Hace pocos días presenciamos el más bochornoso espectáculo de tantos a que nos tiene acostumbrados una ínfima parte de venezolanos que por décadas han tratado de ganarse el favor de los electores y por el mismo tiempo han sido rechazados y repudiados por no representar a ese amplio espectro de opositores a este gobierno que ellos pretender liderizar. Son un grupo de obstinados que culminado cada proceso electoral juran por un puñado de cruces no volver a incomodar el panorama político regional, renunciar a sus aspiraciones, pero como el vicioso cerca de la droga no pueden oler un proceso electoral así sea para elegir la comunidad de padres y representantes de un colegio, que se olvidan de sus promesas y se vuelven a postular para volver a recibir el rechazo de los electores que los tienen como el vivo monumento al fracaso y la derrota. En este proceso cargan con un pesado fardo más difícil de sobrellevar que han sido los pactos con el gobierno, tanto uno como el otro poseen evidencias de su complicidad con los factores de poder. El primero con incontables fotografías y videos sonrientes al lado de Alcaldes y Gobernadores en todos sus condumios que sabemos que sólo asisten un circulo de allegados, ninguna cabeza medianamente racional se le ocurre invitar a sus fiestas a un adversario o enemigo, son aliados disfrazados que gozan de privilegios de los cuales no gozan personajes más representativos y respetados, por ejemplo con las concesiones de radiodifusión, en un país donde se han cerrado un 90% de las radios independientes o se les ha negado la renovación de la licencia, resulta cuando menos sospechoso que un “candidato opositor” sea propietario de señales de radio y se encuentre trasmitiendo por las ondas hertzianas sin mayores sobresaltos, surgen dos hipótesis, la primera es que eres aliado del gobierno y la segunda, que hiciste pacto de no atacar en tus programas a las estructuras de poder, que en el fondo es lo mismo. Por el otro lado, el receptor de la cachetada fue hasta hace poco tiempo el parlamentario más respetado de esta zona del país, fue un vocero calificado de las victimas del gobierno de sobremanera en la zona indígena y minera, mostro al mundo las masacres realizadas por el ejército en las comunidades Yanomanis y la fuga de sus integrantes más allá de nuestras fronteras, el enorme crimen ecológico en el Arco Minero del Orinoco, la trata de personas, el control de la guerrilla y grupos de delincuentes en dichas zonas y muchas otras denuncias con arrojo y valentía. Dicha conducta le costó su tranquilidad y estabilidad, siendo perseguido por el gobierno, teniendo que huir a Italia sumándose a los cientos de venezolanos exiliados por motivos políticos, al tiempo y coincidencialmente con el anuncio del proceso electoral regresa al país por el principal aeropuerto y sin mayores trastornos se postula como candidato a gobernador desarrollando su campaña sin ningún contratiempo y dando muestras de recursos para su difusión y propaganda por lo menos sospechosos. Ante este panorama y ante la evidencia que políticos de credibilidad como María Corina, Andrés Velásquez, Antonio Ledezma y el mismo Guiado se opusieron a participar en la farsa electoral con los argumentos infinitamente repetidos de la inexistencia de condiciones equilibradas y el secuestro por el gobierno de los organismos electorales y de gobierno, sólo nos queda a ese 80% del país que no creemos en el gobierno pero tampoco en esa oposición de cartón, que se confirma las secretas alianzas y sólo participan para darles visos de legalidad a esta comedia electoral tan similar a la recién concluida en Nicaragua. Por lo tanto la cachetada propinada por uno de los candidatos de la “simulada oposición” al otro candidato también de su tendencia sólo refleja lo más retrogrado y vergonzoso de la política venezolana, también es reflejo de la impotencia, la cobardía, la deslealtad a la mayoría de los electores, la falta de argumentos de intelecto y lo más atávico del ser humano cuando se ve perdido y sin opciones, sólo esperamos que sea la última cachetada a la población decente, que sea la última muestra de intolerancia de estos dinosaurios políticos que no representan a nadie y que el 22 de Noviembre después de la aplastante derrota a la cual contribuyeron con sus conductas cómplices, pueda resurgir una oposición seria, leal y comprometida con una mayoría del país que hoy se siente huérfana y desamparada y que estas marionetas de la política regresen al cajón del tiriitero no sin antes cortarles los amarres para que nunca más puedan engañar a la audiencia. Ya saben, si votas le haces el juego al gobierno y le lavas la cara a sus fraudes.
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