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Farallones, un espacio para el emprendimiento

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Un proyecto familiar cristiano viene tomando forma desde hace cinco meses en los espacios abiertos conocido como los farallones que circundan la vecindad de La Lucha, parroquia La Sabanita de Ciudad Bolívar.

Topografía que igual está presente en distintos puntos de la capital del estado; mismos que hasta ahora, y en su mayoría, son usados sólo para vertederos de basura.
Se trata de un plan agroproductivo a baja escala con aspiraciones a convertirse en un emprendimiento  piscícola, turístico recreacional, y hasta en lugar de rehabilitación para quienes han incurrido desmedidamente en el consumo de sustancias tóxicas, y en otros casos  ilicitas.
La iniciativa la tomó el pastor Guillermo Henrríquez de la iglesia Luz y Vida, con su esposa Egda, hijos, nueras, yernos y nietos, y demás miembros de la iglesia. Congregación que justo está ubicada cerca del farallón de esta comunidad.
Con recursos propios, hasta ahora han desmalezado y limpiado de escombros y desechos, buena parte de este terreno. Lo llaman proyecto «Ciudad de Dios, ciudad bendita.»
El plan Incluye la cría de pollos, patos, conejos, peces, siembra de distintos rubros alimenticios tales como leguminosas, cereales, tubérculos y frutales. Hasta este momento sólo se ha sembrado lechoza, plátanos, cambures, maíz y frijol. Incluso maní. 
El propósito es alcanzar el auto abastecimiento como primera etapa. Y según se sumen voluntades, el excedente de la producción puede ser comercializado a precios solidarios.
Expresa el pastor Henrríquez – «Sueño con un gran conglomerado de emprendimiento familiar agro productivo ecológico y turístico. Respaldado con el debibo asesoramiento financiero, técnico y profesional.» Explica que «Dios dió la tierra para que el hombre la trabaje. Todo el que entiende el valor de la tierra, la ama y la proteje para obtener de ella sus multiples beneficios. Por tanto, toda persona que guarda comunión con este principio de vida, y además cuenta con la capacidad, Dios lo tiene por justo. Siendo así, la invitación está abierta a formar parte de este plan, cuyo crecimiento lo determina la gratitud a Dios y el servir a otros. Se trata pues, de un emprendimiento familiar empresarial a largo plazo.»
Entiende el pastor Henrríquez que los farallones, son terrenos municipales. Por lo que no descarta la intervención de la alcaldía de Angostura del Orinoco para formalizar  este proyecto, que bien puede estar bajo la administración directa de la comunidad organizada. 
Prensa CCM