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Gobernar en tierra ajena. Por Américo Fernández

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Qué incómodo y difícil debe ser para un ser humano idóneo, de mucha dignidad y orgullo, tener que Gobernar en tierra ajena. Lo contrario debe ser para los aventureros, de los cuales hay unos cuantos en le viña del señor.

En Venezuela, infortunadamente,  era frecuente que los llamados caudillos,  generalmente militares, designaran Gobernador de un Estado Federal, al amigo, familiar, partidario o allegado.  Ejemplo claro y hasta reciente  lo encontramos durante la dictadura de Juan Vicente Gómez, .que escasamente llegó tomar en cuenta a los habitantes o llamados “notables” de la entidad.

Durante la gestión dictatorial de Gómez fueron gobernadores del Estado Bolívar, sus aparentes hombres de confianza: Arístides Tellería,  Luis Godoy. David Gimón, Marcelino Torres García, Vicencio Pérez Soto, Silverio González, José de Jesús Gabaldón y  Antonio Álamo, último Gobernador gomecista o Presidente del Estado, como le decían entonces. A excepción de Torres García,  ninguno era nativo del Estado Bolívar  El sucesor, Eleazar López  Contreras pretendió seguir la misma línea hasta que el pueblo bolivarense exclamó cuando el Presidente de la República designó a J. F. Machado Díaz  ¡¡¡Basta!!!, exclamaron los bolivarense.  “Quereos un  gobernante nativo” y surgió ´la figura del doctor en jurisprudencia, José Benigno Rendón

Desde entonces, es preciso decir, que los Presidentes de la República, demostraron  mayor cuidado hasta que se estableció constitucionalmente que fuese el propio pueblo quien escogiese democráticamente sus gobernantes  De todas formas, los caudillos utilizan su popularidad para imponer a sus adláteres de confianza. Así ocurrió con el Presidente de Hugo Chávez que se valió de su plataforma electoral para imponer a su antiguo compañero de armas Antonio Rojas Suárez (güireño) y Francisco Rangel Gómez (caraqueño) El sucesor, Nicolás Maduro… fiel al comandante impuso en su calidad dual de Presidente de la República y Presidente del PSUV, impuso al también militar Justo Noguera Pietri (2017-2021) y en las elecciones del 21N a Ángel Bautista Marcano, quien, por el apelativo tan de allá, debe ser margariteño. Tendrá que ver con Juan Bautista Marcano, quien fue sacerdote nacido en Los Millanes, fundador del Colegio Universitario Nueva Esparta, en Caracas, casado con Trina, directora de la Escuela de Arte y Oficiaos del municipio El Pilar, donde a buena hora nació el amigo periodista y pedagogo  Rubén Ferrer Rosas.

Y no es que venido de otra parte no pueda ser gobernador, pero, por lo menos debe estar radicado en Guayana más de diez años, consustanciado con sus estratos sociales, conocer su historia y su gente como bien sucedió con el doctor Santos Gáspari (1858), un médico italiano que llegó a ser Gobernador de Guayana, pero  vivió muchos años aquí y fue profesor del Colegio de Primera Categoría y estando de regreso en Italia envió una manda testamentaria, con  la cual se construyó la Capilla La Trinidad del Cementerio, se construyó la avenida que lleva su nombre y se compraron los inmuebles que sirvieron de hospitales públicos civiles, primeros que tuvo de la ciudad. (AF).     

GOBERNAR EN TIERRA AJENA

Gobernar en tierra ajena.  Qué incómodo y difícil debe ser para un ser humano idóneo, de mucha dignidad y orgullo. Lo contrario debe ser para los aventureros, de los cuales hay unos cuantos en le viña del señor.

En Venezuela, infortunadamente,  era frecuente que los llamados caudillos,  generalmente militares, designaran Gobernador de un Estado Federal, al amigo, familiar, partidario o allegado.  Ejemplo claro y hasta reciente  lo encontramos durante la dictadura de Juan Vicente Gómez, .que escasamente llegó tomar en cuenta a los habitantes o llamados “notables” de la entidad.

Durante la gestión dictatorial de Gómez fueron gobernadores del Estado Bolívar, sus aparentes hombres de confianza: Arístides Tellería,  Luis Godoy. David Gimón, Marcelino Torres García, Vicencio Pérez Soto, Silverio González, José de Jesús Gabaldón y  Antonio Álamo, último Gobernador gomecista o Presidente del Estado, como le decían entonces. A excepción de Torres García,  ninguno era nativo del Estado Bolívar  El sucesor, Eleazar López  Contreras pretendió seguir la misma línea hasta que el pueblo bolivarense exclamó cuando el Presidente de la República designó a J. F. Machado Díaz  ¡¡¡Basta!!!, exclamaron los bolivarense.  “Quereos un  gobernante nativo” y surgió ´la figura del doctor en jurisprudencia, José Benigno Rendón

Desde entonces, es preciso decir, que los Presidentes de la República, demostraron  mayor cuidado hasta que se estableció constitucionalmente que fuese el propio pueblo quien escogiese democráticamente sus gobernantes  De todas formas, los caudillos utilizan su popularidad para imponer a sus adláteres de confianza. Así ocurrió con el Presidente de Hugo Chávez que se valió de su plataforma electoral para imponer a su antiguo compañero de armas Antonio Rojas Suárez (güireño) y Francisco Rangel Gómez (caraqueño) El sucesor, Nicolás Maduro… fiel al comandante impuso en su calidad dual de Presidente de la República y Presidente del PSUV, impuso al también militar Justo Noguera Pietri (2017-2021) y en las elecciones del 21N a Ángel Bautista Marcano, quien, por el apelativo tan de allá, debe ser margariteño. Tendrá que ver con Juan Bautista Marcano, quien fue sacerdote nacido en Los Millanes, fundador del Colegio Universitario Nueva Esparta, en Caracas, casado con Trina, directora de la Escuela de Arte y Oficiaos del municipio El Pilar, donde a buena hora nació el amigo periodista y pedagogo  Rubén Ferrer Rosas.

Y no es que venido de otra parte no pueda ser gobernador, pero, por lo menos debe estar radicado en Guayana más de diez años, consustanciado con sus estratos sociales, conocer su historia y su gente como bien sucedió con el doctor Santos Gáspari (1858), un médico italiano que llegó a ser Gobernador de Guayana, pero  vivió muchos años aquí y fue profesor del Colegio de Primera Categoría y estando de regreso en Italia envió una manda testamentaria, con  la cual se construyó la Capilla La Trinidad del Cementerio, se construyó la avenida que lleva su nombre y se compraron los inmuebles que sirvieron de hospitales públicos civiles, primeros que tuvo de la ciudad. (AF).