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Jesús Seguías: “O nos entendemos o nos matamos todos dejando al país destrozado”

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A fuel tanker truck of Venezuelan state owned oil company PDVSA drives past a billboard of Venezuela's government party candidate, Jorge Arreaza, reading "Hope returns!", at Barinas city, Venezuela, on January 7, 2022, two days before the state of Barinas holds a re-run of the gubernatorial election. - The western state of Barinas, controlled by the Chavez family for over two decades, will hold a re-run of regional elections on January 9. The older brother of late Venezuelan president Hugo Chavez renounced after losing reelection for the governorship on November 21, 2021, to opposition candidate Freddy Superlano, who was subsequently disqualified. Venezuela's highest court, accused of government bias by the opposition, ruled in favour of the country's public finances watchdog which had sought a declaration of Superlano's "ineligibility" as an election candidate, and ordered new elections without him. (Photo by Federico Parra / AFP)

“Seguir suicidándonos es absurdo”, advierte el presidente de DatinCorp. A su juicio el mayor desafío que tiene la sociedad mundial hoy, que está viviendo un cambio de era histórica importante, ya no es el mundo de los caudillos, imposiciones, confrontaciones, sino de la sinergia y entendimiento frente al “club” de los tiranos que se han puesto de acuerdo para imponerse.

El Estimulo

su reciente “micro análisis”, el consultor político y presidente de la firma de estudios de opinión DatinCorp, hacía alusión a la anécdota de un agricultor que cultivaba maíz de una excelente calidad por lo cual, todos los años, ganaba el premio al mejor maíz. En una oportunidad fue entrevistado por un periodista y descubrió que el agricultor compartía sus semillas de maíz con sus vecinos que eran sus competidores, lo cual le pareció absurdo y le preguntó: ¿“Cómo puede permitirse compartir su mejor semilla con sus vecinos cuando ellos también compiten con el maíz cada año”? El granjero le respondió: “¿Por qué piensa de esa manera señor? ¿Acaso no sabe que el viento recoge el polen del maíz en maduración y lo hace girar de un campo a otro? Si mis vecinos cultivan maíz inferior, la polinización inferior cruzada degradará constantemente la calidad de mi maíz, por eso debo ayudar a mis vecinos a cultivar un buen maíz”.

Este pensamiento del agricultor le permitió a Seguías reflexionar el tema de por qué hay naciones exitosas y otras atascadas y concluyó que las naciones son la sumatoria de la calidad de los pensamientos y acciones de sus ciudadanos.

Consultado para El Estímulo, el consultor político considera que Venezuela y América latina en general han padecido el dominio de figuras que han promovido el caudillismo y la intolerancia y advierte que frente a los nuevos escenarios que deberá enfrentar el país, “o nos entendemos o nos matamos entre nosotros y dejaremos un país destrozado”.

Sostiene que el desafío que se presenta a los venezolanos es mucho mayor que cambiar a un gobierno autocrático; se trata de un cambio histórico, que es construir la nación del siglo XXI.

Jesús Seguías, agudo y respetado analista político en Venezuela.

Erradicar paradigmas

-Al referirse en la anécdota del agricultor, que privilegia el éxito de sus competidores y hasta comparte el conocimiento como un beneficio conjunto, señala que así actúan los países exitosos. Al parecer Latinoamérica, en especial Venezuela, ha estado influenciada por personas dominantes y autodestructivas. ¿Vamos en una dirección contraria al éxito y el desarrollo?

«Sin duda alguna el relato que yo expuse en ese análisis refleja exactamente los retos, los desafíos que tiene la sociedad de hoy a nivel mundial porque casualmente el mundo de hoy, está viviendo un cambio de era histórica importante. Ya no es el mundo de los caudillos, ya no es el mundo de las imposiciones, de las confrontaciones, sino que es el mundo de la sinergia y del entendimiento».

«Los viejos paradigmas basados en la confrontación radical, a veces, violenta entre los actores políticos, la lucha por el poder, eso ha quedado sepultado en el siglo pasado. Sin embargo, hay factores políticos y económicos que aún están aferrados a ese viejo rostro del poder. Estamos actualmente en presencia de un nuevo rostro del poder que se ha ido formando a regañadientes porque los políticos han sido muy renuentes a adaptarse a estos cambios. Recordemos que primero tuvimos la era histórica agrícola que duró 5.700 años, luego vino la era industrial que fue dominante hasta hace apenas 50 años, que marcó la confrontación política que aún conocemos, entre las famosas derecha e izquierda, el comunismo, el socialismo, la socialdemocracia, liberales y neoliberales. Todos esos paradigmas políticos quedaron ya en desuso producto de estos cambios. Vino un  corto período de una nueva era llamada la era del conocimiento que dio paso a la era de la cibernética y la información y quien sabe dentro de poco qué otra nueva era va a surgir por la velocidad en que se están generando los cambios históricos a escala mundial».

-¿Cuales son los nuevos paradigmas de esta era de la información a los que hace referencia?

«Los paradigmas dominantes del siglo XXI son primero que nada la democracia versus las autocracias, las oligarquías del poder, las dictaduras, las montoneras, los  caudillos y los tiranos. La democracia se convierte en el nuevo polo de referencia política a nivel mundial. Ya no estamos ante la izquierda y la derecha, sino ante la confrontación entre democracia y tiranía. Por eso vemos que en la izquierda hay tiranos pero en la derecha también los hay. A fin de cuentas vemos que el ‘club de los tiranos’ en el mundo se ponen de acuerdo para imponerse. Figuras como Donald Trump, que es un tirano, obseso del poder, se entiende perfectamente con Kim Jong-un y se entendió con Vladimir Putin. Vemos que ese club de los tiranos comienzan a establecer acuerdos que es lo que China y Rusia definieron como el mundo multipolar. En realidad este mundo que los tiranos están propiciando es decirle a todos: “somos tiranos y déjennos ser tiranos, no se metan con nosotros. Tenemos derecho a ser tiranos y a atentar contra los derechos del pueblo de darse  sus propios gobiernos”.

«El segundo elemento sería el mundo de la ciudadanía versus el mundo de las vecindades de la gente pasiva. Estamos ante el mundo de la educación como antídoto fundamental contra la pobreza, estamos ante el mundo de la gobernanza que es la interacción dinámica entre el subsistema gobernante  y el subsistema gobernado. La gobernanza es quizás el desmantelamiento del Estado todopoderoso, omnipotente, que tantas veces se ha denunciado, el Supra Estado, que en América Latina se le ha dado mucho poder y eso ya no está funcionando. Las comunidades comienzan rebelarse, a pedir espacios y los políticos siguen renuentes a dar esos espacios. Finalmente tenemos también el paradigma de la economía libre».

¿La confrontación que hoy se ha extendido en el mundo y que se promueve desde la intolerancia buscan abrirse paso dentro de las democracias?

«Los nuevos paradigmas solamente pueden funcionar y operar a partir de una sociedad que se entienda, comprenda, se respete, e interactúe en cooperación y no en confrontación. Por eso es que yo me opongo a las confrontaciones radicales. En Venezuela no estamos en este momento en la lucha por la democracia contra la tiranía. No, muchos de los partidos políticos de oposición funcionan con criterios tiránicos, igual que el gobierno y el partido oficialista PSUV. Allí nos damos cuanta que, sin duda, la referencia debe ser la sociedad que se entiende, confía y coopera; esa es la que tenemos que construir, porque la que no opere de esa manera no va a tener éxito en el mundo de hoy. El trabajo en equipo hoy es fundamental en el mundo del trabajo y en el mundo de las organizaciones. El trabajo en equipo no es una opción, es un principio del mundo de hoy y opera sobre el criterio del liderazgo y no de la jefatura, bajo el criterio de la cooperación y no de la competencia entre sí mismos, bajo el criterio de principios como la honestidad o la madre de todos los principios: que todos los seres humanos somos libres y diferentes. Si somos libres y diferentes esa sociedad totalitaria y autoritaria, obviamente está sobrando en el mundo de hoy y en realidad esa es la lucha que tenemos por delante».

-En Venezuela vamos en sentido inverso a las tendencias de evolución y desarrollo. ¿No hay síntomas que muestren que se está revirtiendo?

«En Venezuela no ha habido manera de que salgamos de este estancamiento histórico porque los políticos están imbuidos en una lucha fratricida e inmoral por el poder, donde el tema principal no es la libertad».

¿Cuántos partidos políticos en Venezuela funcionan con un criterio verdadero de libertad interna y de respeto a los militantes?

Jesús Seguías

«En Venezuela ya no existen partidos políticos, lo que hay son plataformas electorales para que fulano o mengano sea presidente de la República, el nuevo caudillo y así el país no va a cambiar. No solo es el caso de Venezuela, es de toda América Latina. Estados Unidos que era el faro de la libertad y la democracia en el mundo está en un proceso de confrontación interna entre un sector de la sociedad estadounidense encabezada por Trump y algunos líderes republicanos que le siguen de manera indebida, aunque haya actuado de una forma antidemocrática. En Europa estamos viendo un resurgimiento de los sectores más radicalizados de la derecha que en el fondo conllevan planteamientos autoritarios y totalitarios; entonces, ese dilema es el que tenemos que confrontar en el mundo entero, poner énfasis y comenzar a construir los movimientos políticos que puedan confluir en torno a estas ideas a favor del entendimiento y hacerlas realidad».

-Algunos partidos opositores realizaron procesos internos, plantearon cambios políticos y renovaron sus dirigencias; es un proceso lento y todavía no se ven resultados tangibles.

«Sobre la situación actual de los opositores venezolanos esperamos que tomen buenas decisiones. Los partidos políticos tienen que entender que no están en condiciones ventajosas. Esa idea de que la mayoría de los venezolanos se oponen a Nicolás Maduro no es un argumento sólido para sostener que es automática la victoria opositora. Para el proceso electoral del año 2024, como están las cosas en este momento, hay serias dudas de una victoria opositora por la dispersión entre ellos que es ficticia, artificial, creada en función de los intereses de algunos políticos que le han dado rienda suelta a su vanidad personal, un torneo que no está ayudando a crear una respuesta a los venezolanos que garantice un cambio  verdadero de realidades políticas».

-Luego de más de 20 años del modelo chavista no han sido posible acuerdos de convivencia en general; por el contrario pareciera que la confrontación se hace cada vez más radical.

«Creo que en los próximos tiempos el chavismo y la oposición tienen que confluir en torno a un mismo objetivo. Aquí no va a haber posibilidades de crear un gobierno basado en la persecución de un sector contra otro. Creo que es hora del reconocimiento de la existencia de ambas partes y no seguir dividiendo al país entre los honestos y los deshonestos, porque eso no es verdad. Aquí hay deshonestos en ambos factores. El país está aterrado, indignado, con todo lo que está viendo en la oposición. Apenas le dieron unos recursos para administrar en el exterior y ya vemos el resultado. Venezuela es lo único que tenemos como país, fuera de Venezuela todos somos extranjeros y seguir suicidándonos es absurdo».

«Tenemos muchos espacios de crecimiento como nación. Lo que digo es basado en hechos políticos reales, en situaciones país concretas, en realidades y como ya lo he expuesto aquí, no hay otro camino. O nos entendernos o nos matamos entre todos y dejamos al país destrozado. Son muchos los desafíos que tenemos los venezolanos de aquí en adelante. No solamente para salir de un gobierno y montar otro, el desafío es mucho mayor, es de carácter histórico. Es construir la nación del siglo XXI y para construirla es fundamental que todos los venezolanos nos entendamos y nos pongamos de acuerdo y aún así nos va a hacer falta mucha más gente porque el reto es demasiado grande para los que en este momento estemos de acuerdo en hacer algo por el país», concluye Seguías.