Contrario a lo que había anunciado el ministro de Comunicación, Freddy Ñáñez, Nicolás Maduro no asistió a la Asamblea General de la ONU, sino que en su lugar habló el canciller chavista, Carlos Faría, ante un auditorio prácticamente vacío.
Faría leyó una carta enviada por Maduro en la que nuevamente denunció las sanciones internacionales y aseguró que la migración venezolana, que ya alcanza 6,8 millones de personas, es “inducida”.
Insólitamente, Faría mintió al asegurar que el 60% de los migrantes venezolanos han retornado a Venezuela, contrario a las cifras de la propia ONU que reportan un aumento de la diáspora.
“La migración inducida, de la cual hacen alarde los medios de comunicación con fines políticos y propagandísticos, quienes lo han propiciado y aupado con promesas falsas y bloqueo de sus condiciones de vida. Nada se dice acerca del 60% de la población venezolana que emigró, que ha retornado voluntariamente al país, huyendo de las condiciones de esclavitud y explotación, así como de los malos tratos y de la persecución de la que son objeto en muchos países del mundo“, afirmó, sin mostrar pruebas.
Parte de la misiva del gobernante Nicolás Maduro, y leída por el canciller Carlos Faría, se refiere a la migración venezolana, que aseveró es «inducida» por los «actos de piratería» contra el país, que «ha dejado profundas heridas en la sociedad». El mandatario venezolano denuncia la «guerra económica», el «robo» y las «sanciones» de la que ha sido víctima su administración por parte de Estados Unidos y países europeos. También Apoya la propuesta de México de una comisión para facilitar el diálogo entre Rusia y Ucrania
El canciller venezolano Carlos Faría participó la tarde de este 24 de septiembre en la 77° Asamblea general de Naciones Unidas, donde leyó una carta del mandatario Nicolás Maduro que denuncia la «guerra económica», el «robo» y las «sanciones» de la que ha sido víctima su administración por parte de Estados Unidos y países europeos.
«Nos acusan de ser una dictadura», dice parte de la misiva leída por Faría en Nueva York, que también señala las agresiones contra el país «de múltiples maneras. A Venezuela se le han aplicado todos los manuales para desestabilizar su democracia. Estados Unidos ha propiciado intentos de magnicidio, conspiración y hasta han inventado un gobierno paralelo ficticio que rayó en lo ridículo».
La última vez que el mandatario venezolano estuvo de forma presencial en la Asamblea general de la ONU fue el 26 de septiembre de 2018. En las siguientes participaciones de Venezuela fue cubierto por la vicepresidenta Delcy Rodríguez y el excanciller Samuel Moncada, mientras que en 2021 envió un video a la asamblea.
Según Maduro, a Venezuela se le han aplicado 913 sanciones que, «en resumidas cuentas le impiden a mi pueblo comprar y vender lo que necesita (…) Esto se traduce en sufrimiento, privaciones y agresiones sistemáticas que coartan la vida y los derechos sistemáticos de mi país».
Además, se destaca que la «guerra económica» ha dejado pérdidas por el orden de los 150.000 millones de dólares en los últimos años, que también ha impedido la compra de insumos médicos para hacer frente a la pandemia de covid-19.
En la carta también se refieren a las reservas de oro depositadas en el Banco de Inglaterra, que para Maduro «está secuestradas», así como el «robo» de Citgo Petroleum Corporation.
Maduro y la migración
Parte de la misiva del gobernante Nicolás Maduro, y leída por el canciller Carlos Faría, se refiere a la migración venezolana, que aseveró es «inducida» por los «actos de piratería» contra el país, que «ha dejado profundas heridas en la sociedad».
«Nada se dice del 60% de la población venezolana que emigró y regresó huyendo de los malos tratos de los que son objetos en otros países del mundo (…) Somos el único país del mundo que tiene una política de repatriación a través de la estatal Conviasa, que está sancionada», continúa la carta.
Esta afirmación ha sido parte del discurso de Maduro en las últimas semanas, que además pidió una revisión de cuentas de las donaciones hechas para ayudar la migración venezolana.
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También acusó a los países de iniciar una campaña de aporofobia, xenofobia y racismo, que afecta especialmente a los venezolanos dentro y fuera del país. «Nuestro pueblo no se ha rendido, muy por el contrario, ha construido su camino para la paz social, la recuperación económica».
Según la carta, Venezuela tiene 30 millones de hectáreas cultivables y se está produciendo 70% de lo que consume el país en materia agroalimentaria. Por ello ratificaron su disposición de querer «ser útiles» como miembros de la OPEP para garantizar soluciones energéticas.
A favor de Rusia
Otra de las cuestiones planteadas por Maduro en su carta es el «camino del diálogo diplomático», y no precisamente de la negociación que sostenía con sectores de oposición venezolano bajo el auspicio del gobierno de México y la mediación del Reino de Noruega.
Maduro se refirió en su lugar a la guerra de Rusia contra Ucrania. Según el mandatario, «a nadie le conviene una escalada bélica en ninguna parte del mundo» y, por ello, suscriben la propuesta de México de una comisión para facilitar el diálogo entre esos países.
Además rechazó las sanciones y bloqueos contra la Federación de Rusia, así como contra Irán, Nicaragua y Cuba; mientras que pidió la devolución a Argentina de la isla de Las Malvinas/Falklands, actualmente bajo el mando del Reino Unido. «Cambiemos lo que tenga que ser cambiado, y tengamos el coraje de enfrentar los nuevos desafíos».