La tradición de celebrar la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo ha sido una memoria de las religiones que profesan su centralidad en Cristo. El llamado Viernes de Concilio —previo al Domingo de Ramos— es una celebración mariana nacida en Europa y traída a América con la evangelización de 1532. Esta devoción pertenece a la piedad popular que se ha transmitido por generaciones.
Previo a las reformas litúrgicas hechas por el Concilio Vaticano II (1963), la Iglesia dedicaba el viernes anterior a la celebración de la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, con el Domingo de Ramos, a la festividad de Nuestra Señora de los Dolores, de allí que en el colectivo ha quedado la costumbre de llamarla Viernes de Dolores. La celebración de esta advocación mariana pasó al 15 de septiembre, un día después de la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz.
La Cuaresma es el tiempo litúrgico que precede a la Semana Santa, se inicia el Miércoles de Ceniza y culmina el Miércoles Santo. La celebración del Viernes de Concilio anuncia el cierre de los 40 días con la meditación de los 7 dolores de la virgen María. Este día se dedica a la contemplación de la figura de María en el Triduo Pascual, período que transcurre del jueves al Domingo de Resurrección.
A partir de hoy, te acompañamos para revivir la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, El Viernes de Concilio es el inicio de la memoria de la redención, por lo que este año 2020 la Semana Mayor transcurrirá en condiciones especiales. La pandemia del COVID-19 tiene a los fieles aislados físicamente por el resguardo en cuarentena preventiva debido a la expansión del coronavirus que ataca a la población y las celebraciones digitales pondrán en comunión a la Iglesia universal.
EL PITAZO