A partir de 1958, comenzó a funcionar la Oficina Nacional de Presupuesto (ONAPRE), a través de la entrada en vigencia de la Ley Orgánica de la Administración Financiera del Sector Público, la cual propende la integración de la administración financiera del Estado, el cual se compone de los sistemas de presupuesto, crédito público, tesorería y contabilidad regulados por dicha ley, así como los sistemas tributario y de administración de bienes regulados por otras leyes, se ordena la organización del sistema, creando las Oficinas Nacionales.
Con el devenir de los años y principalmente con la llegada de la revolución del siglo XXI, surgieron otras vertientes que impactan al Presupuesto Nacional como el Fondo de Desarrollo Nacional (FONDEN) el cual se convirtió en un instrumento para absorber miles de millones de dólares provenientes de las ventas petroleras; exacerbar el gasto público del gobierno y facilitar la extracción irregular del dinero de todos los venezolanos. Asimismo, en el año 2020, Nicolás Maduro, anunció la creación de la Comisión Presidencial «Alí Rodríguez Araque», con el fin de garantizar el proceso de transformación y reestructuración de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), principal aportante financiero al Presupuesto Nacional. A tal efecto encargó a Tareck El Aissami y a Asdrúbal Chávez, para dirigir la Comisión.
Lo cierto, lo real, lo tangible es que el Presupuesto Nacional venezolano para el año 2023 calculado en bolívares fue de 170.703 millones de bolívares (Unos US$11.000 millones al cambio oficial), pero que actualmente se ha reducido en unos 7 mil millones de $ por la devaluación de la moneda. Siendo PDVSA, la principal fuente de ingresos del Presupuesto Nacional resulta obsceno y hasta criminal el desfalco, robo, atraco de que ha sido objeto el pueblo venezolano. La cantidad de dinero hasta ahora declarada supera los 21 mil millones de dólares, ¡tres veces el presupuesto nacional!
Ahora, lo que se le ocurre a Nicolás Maduro, es meter presos a algunos alfiles, y los jefes siguen sin aparecer y además eliminar la fulana Comisión Presidencial para la Defensa, Reestructuración y Reorganización de la Industria Petrolera Nacional “Alí Rodríguez Araque” y prácticamente caso cerrado, mientras los hospitales, escuelas y universidades se caen por el abandono y la desidia a que han sido sometidos.
En la estatal petrolera desaparecieron las auditorías, los lñanotaciones sin verificar los pagos de los cargamentos que entregaba en los puertos venezolanos. Lo que si reprodujeron fueron los intermediarios a quienes Pdvsa les entregaba barcos para vender petróleo y sin que ninguna de esas transacciones se registraran.
El bloqueo y la guerra económica esgrimida por el régimen para no aumentar los salarios y desconocer los beneficios expresados en las Convenciones colectivas de los trabajadores de la salud, educación, empresas de Guayana, administración pública en general ha quedado al descubierto, lo que se ha develado es la vergüenza nacional de mantener a un pueblo sediento, con hambre y sin servicios públicos mientras un reducido grupo de delincuentes se dan la gran vida.
El cambio es inevitable, ningún país en la historia de la humanidad ha resistido tanto. Amanecerá y veremos.
