.
Señaló Oliveros que en los próximos meses es clave mirar hacia lo que son las negociaciones y acuerdos petroleros (licencias); el escenario post-elecciones: reconocimiento o no reconocimiento; el resultado de las elecciones en Estados Unidos, con altas probabilidades para el expresidente Donald Trump; evolución de la relación con China y el uso que se le dé a los fondos extrapresupuestarios.
En cuanto a las proyecciones económicas para el cierre de 2024, ubica la variación del PIB en 4,5%, con una producción petrolera de 838,1 millones de barriles diarios; reservas internacionales de 4.515 millones de dólares; donde el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) cerraría en 80,4%; la tasa oficial en 58,6 bolívares por dólar y el cambio paralelo en 61,8 bolívares por dólar.
Internacional: lo que cabe hacer, alentar y esperar
No cabe duda de que el escenario electoral venezolano, antes, durante y después del 28 de julio, ha estado muy marcado por la participación de diferentes actores internacionales. Algunos buscando que en Venezuela se dé un proceso de elecciones libres, transparentes y medianamente competitivas, para lo cual ha sido fundamental el proceso de negociación que comenzó liderado por Noruega; luego en diversos escenarios como República Dominicana, México, Barbados y Doha. Otros, entre los que se cuentan el grupo de países aliados al gobierno venezolano, como son Rusia, Irán y China. Pero también han jugado actores que han tenido una participación fundamental para llegar a las presidenciales como son Estados Unidos y la Unión Europea.
En este marco es fundamental analizar la tendencia e incertidumbre que rodea esta elección. En ese sentido, la internacionalista Elsa Cardozo hace una revisión exhaustiva sobre lo que cabe esperar, hacer y alentar de cara al segundo semestre 2024.
En cuanto al entorno internacional inmediato, se espera que se den unas elecciones (aceptablemente) libres que contribuyan a la normalización democrática. Sin embargo, también hay posiciones que por acción u omisión favorecen una normalización autoritaria, entre afinidades y pragmatismo, como es el caso de autocracias regionales (Cuba, especialmente; y Nicaragua); democracias iliberales y regímenes híbridos (Bolivia, Honduras); autocracias extracontinentales con estrategias diversas (Irán y Rusia… China) y potencias emergentes y fuerzas iliberales escudadas. En síntesis, nuestro país ha sido objeto permanente de escrutinio, denuncias y procesos internacionales por violación de derechos humanos y pérdida del Estado de derecho.
En medio de tanta turbulencia a nivel mundial, ¿qué es posible y conveniente alentar? Según Cardozo, el reconocimiento y papel fundamental de la unidad, liderazgo, organización social y compromiso electoral opositor; la coherencia y perseverancia en la protección de los derechos humanos y atención a la emergencia humanitaria; la distinción fundamental que proyectan internacionalmente la continuidad autoritaria y la propuesta de normalización democrática, institucionalidad, respeto a acuerdos, protección de derechos humanos y la crisis humanitaria; y finalmente, la expectativa/compromiso/apoyo a la ruta de normalización democrática que signifique una reducción razonable de migración, depredación ambiental e inestabilidad regional. Una preocupación, más que justificada, de algunos países es la alta probabilidad de una nueva ola migratoria, si no hay un cambio de gobierno, que puede alcanzar niveles similares a los de 2014, 2017 y 2019.
Fotografía: Comunicaciones CEPyG UCAB