Me imagino que todas las puertas de Miraflores o de los pocos recintos que permitirán visitar al Fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) Karim Khan se encuentran con una escoba detrás, como conjuro de nuestras abuelas para evitar o correr a visitantes incomodos. El gobierno en una muestra de debilidad marcada y temor reverencial al proceso que se les sigue ante la Corte por delitos de Lesa Humanidad, se ha empeñado en enseñar su cara retocada, trasladaron algunos presos políticos a presidios comunes, remozaron y refaccionaron algunos sitios de reclusión, emitieron una resolución prohibiendo en lo sucesivo el procesamiento de civiles por tribunales militares, condenaron algunos chivos expiatorios por los delitos cometidos en las sucesivas protestas desde el año 2002 hasta la fecha, contándose más de 300 estudiantes fallecidos, han recibido al funcionario como un dignatario brindándole todas las atenciones y llevándolo por “donde pasa la reina”, es decir, sólo por los sitios escogidos para ver la cara maquillada, sin poder enseñar las toneladas de basura que hay debajo de la alfombra. Seguro estoy que no lo llevaran a los fríos sótanos del Helicoide bautizados apropiadamente como “La tumba”, tampoco a los calabozos del Sebin, Dgicim y otros organismos que son los brazos ejecutores de las violaciones. El gobierno ha tratado de utilizar la visita como puntal propagandístico a su favor sumamente apropiado a pocas semanas de las elecciones, quieren dar la imagen al mundo que somos un país civilizado y respetuoso de los derechos humanos, tratando de borrar la cantidad de atrocidades cometidas en los últimos años. Generalmente cuando tratas de ocultar algo, es más importante lo que no puedes ver que lo que realmente te enseñan, si viajas al Louvre especialmente a ver a La Gioconda y el museo estaba cerrado por ese tiempo, todo los demás que puedas ver en sustitución resultara intrascendente y etéreo a la memoria, así pasara irremediablemente con esta visita, me recuerdo como si fuese hoy las primeras visitas de Michel Bachelet como flamante Alta Comisionada de los DDHH de la ONU en el 2019, el gobierno aplico la misma estrategia llamándola la “camarada” y brindándole un trato similar, para el poco tiempo crucificarla y tratar de destruir su credibilidad ante sus contundentes informes que daban cuenta de los crímenes cometidos por el gobierno. Es tanta la basura acumulada que no puede ocultarse bajo la alfombra o en los rincones detrás de los floreros, un grueso de las víctimas de violaciones se encuentra a buen resguardo en otros países y pueden brindar reales testimonios de lo vivido. Otro tanto podemos hacer desde aquí quienes hemos estado cerca de la tragedia como defensores de los derechos humanos y palpamos con impotencia como se masacraba a jóvenes indefensos que solo tenían una piedra en la mano y en la otra un escudo de cartón, mis ojos recogieron tuercas, tornillos y bolas de plomo con las cuales las fuerzas policiales y militares cargaba las escopetas de perdigones para causar la muerte de una pandilla de románticos adolescentes que soñaron con cambiar este país, toda Venezuela vio por televisión y las redes como volaron con misiles el sitio donde se refugiaba Oscar Pérez después de haberse rendido públicamente violando todos los protocolos internacionales en situaciones de conflicto, todos vieron el cuerpo destrozado del Concejal Fernando Alban arrojado del décimo piso de la sede de la policía política Sebin mientras estaba bajo la custodia del gobierno, los Fiscales salieron traumatizados de la audiencia del Capitán Acosta Arévalo al apreciar que no podía dar un paso o emitir sonidos de los destrozos orgánicos que presentaba como consecuencia de las torturas y que a poco tiempo provocaron su muerte.
Para nadie es un secreto que nuestros ancianos mueren de hambre e inanición con pensiones mensuales de 2 dólares que no alcanzan para comer o comprar medicinas, que hay 6 millones de desplazados como consecuencia de la situación política generada por esta pandilla de delincuentes, que el país fue entregado a grupos irregulares que poseen su propio gobierno en pueblos, minas, carreteras y poblados con la anuencia cómplice del gobierno, que los servicios públicos retrocedieron 50 años y no hay agua, luz, gasolina en la mayor parte del país. Esto no se puede ocultar, hay 30 millones de testigos que pueden evidenciar los delitos de lesa humanidad que tienen un solo brazo ejecutor por medio de sus agentes, el actual gobierno de Venezuela. El sol no se tapa con un dedo. Seguiremos conversando.