En materia industrial existe una política no escrita pero permanentemente aplicada llamada la “Obsolescencia Programada”, que no es más que todo lo que se fabrique debe tener una vida útil y la misma debe ser tan corta como el mercado lo permita, desde que el capitalismo salvaje entendió que ante la eternidad del producto se encuentra la reposición como negocio, no se fabrican productos para durar, usted va a comprar el último modelo de celular de cualquier marca y puede que le dure su alegría hasta al salir de la tienda cuando estén exhibiendo el sustituto.
Recuerdo que en mi niñez casi todo se reparaba, en el campo automotriz las baterías o acumuladores eran desarmables y se le podían cambiar las celdas dañadas y reponer el acido y agua destilada, así pasaba con los repuestos eléctricos como automáticos, relex, distribuidores y otros, hoy todo es sellado e imposible de reconstruir o al menos muy difícil, aunque aquí nos las hemos inventado como en Cuba ante la crisis y cada día tenemos más brujos que reparan todo tipo de artefactos.
Hago esta introducción para exponer la teoría que no es descabellada que a nivel del alto gobierno existe una política de “Desvalorización Programada” del país, que nos conduce a el atraso consciente como filosofía de gobierno, reduciéndolo al ámbito familiar es más fácil dirigir una casa donde todo este en la ruina y sólo te medio esfuerces para obtener las necesidades básicas de comida y vestido, que otra donde la situación sea estable y tengas que sostener todo tipo de gastos suntuarios, mantenimiento de vehículos, internet, luz, agua, vigilancia, atención medica y educacional privada, diversión y tantos otros que obliga la vida moderna.
Una pandilla que sólo vino a destruir y que en 23 años no ha construido un hospital, una autopista, una universidad decente, le ha resultado más fácil destruir o mejor dicho no reparar los continuos deterioros de las obras necesarias del país. En nuestro Estado, el más grande y rico del País, con una única vía terrestre que conduce a la Frontera con Brasil la troncal 10, nuestro más seguro proveedor de comida en un país que no produce nada, se encuentra totalmente destruida, no es que existen baches y depresiones irregulares, es que no hay carretera en muchos tramos de la vía, son grandes extensiones de huecos de lodo y piedras que impiden el paso y sólo con la ayuda de grúas, winches y camiones como remolcadores logran auxiliar a los vehículos a sortear estos accidentes viales, así en varios tramos de la carretera, hemos escuchado hasta el cansancio las infinidades de proyectos para reparar la vía, alcaldías, Gobernación y Ministerios han realizado presentaciones que sólo se han quedado en laminas y declaraciones vacías, así pasa con todo lo que funcione así sea en su mínima expresión, y no es sólo en zonas alejadas, el caraqueño ya se acostumbro a caminar por los oscuros túneles del metro cada vez que los trenes se accidentan durante el trayecto, las comunidades a vivir con cortes de electricidad de horas o días, sin agua por tuberías, sin equipos ni medicinas en los hospitales, sin profesores en los colegios.
Nuestros gobernantes se han vuelto unos expertos en distribuir la miseria y la escasez, como el gobernador de nuestro Estado que inventó “La cola virtual” para surtir de gasolina, para no pasar la vergüenza de ver colas de kilómetros, eres chequeado por un sistema biométrico y sólo puedes surtir cada cuatro días, si necesitas más de la requerida o debes viajar una larga distancia debes comprar la gasolina en el mercado negro a 2 y 3 dólares por litro, curiosa manera de vender la sensación de normalidad. Debemos luchar por rescatar el país o sólo recibiremos una copia digital del acta de Independencia porque la original seguro que también se la roban como la espada de Bolívar. Seguiremos conversando. [email protected]