Las diferencias entre los dirigentes de Primero Justicia representan un riesgo de división
por Celina Carquez/Efecto Cocuyo
Primero Justicia atraviesa hoy su crisis más profunda. Lo que priva entre los referentes de dirigencia del partido son graves acusaciones, encono, viejas rencillas, deslindes que no se dieron en aras de una supuesta unidad, y un clima de desconfianza mutuo. 25 años después de su fundación, todos los dirigentes aseguran que se llegó al límite de lo tolerable.
Es difícil decir cuándo empezó todo este conflicto; pero, sin duda, no fue tras la salida del abanderado opositor Edmundo González Urrutia a España, con la sorpresiva participación del exdiputado de esa organización, Eudoro González.
Si hubiese que fijar una fecha sería en 2017, cuando el entonces coordinador nacional de PJ, Julio Borges, se exilió junto con su familia y se negó a firmar el acuerdo de República Dominicana entre la oposición y el gobierno de Nicolás Maduro, bajo la mediación del expresidente español, José Luis Rodríguez Zapatero.
Luego de ello, la oposición aglutinada en la Plataforma Democrática asumió la política de abstenerse en las elecciones e impulsar la denominada estrategia de “presión y quiebre” que condujo el gobierno interino de Juan Guaidó desde 2019 hasta 2021.
La crisis soterrada de PJ estalló públicamente con la renuncia el 19 de septiembre de Henrique Capriles a la junta directiva, y la reunión que sostuvo esa instancia durante el lunes 23 cuando este formalizó su salida a través de una carta.
La reunión que duró ocho horas —sin la presencia de Capriles; su misiva fue leída por el vicepresidente de Nuevas Generaciones, Juan Requesens—, y que acabó con la votación de 22 miembros a favor de crear una comisión para hablar con el dos veces candidato presidencial y siete miembros a favor de aceptar su renuncia “irrevocable”: Julio Borges, Juan Pablo Guanipa, Paola Bautista, Karim Vera, Juan Miguel Matheus, Liz Jaramillo y Julio César Moreno. Aunque se informó que Juan Carlos Caldera y Carlos Ocariz habían votado en su contra, un bajón eléctrico y la caída de internet impidió que se volvieran a conectar, pero, fuentes del entorno de Ocariz, aseguraron que igual iba a votar para aceptar la renuncia de Capriles.
Un partido promesa
Piero Trepiccione, politólogo y consultor en opinión pública, afirmó que Primero Justicia nació como una organización de centroderecha con rostros nuevos hace 25 años, tras el hastío contra los partidos tradicionales, y rápidamente logró capitalizar las adherencias de militantes de AD y Copei. Con el paso de los años, PJ se convierte en el primer partido opositor, acotó, “con una buena estructura política y fuerza territorial, es decir, presencia en todos los estados del país”.
Explicó que los partidos “tienen enormes dificultades porque la gente aprecia o ve que los procesos de democracia interna y los procesos de discusión y de debate de las ideas dentro de los partidos se hace de una manera muy jerarquizada, muy vertical y poco horizontal. PJ no escapa a ese a ese proceso de crisis estructural de los partidos y eso es lo que en este momento está afectando y está amenazando la posibilidad de una división grande en su seno, porque, efectivamente, no son procesos transparentes, y eso debilita su imagen ante la opinión pública”.
¿Pero cuáles son las acusaciones? Julio Borges, vicepresidente de Estrategia, Comunicación y Relaciones Internacionales de PJ, afirmó —a través de un cuestionario que se le envió vía WhatsApp— que “en Venezuela hoy hay un debate que atraviesa a toda la sociedad, entre quienes quieren y piensan que hay que pasar la página del 28 de julio para seguir adelante con buenas y no tan buenas intenciones, y quienes pensamos que en Venezuela hoy es 28 de julio y no será 29 de julio o 2025 hasta hacer valer el voto de 8 millones de venezolanos. Esa discusión que atraviesa toda la sociedad, en el lado de la política democrática tiene su campo de batalla en PJ, y eso es muy claro”.
Las afirmaciones de Borges son parte de una corriente en el partido, entre quienes destacan en la opinión pública como Juan Pablo Guanipa, Carlos Ocariz, Juan Carlos Caldera, María Beatriz Martínez y Paola Bautista. Este grupo acusa a Capriles, Juan Requesens, Ángel Medina, Rafael Guzmán, Alfonso Marquina, Tomás Guanipa y José Guerra, entre otros, de querer “normalizar a la dictadura y participar en las elecciones de 2025”, aseguran fuentes internas que pidieron no ser nombradas.
Capriles afirmó que “nadie en PJ está pensando en elecciones, sino en cómo hacer valer la voluntad del 28J. Ese es el cuchillo de cartón que usa este grupito para negarse a debatir los temas de fondo como la rendición de cuentas de la junta y el manejo del dinero, y por eso es que llegamos, como quien dice, al llegadero. Esto no tiene nada que ver con Edmundo o María Corina Machado, es una actitud miserable enmarcar mi renuncia en el debate del 28 de julio”.
Explicó que “Borges se niega a informarle al partido cómo y en qué usa el dinero para la financiación de las actividades, así como el manejo de fondos congelados del país, toda vez que fue Canciller del Interinato, así como el dinero que usa la Fundación Forma y Juan Germán Roscio, dirigida por Paola Bautista, vicepresidenta de Formación y Programas. Eso, por el lado del dinero; pero Borges no rinde cuentas de nada, de ninguna decisión que toma y debería ser discutida por la junta y usa las redes del partido para fines personales y promocionar sus libros; allí no hay agenda social”.
El partido, dijo, aún no ha recibido una explicación por parte de Borges y Ocariz sobre los audios que se filtraron en los cuales ‘negocian’ con Samark López, el supuesto testaferro del expresidente de Pdvsa y ahora preso por corrupción, Tarek El Aissami. “Borges no firmó el acuerdo en Dominicana porque él estaba tramando el interinato y, como no podía ser presidente, quería ser el Canciller; nunca le dijo nada al partido”, disparó.
Capriles acusa frontalmente a Juan Carlos Caldera de filtrar información al Sebin sobre Edmundo González durante la campaña.
“¿No es rara esa inhabilitación de un año a Caldera? Todo eso de que está enconchado y que lo están persiguiendo es mentira, forma parte de la máscara. Él recibió dinero en 2012 de Wilmer Ruperti, lo grabaron, debimos sacarlo del partido y lo dejamos pasar, cometí un error. Caldera tuvo derecho a la defensa, en cambio Eudoro González, no”.
Agregó que Borges utiliza “cobardemente” páginas pagadas e influencers para desacreditar a miembros del partido y a otros políticos como Gerardo Blyde; Henry Ramos Allup; Manuel Rosales; Leopoldo López y, en su momento, María Corina Machado.
“La verdad es que Julio Borges no cree en las elecciones, cuántos militares están presos por su culpa, Requesens estuvo preso también por su responsabilidad. Me arrepiento hasta de los años de amistad con él. Esto llegó ya a una situación y no hay manera de que uno quiera seguir haciendo política, o estar bajo el mismo paraguas que un personaje oscuro, decadente, y tan desacreditado como Julio”, sentenció.
En tanto, el dirigente Juan Pablo Guanipa aseveró —respondiendo a un cuestionario que se le envió vía WhatsApp—, que “la renuncia irrevocable (como él mismo la calificó) de Henrique Capriles es un derecho que él tiene como miembro de la Junta de Dirección Nacional. Es una decisión personal e intransferible. ¿Qué podría cuestionar yo de esa renuncia? y que habiendo dicho en campaña electoral que había dos visiones en Primero Justicia y que esa discusión había que darla luego del 28 de julio, nunca hubiera promovido la discusión interna y haya hecho publicado la renuncia en redes sociales antes de dar esa discusión necesaria (sic)”.
Para Requesens, el conflicto puede glosarse así: “el problema es que cuando no se respeta la diversidad, no se practica la tolerancia y cuando se identifica al que piensa distinto a ti —en el seno del cuerpo colegiado— como una persona que contraría los valores y es un ‘enemigo’, y se plantea un conflicto moral en el seno de un cuerpo colegiado, donde todos estamos juntos, las diferencias se agudizan. Y en política las diferencias morales son distintas a los desacuerdos éticos y de principios”.
Añadió que en PJ comenzaron a suceder cosas extrañas en los últimos años, como filtraciones a periodistas con la intención de descalificar públicamente a compañeros del partido, acusaciones sin pruebas ni evidencias contra militantes en los que se les acusa de “cosas terribles”.
“Algunos ‘compañeros’ se aprovechan de la influencia de cuentas en redes sociales para desprestigiar a compañeros porque tienen opiniones distintas. Coño, es imposible que las diferencias políticas no se vayan al plano personal porque es campaña afecta. Tengo muchas diferencias con muchos compañeros del partido, hay unos con los que ni hablo, y no hablo porque temo que lo que yo diga en privado aparezca publicado en algún lado descontextualizado, y eso ya ha pasado, y es muy peligroso”, sentenció.
María Beatriz Martínez, presidenta de PJ, y Paola Bautista, vicepresidenta de Formación, declinaron responder preguntas para este reportaje.
Las tensiones durante la campaña del 28J
Requesens recuerda como si fuera ayer un acto de jóvenes que convocó en Petare con Edmundo González, y que, según sus palabras, fue saboteado y suspendido por María Beatriz Martínez. “¿Qué hice yo? luego me presenté en un acto con Edmundo y grabé un video y lo publiqué en las redes, y ella me armó un escándalo”, relató.
Recordó que muchos dirigentes querían hacer campaña junto a María Corina Machado y Edmundo, y la respuesta de Martínez era que “Guanipa y ella estaban en el círculo íntimo de María Corina y no hacían falta”.
Requesens aseguró que esto generó muchas molestias y frustraciones, pero que, aun divididos, cada quien se puso en la tarea de buscar votos para Edmundo por su propia cuenta. “Capriles, Marquina, yo y muchos más, a los que no nos dejaron sumarnos directamente a las actividades”.
¿Cuáles son los temas de fondo que no se discuten?
Fuentes directas del partido explican que hay muchos temas delicados que no se tocan bajo ninguna circunstancia. Uno de los más delicados es el control que tiene Borges sobre fondos congelados del país. “Nadie sabe de cuánto dinero hablamos ni qué se hace con él”.
También se ha evitado por todos los medios discutir sobre la reestructuración del partido en 2021, que creó una serie de cargos para “acallar el descontento”; la imposibilidad de debatir sobre la creación de una secretaría LGBTI+ como existe en partidos como Un Nuevo Tiempo y Voluntad Popular, una secretaría a la que se oponen férreamente Paola Bautista y Julio Borges; la salida de la agenda social de las actividades del partido y de las comunicaciones; la negativa a apoyar los comedores populares —también por Bautista —, pues, aseguran las fuentes, ella ha expresado que “alivian la presión sobre la dictadura”; el manejo discrecional de las comunicaciones del partido.
A Bautista, quienes para muchos es una ficha impuesta por Borges “y no tiene ni un voto en el partido pues fue designada”, se le responsabiliza de filtrar a medios y periodistas informaciones sobre el entorno que acompañó a González Urrutia durante la campaña y ser la autora de la matriz sobre la instigada división entre Machado y el abanderado opositor.
Requeses afirmó que él no aprueba la gestión de María Beatriz Martínez como presidente del partido y lo dijo en privado, y que esas diferencias son absolutamente legítimas.
“Lo que pasa es que, por no aprobar su gestión, no puede ser que yo sea catalogado inmediatamente de enemigo, traidor, desleal y que saboteen iniciativas y busquen invisibilizarme. Probablemente ella no apoye mi trabajo con los jóvenes, pero para mí eso es válido y ya”, sentenció.
A Borges se le consultó sobre la acusación de manejar fondos congelados del Estado y contestó: “La respuesta es NO total. No administro nada en Primero Justicia desde que ya no encabezo Primero Justicia. Por el contrario, todos los meses levanto dinero para mantener de modo básico las áreas de mi responsabilidad. Para NO ser una carga a Primero Justicia. Comunicaciones. Internacional. Estrategia. De nuevo la respuesta es un gran NO”. Recordó que dejó la Coordinación Nacional de PJ hace dos años.
años.
¿Habrá o no división en PJ?
Todas las fuentes consultadas coinciden en afirmar que PJ llegó a un punto de no retorno. No obstante, nadie quiere irse, sino, por decirlo de algún modo, lograr que sea su rival quien se vaya.
Por ello, Capriles insistió en que “es necesario oír a los militantes y a las bases. El comité político que agrupa a los representantes estadales, vicepresidentes y junta directiva, no se reúne desde hace cuatro meses, cuando debe hacerlo una vez al mes. He aportado como alcalde, gobernador y candidato presidencial, con gestión, no me interesan cargos del partido; lo que sí te digo es que Borges ni nadie tiene cómo quitarme mi condición de militante”.
Consultado sobre una posible división, Borges dijo: “Maduro quiere dividir a la oposición. No debemos permitirlo. El 28 de julio debe ser el foco y la unión de todos sin agenda personal. ¿Qué va a suceder? Que la verdad siempre triunfa. Lo importante es la convicción y las metas con las cuales damos esta lucha, incluso recorriendo caminos pueden ser dolorosos. Pero la lealtad y la coherencia es lo más importante”.
Juan Pablo Guanipa —vía cuestionario—, sostuvo que “PJ necesita revisar y contrastar las visiones sobre la política y sobre el cambio político en Venezuela. Y a partir de allí tomar decisiones con las que –es nuestra aspiración– todos estemos de acuerdo y las asumamos. Las decisiones más importantes de Primero Justicia las toma el Comité Político Nacional. Allí debe darse la última palabra”.
En tanto, otros dirigentes ven improbable que haya una división, pues ninguno de los sectores en pugna tiene una mayoría clara, y que los votos se mueven según los temas que se discuten. “Hasta el Opus Dei está dividido en PJ”, admite un dirigente con sorna. Además, recordaron que los símbolos y el control del partido están en manos del diputado de la Asamblea Nacional, José Brito. “¿Qué se va a dividir allí si no hay tarjeta ni logos ni nada?, se preguntaron.
Sin embargo, otras fuentes señalan que Capriles está negociando con el gobierno la devolución de la tarjeta y los símbolos, y también lo acusan de filtrar información sensible.
El politólogo Trepiccione considera que lo peor que puede suceder en este momento es una división de PJ, pues es uno de los pocos partidos con militantes en todos los estados, y ante la lucha por hacer valer los resultados del 28J, se necesita esa fuerza articulada.
“Más allá de los grandes esfuerzos que se están haciendo en la comunidad internacional, no se puede perder la perspectiva de articulación política en el territorio, entonces, una división de este tipo es una herida a ese proceso de articulación ciudadana. Imagínate si sumas a este contexto tan hostil y restrictivo en la participación política actual una división de tu fuerza, sobre todo de un partido que tiene fuerza en el territorio”, alertó.
Enfatizó que en este momento el liderazgo de la oposición recae en María Corina Machado, que tiene el carisma y la conexión emocional con la población que desea un cambio. “Ella tiene el testigo de la historia para los próximos años en el país. Ahora bien, tiene que ubicarse en una posición que esté por encima del bien y del mal; es decir, ella ya no es parte del planeta opositor, es la referencia. Está un peldaño por encima, y al estar un peldaño por encima ya no puede estar favoreciendo o haciendo resonar problemas internos de las organizaciones políticas. Al contrario, es a quien le corresponde llamar a botón a los partidos y promover la unidad”.
Por ahora, todos los dirigentes han desenterrado sus hachas y está lejos la solución.