El Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica y Social (ILPES) ha venido apoyando a los países de la región, en la elaboración de sus planes de acción, enmarcados en las iniciativas de la Alianza para el Gobierno Abierto (AGA), mejor conocida por sus siglas en inglés, OGP (Open Government Partnership). El objetivo es fortalecer la democracia en América Latina y el Caribe, en un trabajo colaborativo entre el Estado y las organizaciones de la sociedad civil, a través de gobiernos eficientes, eficaces y abiertos. El ILPES forma parte de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), la cual a su vez forma parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU); y, entre sus áreas de interés está la innovación tecnológica, en la utilización de los datos abiertos, en las instituciones de gobierno y las estrategias de desarrollo.
La OGP funciona a nivel global y lucha por la apertura de los gobiernos; por eso, pensamos que el capital social acumulado por las comunidades (municipio, región o país) es su mejor aliado, al incorporar al ciudadano de manera organizada, en la definición de las estrategias. La Alianza enfrenta al autoritarismo, en su afán por cerrar los gobiernos, pero encuentra en las tecnologías sociales innovadoras la herramienta de trabajo más idónea. La Tecnología Social SAI es fácil de utilizar y debe ser accesible para todos, garantizando la participación ciudadana efectiva. La creación del Plan Estratégico 2023-2028 de la OGP conlleva conversaciones comunitarias, el desarrollo de estrategias y su operacionalización. Es un esfuerzo serio de inteligencia colectiva.
Los planes de acción bienales de los miembros de la Alianza permiten establecer compromisos y metas realizables; sin embargo, para integrarse al proceso de planificación, debe tratarse de países democráticos, razón por la cual Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia no han podido, ni podrán ingresar mientras sean regímenes autoritarios. Es imposible hacer reformas de gobierno abierto cuando el gobierno no es democrático, simplemente; como tampoco es posible formular planes de acción, sin el involucramiento de la sociedad civil. Menos aún, en tales circunstancias, se atreverán los ciudadanos a crear redes de relaciones interpersonales, en sus comunidades.
La idea fundamental de la OGP es renovar la democracia, con acciones diarias; y, esto es algo realmente novedoso porque el esfuerzo no es sólo electoral. El trabajo se centra en reformas y compromisos (página web OGP, 2022): apertura en las instituciones para construir confianza y luchar contra la corrupción, a través de datos abiertos de contratación; participación ciudadana en el diseño de políticas y mejora de los servicios públicos; lucha contra la desinformación y el debilitamiento de la libertad de expresión en línea; y, el empoderamiento de personas excluidas, habitualmente, de la toma de decisiones, entre otras. Es una labor que ya cumplió una década.
El cumplimiento de los retos a futuro, depende del stock de capital social con los que se cuente. Como dicen los propios miembros de la Alianza (página web OGP, 2022): “A pesar de los diez años de avances de OGP y de esfuerzos de gobierno abierto, la democracia está en recaída”. Además, mencionan las áreas en las que no han avanzado, a pesar de los esfuerzos realizados: cambios en la forma de operación de los gobiernos; consecución de recursos, para mejorar la implementación de los compromisos; y, profundización en la atención a: rendición de cuentas, derechos cívicos/políticos e integridad política (declaraciones patrimoniales y financiamiento).
Referencia:
Open Government Partnership (2022). Página web oficial: https://www.opengovpartnership.org/es/creating-ogps-future-together/
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