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Inflación cierra con la cifra más baja de los últimos cuatro años

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Ariadna García @ariadnalimon

La firma Ecoanalítica proyecta una inflación de 899,7 % para el cierre de año. La tasa sería la más baja registrada en los últimos cuatro años, período en el que la nación experimentó una prolongada hiperinflación, que logró situarse en el ranking de las más largas del mundo.

Caracas. Los precios de bienes y servicios en Venezuela no dejaron de subir en 2021, pero sí lo hicieron a un menor ritmo que el experimentado desde 2017, cuando el país entró en hiperinflación. Los economistas consideran que la nación está lejos de “estar bien” y que lleva casi 20 años con inflaciones anuales que superan un dígito, lo que sí es normal en el resto de países de la región; solo Argentina mantiene desde hace varios años inflaciones de dos dígitos. 

En los últimos cuatro años la población ha tenido que lidiar con aumentos súbitos en los precios de los alimentos, medicinas, calzado, vivienda, entre otros. La hiperinflación no solo acabó con los ahorros, sino también con los salarios y con la estabilidad de las empresas, que debían llevar sus cuentas en bolívares, debido a la penalización del mercado cambiario. Este año la inflación se mantuvo a tasas más bajas debido a varios factores, pero en especial a un gasto más moderado por parte del Gobierno. 

La firma Ecoanalítica prevé que este 2021 la inflación cierre en 899,7 %, mucho más baja que la registrada un año antes (2961 %). Venezuela no registraba una inflación de tres dígitos desde 2015. La baja en el indicador es el resultado de varias políticas adoptadas por las autoridades para frenar el alza de los precios. Entre ellas una mayor inyección de divisas a la economía por parte del Banco Central de Venezuela (BCV), un menor gasto del Estado, restricciones al crédito bancario y la dolarización transaccional. 

Infografía: Amadeo Pereiro

El uso del dólar desde 2019 ha facilitado las cosas para la población y las empresas, que veían cómo su dinero en bolívares se devaluaba rápidamente por la hiperinflación. Sin embargo, usar dólares no les ha salvado por completo de este ciclo. Este año por ejemplo, la inflación siguió a un ritmo más acelerado, que al que lo hizo el tipo de cambio. Mientras la inflación cerró en 900 %, el dólar oficial finalizó alrededor de 320 %, lo que evidencia, que al existir una alta inflación ninguna moneda escapa del problema. El dólar viene perdiendo poder de compra desde 2019. Hoy los venezolanos necesitan más dólares para comprar los mismos bienes. 

Los servicios de telecomunicaciones se encuentran entre los que más subieron de precio en 2021. Para algunos especialistas se debe a una “inflación represada”, luego de años de controles, que impedían a las empresas ajustar sus tarifas. Esa “liberalización” por parte del Gobierno ha hecho que los costos de algunos bienes y servicios se hayan ido adaptando a precios de mercado. 

Otro rasgo de la economía es que en los últimos tres años la brecha de precios entre el producto nacional y el importado pasó de 84 % a 23 %. La relajación de los controles de precios ha ido poco a poco eliminando las distorsiones. A pesar de que la inflación hace que el costo de bienes en bolívares aumente, algunos productos en dólares han conseguido estabilizarse. Por ejemplo, la harina de maíz precocida se mantuvo todo el año alrededor de un dólar, el aceite comestible alrededor de $3 y el kilo de azúcar aproximadamente en $1.

La economía venezolana sigue con el peor desempeño de la región. Sin embargo, este 2021 no solo desaceleró la tasa de inflación, pues también la caída del Producto Interno Bruto (PIB) fue más moderada. Firmas como FocusEconomics calculan que en 2021 el PIB se contrajo 0,3 %, una cifra bastante inferior a la registrada en 2020, cuando ese indicador cerró en -29 %. 

El gobierno de Nicolás Maduro aplicó varios cambios en su política económica, uno de ellos es la relajación de los controles, que ha brindado mayor apertura al sector privado. Otro fue permitir el uso del dólar e impulsar una mayor importación de bienes con la exoneración de impuestos, lo que ha derivado en la proliferación de bodegones que expenden golosinas, alimentos y licores. Algunos sostienen que falta camino todavía para hablar de recuperación y que la mejora en algunos sectores es puntual, pues industrias como la petrolera o la de la construcción continúan contraídas. Además, los salarios siguen estando entre los más bajos de la región. 

Crónica Uno