De izquierda a derecha: Rafael Meneses,Virginio Cedeño, Alcides Sánchez, Milagros Farreras,Rómulo Dommar y Ana María Romero MacMillan
Todo ser humano por la sola condición de humano, merece disfrutar de una vida digna, una vida donde pueda desarrollar todas sus potencialidades, donde su derecho al trabajo creador y bien remunerado sea parte de sus posibilidades, una vida que le permita la recreación, el compartir con su familia, el poder abrazar a sus nietos y llenarlos de amor, una vida donde pueda desenvolverse como hijo de Dios. Así nos dijo Alcides Sánchez, líder de JUDIPEDIS (jubilados, pensionados, discapacitados y sobrevivientes) del partido de los vecinos, la FUERZA VECINAL
Pero, tristemente, la realidad es otra: en nuestra capital, en toda nuestra querida y amada Venezuela, los adultos mayores y los discapacitados somos víctima de una agresión permanente por parte del gobierno, del mismo gobierno al cual le pagamos para que nos proteja y nos asegure una vejez digna-continuó Alcides Sánchez- y para muestra tenemos varios botones: disfrutar del servicio del transporte público colectivo es todo un viacrucis, el número de unidades es insuficiente y su planificación operativa es tan inadecuada que la crisis del transporte creada por el déficit se ve magnificada por la improvisación y la falta de supervisión; el acceso a la salud, ese servicio indispensable para las personas mayores y para las personas que presentamos discapacidades, está al borde del desahucio hasta el punto de que quien no lleve todo lo necesario para ser atendido irremediablemente se muere a mengua.
No hay medicinas ni mucho menos el material médico-quirúrgico mínimo necesario para que podamos ser atendidos en una emergencia o en una consulta ambulatoria. Además, continuó el líder de JUPEDIS de FUERZA VECINAL en nuestra capital,el hecho de estar en condición de esclavitud, percibiendo una jubilación, una pensión o un salario muy, pero muy inferior al mínimo requerido para atender nuestras necesidades básicas, nos aleja definitivamente de las posibilidades ser adquirir de nuestro propio peculio las medicinas y lo que sea necesario para cuidar de nuestra salud. Los jubilados, pensionados, discapacitados y sobrevivientes merecemos una vida digna, con servicios de primera y una retribución por nuestro trabajo, el actual y el que desarrollamos durante toda nuestra vida útil laboral , para que podamos tener acceso a todas esas cosas que requerimos para ser realmente seres humanos