El poder adquisitivo de venezolanos en el exterior es clave para que exista un flujo de remesas en Venezuela, pero muchos se han visto afectados económicamente por la pandemia de la COVID-19, lo que ha alterado el envío mensual hacia la nación.
El economista Alejandro Grisanti explicó que, de acuerdo con estimaciones de la firma Ecoanalítica, en el año 2020 el envío de remesas descendió de 3.500 millones de dólares en 2019 a 1.550 millones de dólares, debido a que el principal éxodo de venezolanos ha sido hacia Suramérica, donde se encuentran los países que han resultado más afectados por la pandemia. En tal sentido, hubo un menor poder adquisitivo de los venezolanos en esos países para enviar remesas hacia Venezuela.
Sin embargo, sostuvo que para finales de 2021 se calcula un incremento en el envío de remesas a 1.950 millones de dólares. “Es una cifra inferior a la de 2019, pero que representa un crecimiento de 20% después de la caída que tuvo”, agregó.
El economista Ronald Balza coincidió con Grisanti en que durante la pandemia las remesas han tenido un declive, porque la situación de salud afectó a todos los venezolanos que están en el exterior.
Respecto al monto mensual de envío de remesas hacia Venezuela, Grisanti apuntó que la estimación ronda los 100 dólares por familia y los reciben tres millones de familias en Venezuela.
Señaló que los países que más envían remesas hacia Venezuela son Colombia y Perú, por el número de migrantes venezolanos que hay en esas naciones, y la cantidad que está en alrededor de 50 dólares mensuales.
Comentó que de mantenerse la crisis en el país, las remesas deberían incrementarse en los próximos años y terminarían siendo la principal fuente de economía en Venezuela, pero a largo plazo.
Por su parte, el economista Leonardo Vera señaló que en el país no hay un concepto de remesas, sino un concepto de balance de pagos, y ese flujo de dinero, que se supone son divisas que entran unilateralmente a Venezuela, no está siendo registrado oficialmente por ninguna entidad. Afirmó que debería ser registrado por el Banco Central de Venezuela y publicado trimestralmente, como se hace en todos los países.
“Lo que existen son estimaciones muy gruesas que hacen algunos analistas respecto a cuál puede ser ese flujo. Incluso algunas de las cosas que se consideran como remesas no lo son. Entonces no sabemos cuánto está entrando en materia de remesas a Venezuela, porque no hay un registro oficial. La apreciación actual es de 3.000 millones de dólares aproximadamente.”, enfatizó.
El también individuo de número de la Academia de Ciencias Económicas y Sociales y profesor de la Universidad Central de Venezuela dijo que las remesas, desde el punto de vista de balance de pago, conceptualmente es una entrada de divisas a un país receptor. En tal sentido, explicó que, generalmente, una persona que se encuentra fuera del país le envía dólares a otra que está en Venezuela a través de una compañía que ofrece servicios financieros y de comunicación internacional, el receptor acude con su documento de identidad a esa entidad y recibe las divisas. Pero esto no es lo que ocurre en Venezuela porque muchas veces lo que reciben los beneficiarios son bolívares y no dólares, por lo que no puede ser considerado una remesa, aseguró.
Ronald Balza, también profesor universitario, sostuvo que “en el país no hay información sobre las remesas, ni siquiera hay acuerdos acerca de lo que se entiende por remesas”.
“¿A qué me refiero con esto?: una cosa es que un venezolano en el exterior ayude a su familia y otra cosa es que la familia reciba dólares en Venezuela, son dos cosas distintas. Toda ayuda no es remesa”, aclaró.
Modalidades para recibir remesas
Las compañías que ofrecen servicios de cambio reciben remesas de personas que se encuentran fuera del país y el receptor que está en Venezuela, a través de su teléfono o computadora, valida su identidad y la compañía le deposita bolívares en su cuenta. Esa es una opción, pero como lo que recibió el destinatario fueron bolívares no hubo remesas, señaló Vera.
Por otra parte, las casas de cambio ofrecen la posibilidad de que la persona receptora tenga en lugar de bolívares dólares, y esto lo hace porque compra dólares en el mercado bancario con los bolívares y a la tasa de cambio oficial, pero esto tampoco es una remesa, es una operación cambiaria, sostuvo.
Vera también explicó que las personas que se encuentran en otros países cambian bolívares por dólares. “Por ejemplo, yo estoy en Chile, voy a un negocio y quiero enviarle una cantidad de dólares a mi familia que está en Venezuela, entonces le vendo esos dólares al negocio y si ellos tienen una cuenta bancaria en Venezuela en bolívares le transfieren a mi familia, pero esta tampoco es una operación de remesas”, aseguró.
Venezuela necesita conexión con el sistema financiero internacional
Para Vera lo que Venezuela necesita es un mecanismo transparente, oficial, de muchas casas de cambio, en donde la gente afuera pudiera enviarle remesas a sus familias y estas puedan retirar los dólares, como ocurre en todos los países de América Latina, donde se puede retirar dólares en efectivo en la ventanilla de las compañías de cambio.
“En Venezuela deberían permitir oficializar las remesas y empezar a registrar oficialmente el monto de las mismas para que no haya especulación sobre el flujo de divisas que está entrando al país”, apuntó Vera.
Subrayó que “lo que se necesita es un sistema bancario o financiero que esté altamente conectado con el sistema financiero internacional, lo que no ocurre actualmente en parte por las sanciones y también por el riesgo país que ha hecho que parte de los bancos pierdan sus corresponsalías afuera y que ha alejado a las casas de cambio internacionales”.
Considera que un mecanismo transparente, seguro y oficial acabaría con todos esos canales informales del flujo de remesas. “Este es un negocio que puede explotar en el momento que Venezuela comience a volver a tejer relaciones, sobre todo, el sistema financiero venezolano con el sistema financiero mundial”, subrayó.
Por su parte, Balza sostuvo que para que Venezuela reciba remesas, créditos y transferencias de otros países es necesario tener regulaciones bancarias llamadas prudenciales (estándares mínimos que se les imponen a las entidades de intermediación financiera a los fines de practicar una regulación más eficiente sobre las mismas) que tengan una visión de conjunto sobre lo que hace un sistema financiero, no solamente las casas de cambio, y que no se reduzca el movimiento en dólares a las remesas, sino que exista un sistema multimoneda funcional en el país.