Para aumentar la eficiencia de su gestión administrativa, los gobiernos municipales y regionales deberán poner en práctica principios básicos sobre la Innovación Colaborativa (también llamada Innovación Abierta, en la literatura científica). Resumiremos, en las siguientes recomendaciones (Nambisan, 2008), los requerimientos elementales: 1. Determinar el rol del ente gubernamental, en la solución de los problemas que inciden en el cumplimiento de sus metas; 2. Establecer los parámetros determinantes para lograr la colaboración externa; y, 3. Construir la infraestructura de soporte al ente gubernamental. Sobre el último punto, profundizaremos en cuanto a procesos y tecnología. La propuesta es del Dr. Satish Nambisan, profesor en Gestión Tecnológica, de la Escuela de Negocios Weatherhead de la Universidad Case Western Reserve (Estados Unidos).
Todo comienza, como es natural, con una evaluación exhaustiva de las prioridades del gobierno y de los problemas más apremiantes que este enfrenta. Deberá responderse a preguntas, tales como: ¿de qué tipo de problema se trata? ¿cómo podría contribuir el gobierno a la solución del problema (experiencia, capacidad de coordinación, etc.)? y ¿qué valor público podrían tener las posibles soluciones al problema? Finalizada la evaluación, las autoridades gubernamentales deberán decidir el rol que jugarán, ya sea integrador, buscador, promotor o catalizador, según el tipo de participación de la comunidad y el nivel de estructuración de los problemas a resolver.
La Innovación Colaborativa está basada en redes, por lo que la definición de roles generalmente abarca gran cantidad de stakeholders. La opinión y la participación de todos ellos en actividades es importante, para la construcción de capital social. Asimismo, el ente gubernamental podría asumir diferentes roles, en las distintas iniciativas que conformen su portafolio de proyectos, e involucrar a más de un área funcional. Por otra parte, en el sector privado, vale la pena consultar la experiencia de grandes compañías multinacionales (Procter & Gamble, por ejemplo) que han incrementado su capacidad de resolver problemas, implementando la Innovación Colaborativa.
Los procesos establecidos por el ente gubernamental, en apoyo a las actividades de Innovación Colaborativa, han de ser no menos importantes que la estructura social (i.e., grado de cohesión interna) que caracteriza a la red de interacciones personales y que la infraestructura tecnológica de la cual dispongan sus integrantes. La identificación de los servicios o programas del gobierno que se beneficiarían de ideas innovadoras, así como también la selección de fuentes externas de colaboración o red de socios de la administración, significan su primera prioridad (Nambisan, 2008: 32). Especial atención merecen los proyectos liderizados por la comunidad, pues el factor riesgo varia considerablemente, con respecto al caso de proyectos liderizados por el gobierno.
Sin una infraestructura tecnológica apropiada, como la ofrecida por la Tecnología Social SAI, será muy difícil para cualquier gobierno (municipal, regional o federal) lograr resolver problemas de una manera colaborativa (Innovación Abierta). El requerimiento de contar con capital social suficiente (cantidad y calidad), es también un factor crítico del éxito, para cualquier proyecto de este tipo. En realidad, las múltiples soluciones innovadoras abarcadas por las tecnologías de la información y las comunicaciones, mejor conocidas como TIC, son las aliadas naturales de la Innovación Colaborativa. Esa infraestructura tecnológica debe unir a la organización extendida.
Referencia:
Nambisan, S. (2008). Transforming government through collaborative innovation. IBM Center for The Business of Government (Innovation Series).
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