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Calle, Voto y Presión | por Américo DeGrazia

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“Uno nunca debe dar la espalda a un peligro amenazante y tratar de escapar de él. Si haces eso, duplicarás el miedo. Pero si lo enfrentas de inmediato y sin titubear, reducirás el miedo a la mitad.
Nunca huyas de nada, ¡ nunca !.
Winston Churchill

Upata 17 de Octubre del 2022

Américo De Grazia

Maduro adelanta un plan electoral para mantenerse el poder fáctico por un periodo adicional de 6 años más; contentivo de 8 estrategias diferentes. (1) Sabiéndose minoría, consciente de no contar con un respaldo mayor al 20% del electorado, su primera tarea es conservar lo que tiene, con dádivas y privilegios. Sin regateos. (2) Alentar la división entre los factores democráticos a cualquier precio. Infiltrando, tarifando y privilegiando a distintos actores “opositores”. Atizando las brazas ocultas que nos confrontan. Divide y vencerás. (3) Unir los procesos en una sola zafra electoral, presidenciales, gobernaciones y alcaldías. Postergando las presidenciales hasta unirlas a las regionales o a la inversa. Sólo ni a misa. (4) Registro electoral selectivo, seleccionando, cómo, cuándo, dónde y quién debe inscribirse. Para eso son los trabajo de campo con las encuestas. No hay puntada sin dedal, nada es al azar. (5) Abstención mecánica o migración forzosa de electores, trasladando electores “sospechosos”, a sitios distantes a su lugar habitual de votación. ¿Cómo saben que no eres de ellos? Porque no te tienen registrado en ninguno de sus sistemas. Distinto sería si la oposición sugiriera a todos los venezolanos inscribirse en cuanta misiones y carnet que ellos instrumentan. Nuestra santurronería les allana el camino. Y les depura la data. (6) Estimular de manera descarada la abstención. Para ello necesitan exhibir a un Plan República y las FANB incondicionales y “leales”. Un CNE funcionando como buró electoral del PSUV. Bajo la premisa, “ríndanse que están rodeados”. A nosotros nos correspondería, desafiar diciendo, “pongan a Diosdado, que los vamos a derrotar”. (7) No permitir el voto de los electores en el exterior, la diáspora o el exilio. Bajo ningún concepto. Mientras que nosotros debemos organizarlos desde ya para las primarias y convertirlos en agitadores mundiales. (8) Generar toda una campaña propicia para el miedo, la desesperanza, el odio, el resentimiento, la polarización, el desconcierto y la duda.

Hay suficientes indicios de la instrumentación de estas estrategias apuntando a conservar el poder fáctico. Maduro es como los zamuros, come de todos sus adversarios, pero ninguno de estos come de él. Sabe alimentarse de la narrativa, miedos y exposiciones de cada uno de nosotros; y ponerlos al servicio de sus intereses.
A sabiendas de estas estrategias del régimen, nos corresponde a los demócratas elaborar las nuestras. Sabemos que nuestro territorio es un pantanoso campo minado, que nuestras comunicaciones son interceptadas e intervenidas, estamos infiltrados y saboteados. No en balde hemos calificado y expuesto de manera convincente ante el mundo, al régimen de Maduro, como una tiranía fáctica, sin escrúpulos y conducta de organización criminal.

Aclarado el punto, los demócratas debemos tener nuestra propia agenda estratégica. (1) La transparencia como herramienta anti viral para vacunarnos del “Estado policial preñados de sapos cooperantes”. Sin agendas ocultas .(2) La ruta debe ser pacífica, constitucional, democrática y electoral. (3) Escoger un liderazgo presidenciable mediante primarias abiertas, sin excluidos. (4) Constituir una dirección política descentralizada como resultado de las primarias, donde cada partido nacional tiene derecho a postular sus respectivos candidatos, mientras los partidos regionales y locales pueden apoyar algunos de los candidatos postulados. La representatividad de cada uno de ellos en la dirección, viene dada por el porcentaje obtenido en las primarias. (5) Propiciar la idea de la tarjeta de unidad electoral que nos permita facilitar y optimizar opción ante el elector. Ya que todos sabrán cuál es su peso específico en la dirección, no necesitan acudir al escenario presidencial con su respectivas (6) Acudir a las mesas de negociaciones de modo sincronizados. (7) Saber usar de modo instrumental el conjunto de sanciones que pesan contra el régimen, para coadyuvar al objetivo de salir de Maduro. (8) Unir, movilizar y organizar a todas las fuerzas sociales y sindicales del país, para que insistamos en la reposición de los derechos confiscados. Calle, voto, negociación y presión internacional; son compatibles. Y solo es posible con dirección estratégica.

Se prenden las alarmas, cuando los demócratas retardan las primarias, jugando a hechos cumplidos para escoger un candidato por “consenso”, como si fuese un hecho sobrevenido y conspirando contra la unidad. O cuando las primarias se reservan derechos de admisión. Suenan las sirenas cuando se insiste en reponer la abstención como agenda oculta. Nos alertan la satanización de las sanciones o las posibles negociaciones. Extraña curiosidad el desprestigiar o invisibilizar las luchas gremiales y laborales.

Estamos a tiempo de enmendar. Podemos hacerlo; tenemos una oportunidad inigualable. Anticipemos eventos para construir escenarios.