El Colegio de Abogados del Estado Bolívar fue instalado bajo la presidencia del doctor Brígido Natera, en el salón de actos académicos del Colegio Federal de Primera Categoría
Mediante misiva de conmemoración, dirigida de la Junta Directiva a todos los agremuados, llaman a continuar trabajando en beneficio de la ciudadanía, defensa de los valores éticos y la justicia
A continuación el comunicado:
¡ Feliz día del Abogado Bolivarense !
Por consecuencia celebramos el Día del Abogado Regional, y en virrud de este importante acontecimiento deseamos hacer llegar nuestras más sinceras y gremialistas congratulaciones a todos los profesionales del Derecho del estado Bolívar, reiterando nuestro compromiso de libertad, democracia, justicia y respeto a la Institucionalidad.
Aprovechamos la ocasion para ratificar que a pesar de que los abogados en el país hemos enfrentando en los últimos años un sin fin de obstáculos que van desde el acoso y los ataques, impedimentos para representar a nuestros clientes, persecución penal y la intervención de organismos gremiales y profesionales, es obligante y no daremos un paso atrás en seguir luchando por el derecho a la defensa de todos los venezolanos, muy a pesar de la intimidación, hostigamientos, amenazas y acosos, tanto dentro como por fuera del sistema de justicia.
Feliz día del Abogado BOLIVARENSE.
Por la Junta Directiva del Colegio de Abogados del edo Bolívar:
Abg. Félix Isturíz (Presidente)
Abg. José Gregorio Meignen (Tesorero)
Abg. Gustavo Caro (Secretario)
El Colegio de Abogados del Estado Bolívar fue instalado el 12 de septiembre de 1894, bajo la presidencia del doctor Brígido Natera, en el salón de actos académicos del Colegio Federal de Primera Categoría.
El Colegio de Abogados es la institución corporativa profesional más antigua de Venezuela, toda vez que data desde los mismos tiempos de la Colonia.
La creación de la Real Audiencia de Caracas (Supremo Tribunal de Justicia de la Capitanía General) en 1786, planteó la necesidad del Colegio de Abogados como una de sus herramientas en función de la justicia.
Este Colegio fue una realidad a partir del 17 de agosto de 1788, fecha de su instalación bajo la presidencia de José Antonio Osío. Los Estatutos, tomando como patrón los de Madrid, fueron redactados por Tomás Hernández de Sanabria y cuatro años después autorizados por el Rey de España conforme cédula expedida en San Lorenzo en 1792.
Para entonces ser abogado y miembro del Colegio costaba toda una positiva y bien documentada hoja genealógica además de pruebas de depuradas costumbres sociales y religiosas con lo cual se cometieron terribles injusticias como la que afectó el ejercicio de la profesión de Juan Germán Roscio en 1796, no obstante su brillante carrera.
Roscio, doctor en derecho civil y canónigo, había solicitado su inscripción como abogado en la Real Audiencia de Caracas, la que le fue concedida, pero el Colegio de Abogados puso trabas para aceptarlo, alegando que en su expediente de limpieza de sangre no figuraba el calificativo de «india» que en otros documentos se le daban a su madre y a su abuela materna. La negativa dio a Roscio la oportunidad de iniciar un proceso que duró hasta 1805 cuando finalmente fue admitido en el Colegio.
Más tarde, en 1810, se darían las condiciones para acabar con estos criterios discriminatorios y exclusivistas. La guerra de emancipación, de la cual Roscio fue ideólogo, tenía entre sus postulados la igualdad social. Al declararse la Independencia de Venezuela, el triunvirato presidido por otro ilustre abogado, Cristóbal de Mendoza, por mandato de la Constitución que Roscio contribuyó a redactar, sustituyó la Real Audiencia de Caracas por la Corte Suprema de Justicia y de hecho desapareció aquel Colegio de Abogados sacado del molde de la nobleza hispana.
Entonces era la Corte Suprema de Justicia de la naciente República, la que dentro de otros criterios más justos e igualitarios tenía la facultad constitucional de expedir los títulos de abogado. Esta facultad la heredaron las Cortes Superiores de las provincias después de la Gran Colombia. A partir de 1846 estas Cortes podían expedir títulos de abogado o de Procurador y estaban facultadas además para formar y conservar la matrícula.
Pero la institución gremial dentro del marco de la República no pasó a ser una realidad sino a partir del 7 de febrero de 1883, cuando por decreto del Presidente Antonio Guzmán Blanco, se estableció en el Distrito Federal el Colegio de Abogados de la República, de carácter tuitivo, académico y disciplinario. Este decreto ejecutivo de auténtica corporación profesional fue perfeccionado con la Ley de Abogados y de Procuradores (30 de junio de 1894) dictada por el Congreso de la República (segundo gobierno de Joaquín Crespo) y la cual obligó a la colegiación para poder ejercer. Los Colegios de Abogados se podían constituir hasta con cinco abogados.
El Estado Bolívar fue uno de los primeros en constituir su Colegio. El 12 de septiembre de 1894, a los dos meses y doce días de haber sido sancionada la Ley de Abogados y Procuradores, se reunieron en el salón de actos académicos del Colegio Federal de Primera Categoría (Casa del Congreso de Angostura) los doctores Brígido Natera, Heraclio Ortiz, Wenceslao Monserratte Hermoso, Luis Antonio Natera Ricci, Antonio García Romero y, conforme a los artículos 25 y 28 de dicha ley, procedieron a constituirse en Colegio y de hecho nombraron la primera directiva.
Como eran sólo cinco los iniciadores del Colegio, los cargos directivos que también eran cinco recayeron en todos los asistentes, de la siguiente manera: Presidente, Dr. Brígido Natera; Primer Vicepresidente, doctor Herácleo Ortiz; Segundo Vicepresidente, doctor Wenceslao Monserratte Hermoso; Tesorero, doctor Luis Antonio Natera Ricci y Secretario, Antonio García, para el período bienal 1894-1896.
Una de las primeras tareas del Colegio de Abogados, fue la de invitar a los profesionales del derecho a cumplir con el requisito de inscribirse en la institución y estudiar a través de una comisión el Código Orgánico de los Tribunales y todas aquellas leyes que ameritaban revisión.
La Directiva se reunía cada jueves de la semana y 15 y último habría asamblea. Era también atribución del Colegio otorgar títulos de procurador. Los primeros en solicitarlos durante ese período fueron Hilarión Gambús, quien tenía 30 años como agente judicial, Carlos Henrique Acosta y Brígido Natera Guerra, primer Presidente del Colegio.
El doctor Brígido Natera Guerra, Presidente fundador del Colegio de Abogados del Estado Bolívar, era nativo de Cumaná y se hallaba radicado en Ciudad Bolívar desde 1856. Aquí llegó en tiempos de los Monagas, siendo jurisconsulto graduado a los 25 años.
Había sido Presidente de la Asamblea Legislativa en 1869, y le tocó firmar la Ley del 6 de diciembre de ese año por la cual se creaba la Escuela de Artesanos, Industriales y Jornaleros, la cual se mantuvo hasta mediados del siglo veinte y con cuya materialización tuvo mucho que ver el Presidente del Estado, Juan Bautista Dalla-Costa y el insigne letrado Ramón Isidro Montes, fundador de los cursos de derecho y medicina.
Tavera Acosta, en sus Anales de Guayana, dice que Brígido Natera Guerra contrajo matrimonio en Ciudad Bolívar con doña María Rosario Ricci el 26 de diciembre de 1859 y que desempeñó «muchos cargos públicos y de honor, preferentemente los relacionados con la instrucción popular, en los que dejó gratos recuerdos de su integridad moral y de la bondad de su alma». Apartado de los asuntos políticos, dice que vivió feliz hasta su muerte acaecida el 9 de febrero de 1914 dejando un hijo que fue honra y prez del Foro de Guayana: Luis Antonio Natera Ricci, con quien alternó la Presidencia del Colegio de Abogados en los primeros años de su fundación.
El doctor Luis Antonio Natera Ricci contrajo matrimonio con María Luisa Grillet Alcalá y de este connubio nació Brígido Natera Ricci, (fundador de El Bolivarense y padre de Alvaro Natera Febres),, quien luego de graduarse de Bachiller en Filosofía, título que entonces expedía la Universidad Central de Venezuela, se casó en segundas nupcias con doña Mercedes Febres de Alcalá, quien le sobrevivió con bondad y lucidez inigualables.
Para el segundo bienio el Colegio había aumentado el número de sus miembros con el ingreso de Andrés A. Bello, Lino Level Duarte, Luis Alcalá Sucre, Antonio María Delgado y José‚ M. Torrealba.
Las elecciones se realizaron el 10 de diciembre de 1896 y resultó electo presidente el doctor Wenceslao Monserratte Hermoso, quien se había graduado de doctor en ciencias políticas en el Colegio Federal de Primera Categoría de Guayana (julio de 1883). También había sido Rector en 1885. En pleno ascenso de su carrera llegaba a la Presidencia del Colegio de Abogados, acompañado del doctor José M. Torrealba como Primer Vicepresidente; Segundo Vicepresidente, Brígido Natera y Secretario, Antonio María Delgado.
El 11 de marzo de 1898 fue dictado un nuevo Código Orgánico de Tribunales el cual disponía «La justicia se administra en el Estado por una Corte Suprema, por un Juzgado Superior, un Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil y un Juzgado del Crimen».
Para el tercer bienio 1899-1902, el doctor Brígido Natera volvió a la Presidencia del Colegio, pero su gestión fue interrumpida en 1900 por efectos de la Revolución Restauradora liderada desde los Andes por Cipriano Castro. Entonces el nuevo Presidente del Estado, general Lorenzo Guevara, puso en vigor el Estado de Guayana. Luego hubo que dictar un Reglamento para sustituir el nombre de Colegio de Abogados del Estado Bolívar por el de Colegio de Abogados del Estado de Guayana. Ello implicó tener que elegir nueva directiva para la cual fue electo como Presidente el doctor Luis Natera Ricci, bienio 1900-1902.
Luis Natera Ricci se había graduado de doctor en ciencias políticas en julio de 1888 junto con Wenceslao y Rafael Monserratte Hermoso, Antonio García Romero, José María Aveledo y Julián Mendoza. Era hijo del doctor Brígido Natera Guerra, catedrático de derecho del Colegio. Más tarde llegaría a ser Presidente de la Asamblea Legislativa y Secretario General de Gobierno. Su período como Presidente del Colegio de Abogados se extendió hasta después de la Batalla de la Guerra Libertadora en Ciudad Bolívar, es decir, hasta 1904 cuando es electo Presidente Luciano Mendible. A raíz de esa Batalla fueron presos los directivos del Colegio, Wenceslao Monserratte Hermoso y Antonio María Delgado, puestos en libertad en abril de 1904 por gestión del mismo Colegio.
El Colegio tuvo un receso a partir de la derogación de la Ley de Abogados y Procuradores el 5 de enero de 1905 por parte del Presidente Cipriano Castro, quien también de un plumazo había eliminado el Colegio Federal de Primera Categoría y que luego, por presión regional, se vio obligado a reabrir, pero con ciertas condiciones que lo llevaron a su extinción espontánea.
El 10 de marzo de 1910, cuando Cipriano Castro tenía dieciséis meses de haber sido suplantado por Juan Vicente Gómez, volvió a reinstalarse el Colegio, nuevamente bajo la Presidencia del doctor Brígido Natera y fungiendo el doctor José Eugenio Sánchez Afanador como Secretario. Pero el 22 de junio Brígido Natera renunció por cuestiones de salud (morirá cuatro años después) y el Colegio tras lamentar su renuncia lo declaró Presidente Honorario. Entonces asumió la Presidencia el Primer Vicepresidente doctor Antonio María Delgado, quien había sido su alumno.
A partir de entonces el Colegio tuvo una vida relativamente normal. Luego del doctor Antonio María Delgado han pasado por la Presidencia, hasta hoy, los doctores José Eugenio Sánchez Afanador, José Benigno Rendón, Francisco D´Enjoy, José Gabriel Machado (padre de la poeta Luz Machado), Pedro Vicente Navarro, Reinaldo Sánchez Gutiérrez, Eleazar Alcalá de Armas, César Bello Dalla Costa, Nelly Márquez de Afanador (primera dama en asumir la Presidencia), Domingo Alvarez Rodríguez, José Luis Machado Luengo (bajo su gestión se inició por etapas la construcción de la sede del Colegio), Alberto Afanador (iniciador de importantes publicaciones sobre materia legal), Pedro Battistini Castro, Ricardo D’ Marco, Orlando Uzcátegui, Alberto Palazzi, Edgar Valleé Valleé, Carlos Valle León, Trina Navarrete de Ron, Saúl Salazar Rivas, Alcides Sánchez Negrón..
Varios de estos Presidentes fueron reelectos como fue el caso del Presidente Saúl Salazar Rivas, cuyo segundo período bienal venció en 1994 y a quien por consiguiente le tocó en suerte cerrar con broche de oro, los actos celebrantes de la primera centuria de la institución.
(En la actualidad y de conformidad a la Ley de Abogados, su Reglamento, las normas para elecciones de sindicatos y gremios del CNE, los abogados Felix Isturiz, Jose Gregorio Meignen y Gustavo Caro, en sus condiciones de Presidente, Tesorero y Secretario, respectivamente, son los actuales miembros Directivos Activos del Colegio de Abogados del edo Bolívar.)(la Negrilla es nuestra).
Américo Fernández
CIUDAD BOLÍVAR a grandes rasgos / Américo Fernández
Libro del mismo autor publicado por la Editorial Horizontes en 2006.
lunes, 1 de febrero de 2016
Licenciado en Comunicación Social, Socio correspondiente de la Academia Nacional de la Historia, Cronista oficial de Ciudad Bolívar, Vicepresidente de la Asociación Nacional de Cronistas Oficiales de Venezuela, Secretario General del Colegio Nacional de Periodistas 2010-2012, Seccional Bolívar. autor de 20 libros vinculados con la Historia del Estado Bolívar.