Los movimientos sociales no se construyen de la noche a la mañana; y, además, para movilizar a la gente se requieren recursos. La perspectiva de la Sociología que considera la disponibilidad de recursos (energía, tiempo y dinero, entre otros) ha sido muy bien estudiada, desde mediados de los años 70 del siglo pasado (Ferree & Miller, 1985). La Teoría de Redes permite determinar el acceso a recursos sociales (cantidad y calidad), contenidos en la “red de redes” o movimiento social. Por otra parte, este tipo de redes crece en función del crecimiento de un núcleo, asociado a la centralidad de actores y grupos. El crecimiento del núcleo puede llegar a ser exponencial.
Sobremanera, nos interesa comprender la estructura de cooperación, entre las organizaciones sociales que conforman el movimiento; el cual, dependiendo de la disponibilidad y movilización de recursos, podrá crecer cada vez más rápido en el tiempo -es decir, exponencialmente-, sólo si las actividades de coordinación del núcleo de la red son efectivas. Tanto la centralidad de los actores sociales como la detección de grupos centrales en el movimiento social, son indicadores indispensables, cuyo monitoreo y control le permitiría a la Organización alcanzar sus objetivos.
Pensemos en una red eléctrica inteligente cuando nos proponemos entender qué es y para qué sirve una Red Inteligente SAI. Utilizamos tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para optimizar el funcionamiento de redes de relaciones sociales y comprender su estructura, estadísticamente, a través del análisis de redes sociales (ARS). Igualmente, la similitud entre ambos tipos de redes está en la relación directa establecida entre proveedores y consumidores. En el caso de la electricidad, el propósito es ahorrar energía, al conocer las necesidades del consumidor; y, en el nuestro, el fin es atender las demandas de información del ciudadano.
Los algoritmos que soportan la Tecnología Social SAI se ejecutan en fases e imitan un dinamo, en la creación del capital social. Para los casos de movimientos políticos y sociales, se utilizan potencias con base 15 y un exponente que varía según el tamaño de la red. Por ejemplo, para construir una red de 3 mil ciudadanos, es necesario ejecutar los algoritmos hasta la Fase 3, así: durante la Fase 0, el tamaño de la red es igual a 1 o 15 elevado a la potencia 0; en la Fase 1, es igual a 15 o 15 elevado a la potencia 1; en la Fase 2, es igual a 225 o 15 elevado a la potencia 2; y, en la Fase 3, es igual a 3,375 o 15 elevado a la potencia 3. Una condición necesaria para que ocurra ese crecimiento exponencial de la red es que el núcleo también crezca de manera exponencial, con la misma base y una potencia menos; es decir, si el tamaño de la red es igual a 15 elevado a la potencia n, el tamaño del núcleo debe ser igual a 15 elevado a la potencia n-1. Por ejemplo, en una red de 3,000 integrantes (aprox.), su núcleo debe estar conformado por 200 personas (aprox.), como mínimo; y, adicionalmente, tener un alto grado de cohesión social.
Los eventos organizados por el movimiento social, conocidos como Eventos SAI, no tienen que ser multitudinarios, ni complejos en su organización; pero, generadores del capital social, sí (por ejemplo, una conferencia sobre un tema de interés para las organizaciones sociales). Mientras se produzcan interacciones entre los actores sociales, el “dinamo” generador de capital social estará apoyando el crecimiento exponencial de la red. Mientras más capital social se produzca, más recursos estarán disponibles y serán movilizados para otras actividades: un ciclo virtuoso.
Referencia:
Ferree, M. & Miller, F. (1985). Mobilization and meaning: Toward an integration of social psychological and resource perspectives in social movements.
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