La refinería El Palito comenzó este mes con el procesamiento del petróleo iraní a un ritmo de 100.000 barriles diarios. Esta refinación es parte de los acuerdos firmados entre Venezuela e Irán durante mayo pasado, cuando se reunieron los ministros de petróleo de ambos países.
“Este era un viejo sueño que se hizo realidad. Este esfuerzo vio su punto de partida en Venezuela y hay planes para replicar el proyecto en otras regiones”, aseguró Javad Owji, ministro de petróleo iraní, en sus declaraciones a la agencia oficial de noticias Irna.
Cuando Owji estuvo en Caracas se firmó el acuerdo por 116 millones de dólares para las reparaciones de la refinería El Palito, que está ubicada en Puerto Cabello y que tiene una capacidad instalada para procesar unos 146.000 barriles diarios de crudo. En ese momento, se selló también la compra de unos 4 millones de petróleo iraní adicionales por parte de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) que ahora son procesados en el mismo complejo refinador.
El objetivo central de Pdvsa es contar con un crudo con las características apropiadas para la producción de gasolina para los vehículos y, a la vez, obtener un petróleo más ligero para mezclarlo con la producción petrolera pesada y extrapesada de la Faja Petrolífera del Orinoco.
Envíos iraníes por llegar
Los suministros de la Compañía Nacional de Petróleo de Irán (Nioc) son claves para que Pdvsa pueda mejorar su ritmo de producción que cerró en 659.000 barriles diarios en septiembre pasado, de acuerdo con el informe de las fuentes secundarias utilizadas por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep).
Durante las semanas finales de este 2022, por ejemplo, se espera la llegada de un cargamento de condensado iraní que es utilizado como diluyente en distintos productos petroleros.
La agencia Reuters detalló que las embarcaciones iraníes traerían un cargamento de 1,2 millones de barriles de crudo y otros 2 millones de condensado, para ser descargados en el Puerto José en el estado Anzoátegui.
Este cargamento sería muy parecido al que Venezuela recibió durante los primeros meses de este año, cuando también buscaba un suministro de diluyente para aumentar su producción de crudo.
Lazos estrechos
Las relaciones bilaterales entre Irán y Venezuela comenzaron a estrecharse desde la llegada del fallecido Hugo Chávez al poder en el año 1999 y luego, se mantuvieron con el ascenso de Nicolás Maduro en 2013.
La participación directa de Irán en la industria petrolera venezolana comenzó a solidificarse en 2020, durante el comienzo de la pandemia del COVID-19 cuando le vendió gasolina a Pdvsa para paliar una grave escasez de combustibles en el país.
En estos dos años, Irán le suministró gasolina, condensado, piezas de repuestos para las maquinarias de las refinerías y hasta asistencia técnica a Pdvsa. Quizás el elemento más importante es que todos estos productos y servicios se pudieron cancelar con envíos de crudo venezolano.
Ambos países comparten también ser parte de los países sancionados por los Estados Unidos con medidas específicas sobre su petróleo y sus exportaciones. La diferencia fundamental es que Irán produce más de 2,5 millones de barriles diarios, mientras que Pdvsa sigue apenas por encima de los 650.000 barriles diarios, todavía muy lejos de aquella producción de 3 millones de barriles diarios que otrora dejó una bonanza económica en el país.
Efecto Cocuyo