“No es la especie más fuerte, la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que responde mejor al cambio”.
Charles Darwin
Américo De Grazia
Upata 24 de Abril del 2023
En ocasiones debatimos públicamente qué hacer ante una organización criminal que se apoltronó en el poder para quedarse. De acuerdo a la expresión purulenta usada por muchos de los sátrapas del gobierno, pudiéramos hacer un ejercicio inverso; preguntarnos, qué NO debemos hacer?. De esta manera aligeramos las cargas, toda vez que después de 5 décadas de más desaciertos que aciertos, las respuestas están exhibidas en vitrinas con las mejores calificaciones para los crimínales. Intentemos enumerarlas a modo de inventario y el balance es revelador.
Veamos, el régimen tiene muchos años sabiéndose minoría, su nivel de aceptación es una base clientelar que en ningún caso sobrepasa el 25% de los electores. Bajo esta verdad de perogrullo irrefutable, ¿a quién favorece la abstención?. La respuesta es obvia. El régimen necesita desestimular el voto que le advérese. Entonces enfilan sus baterías. Maduro dice, “…vamos a adelantar las elecciones”. El libreto sugiere las palabras de Jorge Rodríguez desde la tribuna de la AN, “…Cualquier solicitud de esos bastardos (en alusión a la oposición) sobre la primaria, que el Poder Electoral, en homenaje a Tibisay Lucena le solicite como primer documento una carta de disculpas a la expresidenta del CNE”. En la tercera escenografía se apodera del plató cinematográfico el “árbitro” o CNE diciendo, “… las primarias no pueden ejecutarse sin capta huellas”. Como la película a lo largo de 25 años la hemos visto varias veces, la siguiente escena es adelantar ante el mundo, previo acuerdo en la mesa de negociación, “…legitimaremos electoralmente todas las instancias ejecutivas, vale decir, Presidente, Gobernadores y Alcaldes, la llamaremos Mega-elecciones ejecutivas”. Como aún no han concluido su periodo los gobernadores y los alcaldes, adelantarlas está fuera del marco constitucional, eso podrá ajustarlo una “sentencia firme e inapelable de la sala constitucional del TSJ, punto”. Saldrá el flamante ministro de la defensa como garante del “Plan Republica”, juramentando al General encargado de tan “noble” misión, en los patios del Fuerte Tiuna, debidamente acompañado de una figura del “eterno comandante” en cuerpo entero pero de cartón para dejar testimonio ante propios y extraños, que él, será garante de la pulcritud y transparencia del proceso.
Por otro lado, está el rol de los extras y actores de reparto que deben cumplir su tarea, no menos importante, para que la película sea atractiva, taquillera y luzca imponentemente real. En ello destacan los colonizados por el odio, la irracionalidad con barniz de valiente irreductible. Irrumpen iracundos con el mismo guion que Chavez (sin que ellos se den por enterados), les asigno en el 2005, luego en el 2017, en 2018, 2020, 2021 la “misión abstención”, la más exitosa de las misiones diseñadas por el régimen hasta ahora. Y fue así, como estos personajes subieron al estrado a buscar su “Oscar”, como mejores actores de reparto. Su desconexión con la realidad es tal, que no se percataron, que cada vez que subían por esa alfombra roja en medio de aplausos al grito de valientes, millones de venezolanos salían por los caminos verdes, las trochas, las selvas del Darién, en lanchas o naufragando en alta mar, dejando la vida en un refugio de mala muerte, cruzando las planicies desérticas de Chile ó cualquier aventura sobrevenida. Y muchas venezolanas en esa amarga experiencia se “ganaron” el humillante título de “venecas”; hasta ACNUR prendió las alarmas. Elemental, el abstencionismo cometía tres pecados capitales, excluyes al ciudadano de construir una alternativa, delega a terceros la responsabilidad que te corresponde como político y finalmente generas desesperanza inducida.
Estamos frente a una coyuntura histórica, están dadas las condiciones para derrotar con el voto popular a la tiranía más nefasta que ha pasado por nuestros predios. La dictadura de Gomez duró 27 años, ésta amenaza con quitarle el título. Basta de comiquitas.
