La polaca, verdugo de Jabeur en dos sets, suma el tercer ‘major’ de su carrera y el segundo de la presente temporada
La final femenina del US Open ha puesto de manifiesto dos realidades: Iga Swiatek es la indiscutible número uno mundial y a Ons Jabeur le cuesta manejar la presión de las grandes finales.
La tunecina, que venía de perder la final de Wimbledon con Elena Rybakina, volvió a caer este sábado en la del US Open. Esta vez su verdugo con un 6-2 y 7-6(5), fue una Swiatek que este lunes le sacará 5.275 puntos.
Eso significa que se ha asegurado el cetro de la WTA hasta la próximo edición de Roland Garros porque Jabeur no es una cualquiera sino su más inmediata perseguidora en la clasificación.
La polaca es la primera jugadora capaz de anotarse dos ‘Grand Slam’ en un mismo curso desde Angelique Kerber en 2016. El circuito femenino buscaba una sustituta de Serena Williams y Ashleigh Barty y la ha encontrado en Iga, capaz de imponerse en un ‘major’ lejos de la tierra batida de Roland Garros.
Cabe recordar que de febrero a julio llegó a encadenar 37 victorias en una clara muestra de dominación. La primera cabeza de serie del Abierto que se había clasificado para la final desde Serena en 2014 dio un paso más. La estadounidense también se había llevado el trofeo.
La primera árabe en la lucha por el título del último grande había ganado dos puntos en los tres primeros juegos. En su banquillo destacaba la presencia de la española Arantxa Sánchez Vicario, vencedora del torneo en 1994 y que le sirve como amuleto.
Jabeur pasó del 3-0 a tener servicio para igualar el marcador a tres. Falló porque la intensidad de piernas de su rival la superaba con creces. Y eso que a la polaca no le gustan las pelotas del Abierto estadounidense al ser pequeñas comparadas con las de los hombres.
Ante el vacío, la garantía de la campeona Swiatek
La número uno logra su tercer grande (6-2 y 7-6(5) a Jabeur) y se reafirma como clara dominadora del circuito, jefa en la tierra batida y también sobre el cemento
Conforme Iga Swiatek impone su puño de acero (6-2 y 7-6(5), en 1h 51m) y volatiliza toda esperanza para a tunecina Ons Jabeur, el orgullo africano de estos días en el tenis, hay quienes se plantean la posibilidad de que Nueva York haya supuesto un torneo bisagra entre el ayer y el mañana. Ya hay campeona, y quién sabe si relevo de verdad. Se marchó por todo lo alto Serena Williams, es decir, se fue una época, un imperio, una ganadora imposible de reproducir, y sigue ahora elevando el vuelo la polaca, que por primera vez hace cumbre en Nueva York y se redimensiona: son 21 años en el DNI, ya tres grandes en dos superficies distintas, obtenidos en un margen de tres años. ¿Quién da más? Fácil: Nadie.